En Argentina el 58% de los mayores de 25 años terminaron la secundaria, según los datos de la
Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Pero hay desigualdades significativas al interior de esa cifra: en el decil de ingresos más bajo, solo 3 de cada 10 (32%) alcanzaron el título, mientras que el número se triplica en el decil más alto, donde 9 de cada 10 (87%) tienen secundaria completa. En otras palabras, entre los sectores de mayores ingresos y los sectores más pobres hay una brecha de 55 puntos porcentuales en la terminalidad escolar.
Los datos surgen del informe
“Evidencia sobre desigualdad educativa en la Argentina”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Ivana Templado (FIEL), Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación). A partir de la EPH, el informe busca analizar las desigualdades educativas en relación con el nivel de ingresos de la población. Los datos corresponden al ámbito urbano.
“Si bien el acceso a la educación –inicial, primaria y secundaria– está muy extendido, es obligatorio y está garantizado por ley, la finalización, especialmente del nivel medio, está lejos de ser una realidad y tiene una conexión estrecha con el nivel socioeconómico del estudiante y su familia. Es aquí donde se conectan los conceptos de desigualdad de ingresos y desigualdad educativa”, explica Ivana Templado. Y agrega que el informe “muestra una foto actualizada de cómo la terminalidad de los
niveles educativos, la opción público-privada, o la educación de las madres de los estudiantes, se asocian a la distribución de ingresos”.
El documento muestra que también hay desigualdades en la finalización de los estudios primarios. A nivel nacional,
el 93% de los mayores de 25 años terminaron la primaria. Pero hay 10 puntos de diferencia entre los sectores de mayores ingresos (donde la primaria se ha universalizado) y los de menores ingresos, donde solo el 89% completó este nivel educativo.
La desigualdad se profundiza al observar los datos de finalización de la educación superior. En el
nivel socioeconómico más alto, el 51% de los mayores de 25 años logró completar la universidad (y el 6% además realizó estudios de posgrado). En el otro extremo, en el decil más bajo solo el 2% de la población consiguió terminar la universidad (y virtualmente nadie alcanzó un posgrado).
“La desigualdad educativa es uno de los desafíos más importantes de nuestro sistema educativo. Las trayectorias educativas dependen mucho más del origen de los estudiantes que de sus capacidades. Este informe provee un análisis riguroso para entender la situación, con un foco en la escuela secundaria, donde la desigualdad educativa se hace más evidente. Comprender estos desafíos es el primer paso para abordarlos”, plantea Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial.
Altos niveles de segregación
La asistencia a escuela pública o privada se asocia estrechamente con el nivel de ingresos. En primaria, el 94% de los estudiantes de menores ingresos (decil 1) asisten a escuelas públicas, mientras que la cifra desciende al 20% entre los estudiantes de mayores ingresos (decil 10): en este segmento, 8 de de cada 10 niños y niñas asisten a escuelas privadas.
Los datos evidencian un alto nivel de segregación socioeconómica, que también se observa en la secundaria, aunque en este nivel hay un predominio mayor de la educación pública. El 93% de los estudiantes de menores ingresos (decil 1) asisten a escuelas secundarias de gestión estatal, mientras que la cifra desciende al 37% entre los estudiantes de mayores ingresos (decil 10).
“Detrás de esta gran división social entre la educación pública y privada, cada barrio y cada escuela congregan grupos cada vez más estratificados. Esta destilación socioeconómica atenta contra la cohesión social, la calidad educativa y la consolidación de la democracia misma. Urge implementar políticas para atenuar la segregación, como la articulación entre las políticas urbanas y educativas, la asignación de aportes al sector privado o los sistemas de inscripción de los estudiantes, para limitar las estrategias selectivas de las escuelas y las familias”, afirma Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación.
Al analizar el capital educativo de las familias, reaparecen las desigualdades entre el sector de gestión estatal y el sector de gestión privada. En las escuelas privadas, el 81% de las madres de los estudiantes terminaron la secundaria, y de ellas el 38% son universitarias. En contraste, en las escuelas estatales solo el 44% de las madres de los estudiantes completó la educación obligatoria, y solo el 10% terminó la universidad.
“El informe no deja dudas respecto a la capacidad de nuestro sistema educativo de reproducir las desigualdades sociales. El sistema hace muy poco para emancipar a las nuevas generaciones de las limitaciones de origen. Aunque aumentemos el porcentaje de niños y jóvenes que concurren a la escuela, las distancias relativas entre las jerarquías sociales se mantienen –advierte Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO–. A las distancias existentes entre quienes terminan o no la secundaria, se agrega la segregación socioeconómica en dos circuitos, el público y el privado, que refuerzan la dinámica desigualadora a través de una socialización que encierra a cada sector en su propio mundo”.
Desigualdades educativas: 10 datos clave
En el segmento de ingresos más bajos (decil 1):
- 9 de cada 10 adultos terminaron la primaria (89%)
- 3 de cada 10 adultos terminaron la secundaria (32%)
- 2 de cada 100 adultos terminaron la universidad (2%)
- 9 de cada 10 estudiantes de primaria asisten a escuelas estatales (94%)
- 9 de cada 10 estudiantes de secundaria asisten a escuelas estatales (93%)
En el segmento de ingresos más altos (decil 10):
- Todos los adultos terminaron la primaria (98%)
- 9 de cada 10 adultos terminaron la secundaria (87%)
- 51 de cada 100 adultos terminaron la universidad (51%)
- 8 de cada 10 estudiantes de primaria asisten a escuelas privadas (80%)
- 6 de cada 10 estudiantes de secundaria asisten a escuelas privadas (63%)
¿Qué es el Observatorio Argentinos por la Educación?
El
Observatorio Argentinos por la Educación es un espacio de encuentro creado alrededor de los datos del sistema educativo, con el objetivo de involucrar a toda la sociedad en la mejora de la educación. La misión del Observatorio es contribuir a que la educación sea determinante en el debate público argentino, a partir de datos que permitan enfocarla en los desafíos del siglo XXI.
Su plataforma interactiva de datos, la más exhaustiva del país, contiene casi 90 millones de registros públicos sobre indicadores fundamentales del sistema educativo, como acceso y participación de los estudiantes, eficiencia del sistema (tasas de repitencia, tasa de promoción efectiva, etc.), recursos humanos, recursos físicos y financieros, y evaluación.
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