En Chile se desarrolla hace más de siete años un emprendimiento que destina herramientas a los actores más relevantes de diferentes sectores productivos de la región sur del país trasandino para fortalecer la educación técnica.
Desde 2012, cuando un grupo de empresarios de los sectores marítimos, portuarios y acuícolas decidieron juntarse para potenciar la formación de capital humano, la
ONG Canales, potenció la Educación Técnico Profesional articulando y vinculando a las empresas, gremios, instituciones de educación superior y otros actores importantes del territorio.
“La primera necesidad de la organización estuvo puesto en la educación media, en los jóvenes estudiantes de 16-17 años, con la idea de que puedan actualizar sus conocimientos y entregarles oportunidades de desarrollo laboral”, explica su Directora de Educación, Claudia Paredes.
El modelo de trabajo que lleva adelante Canales logró ampliarse a alumnos de primero hasta cuarto medio de la
Educación Técnica. El foco principal está en potenciar las habilidades socioemocionales en los alumnos de todos los grados, ya que lo notaron como el principal déficit de los estudiantes. Luego, conforme van avanzando, se desarrollan charlas motivaciones y técnicas, visitas pedagógicas a distintas empresas, pasantías y conexión con la educación superior.
Para Claudia, la planificación que llevan adelante les permite a los alumnos “conocer” las distintas especialidades y “no encontrarse con sorpresas” al momento que tienen que realizar las prácticas, lo cual genera altos niveles de deserción.
La configuración del organigrama permite que las empresas se involucren y cumplan un rol activo en la transformación educativa que ONG Canales quiere implantar en Chile. Así es que los sectores productivos intervinientes entienden que tienen responsabilidad en la formación de capital humano, ya que son las poseedoras de equipos tecnológicos más actualizados para la formación académica-laboral.
“En este camino logramos vincularnos con instituciones de educación superior por lo que los estudiantes de nivel medio pueden entrar sin rendir la prueba de admisión y con reconocimiento de algunas asignaturas”, detalla Paredes.
La problemática que desde Canales vislumbraron en 2012 aún se mantiene viva, ya que las brechas educativas y laborales siguen existiendo. El modelo neoliberal que se desarrolla en Chile piensa a la industria por fuera de la sociedad, donde su único objetivo es incrementar las ganancias. Por eso, el rol de este tipo de organizaciones es clave para generar una transformación en el sistema educativo-laboral. Según Claudia Paredes, la estrategia y la visión de ONG Canales está destinada a “incidir en un cambio cultural y formativo”.
Durante los casi 10 años que llevan adelante un plan de impacto formativo, social y productivo, la organización chilena logró beneficiar a más 13 mil estudiantes, capacitar alrededor de 260 maestros guías y 280 docentes, asociarse con 31 empresas y 95 liceos de las regiones de Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes.
“Existe una conversación sobre el rol de la industria en la formación de capital humano. Las empresas notan que la formación académica es fundamental para obtener al trabajador que necesitan”, asegura la Directora de Educación de ONG Canales, Claudia Paredes.
El trabajo que llevan realizando por la educación demuestra sus frutos, pero durante 2020 debieron reorganizar las actividades tras la llegada de la pandemia por COVID-19 y el cierre presencial de los establecimientos educativos. Un primer momento, desde abril hasta mayo, se probaron distintas modalidades que intentaron reemplazar la presencialidad escolar. Al notar que no estaba funcionando decidieron implementar un modelo pandémico: trabajar de la mano con los profesores para agrupar actividades en semanas formativas. Allí se realizaban charlas técnicas o visitas pedagógicas (con un video grabado previamente en la empresa se les explicaba el funcionamiento de las máquinas) para que los estudiantes tengan una especialización acorde y puntual.
“Logramos un buen trabajo. Es interesante porque la virtualidad nos permitió llegar a más estudiantes (antes una visita la podían hacer 20 alumnos y ahora en una semana llegamos a mil) y que interactúen con pares de otras regiones. Eso fue beneficioso para ellos”, detalla Paredes.
Por segundo año consecutivo, ONG Canales logró adjudicarse un política pública que genera una educación técnico profesional pertinente en relación a las necesidades de desarrollo de distintas regiones y establecer un acercamiento real entre el mundo académico y laboral. Así fue que
“Futuro Técnicos” se impone como una red que articula espacios de encuentro y de trabajo en Chile para generar información relevante al sector técnico-profesional, acompañar a los liceos y a las instituciones para generar políticas conjuntas, acuerdos y acciones de articulación que mejoren los aprendizajes de los estudiantes.
En el último tiempo Chile fue noticia debido a que se encuentra en una etapa de amplios cambios socio-culturales. Uno de ellos es la posibilidad de redactar una nueva Constitución. En ese sentido el rol de los educadores es clave, ya que es la segunda profesión más predominante al momento de redactar la nueva Carta Fundamental.
“La planificación del sistema educativo debe estar vinculado al desarrollo del país. No podemos continuar con un sistema educativo desvinculado, que funcione como un satélite, que sea una fábrica de gente que no piensa. Es necesario que la educación entregue oportunidades reales a todos los estudiantes”, reflexiona la Directora de Educación de ONG Canales, Claudia Paredes.
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