En un esfuerzo por transformar el panorama educativo y promover la inclusión, el origen de la organización Familias TEA Avellaneda con el Maestro Martín Vera han puesto en marcha dos iniciativas destacadas: “Educadores por la Inclusión” y el proyecto de las “1000 Grullas Azules”. Estas propuestas están generando una profunda esperanza en la comunidad educativa, avanzando hacia un modelo de enseñanza que celebra la diversidad y asegura oportunidades equitativas para todos los estudiantes.

“Educadores por la Inclusión” nació del deseo de cambiar las prácticas docentes que perpetúan la segregación y la discriminación, una necesidad evidente a partir de la propia experiencia y de las experiencias compartidas por familias y relatos personales. Martín Vera, creador del proyecto y docente comprometido, explica: “Cuando comenzamos a recibir relatos de familias sobre la exclusión y los desafíos que enfrentan sus hijos en la escuela, supimos que teníamos que actuar. Optamos por crear ‘Educadores por la Inclusión’ para construir una escuela que acepte y celebre la diversidad, no que la rechace”.

Maestro Martín Vera

El proyecto ha sensibilizado y capacitado a más de 120 docentes en Argentina y Latinoamérica, generando un movimiento de apoyo y aprendizaje colaborativo. La plataforma de Chat “Mil Grullas Azules”, inspirada en una propuesta del Maestro Martín, facilita la conexión entre educadores, fortaleciendo el compromiso con una educación inclusiva.

Las 1000 Grullas Azules: Un Símbolo de Paz y Resiliencia.

El proyecto de las “1000 Grullas Azules” se lanzó el 7 de septiembre, en conmemoración del Día del Autismo y TGD en la Provincia de Buenos Aires, con el objetivo de crear conciencia sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Martín Vera comenta: “Inspirado por la historia de Sadako Sasaki y la leyenda de las mil grullas, quise ofrecer a mis estudiantes un símbolo tangible de esperanza y esfuerzo colectivo. Cada grulla azul plegada representa un compromiso con una educación que no deje a nadie atrás”.

La respuesta a este proyecto ha sido conmovedora. Los estudiantes y educadores han abrazado la iniciativa, transformando las grullas en un símbolo de unión y esfuerzo compartido. Las grullas azules han facilitado la creación de un entorno más inclusivo y empático, tanto en el aula como en las comunidades.



Avanzando con Determinación.

Implementar prácticas inclusivas ha enfrentado múltiples desafíos, desde la falta de recursos hasta la resistencia al cambio. Martín Vera asegura: “Cada desafío representa una oportunidad para innovar y adaptar nuestras estrategias. Hemos logrado avanzar a pesar de las limitaciones gracias a la dedicación y la creatividad”. Testimonios como los de Santiago, un alumno con dificultades motrices, y Bautista, que presenta otros desafíos, ilustran cómo estas iniciativas han impactado positivamente en la vida de los estudiantes.

Para el futuro, “Educadores por la Inclusión” busca expandir su alcance a nivel internacional y convertir el proyecto de las “1000 Grullas Azules” en un símbolo global de inclusión educativa. Martín Vera expresa su visión: “Quiero que cada escuela adopte este proyecto como un compromiso con la diversidad y el respeto. Además, sigo trabajando en mi obra ‘La escuela Monte Taigetos’, que busca abrir un diálogo sobre la necesidad de un cambio inclusivo en las prácticas educativas”.



Martín Vera aconseja a otros educadores: “La inclusión es un viaje que comienza con pequeños pasos. No se desanimen ante los desafíos; cada estudiante incluido es una vida transformada. Capacítese, escuche a los niños y mantenga viva la pasión por enseñar”.

Las iniciativas “Educadores por la Inclusión” y “1000 Grullas Azules” están transformando la educación al promover la inclusión y celebrar la diversidad en las aulas de Argentina y Latinoamérica.