Una de las materias que suele generar problemas a la hora de estudiar es Matemáticas. Así lo demuestran los datos publicados por la
Secretaría de Evaluación e Información Educativa del Ministerio de Educación de la Nación: hubo un retroceso de 2,6 puntos porcentuales en las pruebas
Aprender, operativo de evaluación de la calidad educativa.
En la búsqueda de involucrar a su alumnado en las clases y lograr una mejor comprensión de la materia,
Damián Ortíz, docente en tres escuelas de Mendoza, encontró en las tecnologías una gran respuesta. Nacido en la zona rural de Lulunta, Maipú, decidió ingresar al
Profesorado de Matemáticas, inspirado por una profesora que le transmitió la pasión por la docencia y los números.
“En el barrio ayudaba a otros chicos con sus tareas. Además, el amor de una profesora de tercer año por la profesión, por la educación y su preocupación porque cada estudiante obtenga algo para su vida posterior a la escuela, me pareció fascinante”, describe el docente de 36 años del CENS 3-500
"Pr. Anselmo Morales”.
Con más de doce años trabajando en las aulas, la premisa de
Damián es romper el estigma y las estructuras que pesan sobre las Matemáticas. Su objetivo es trabajar desde las emociones para
“poder enseñar un contenido o nuevas capacidades y habilidades”.
Así fue como la motivación que le inculcó a sus estudiantes, lo llevó a crear un canal de YouTube dónde grababa las clases y así los chicos podían verlo cuando no entendían un tema o debían resolver alguna actividad.
Ortíz reconoce que durante la pandemia, su canal,
Matemáticas Positivas,
“hizo el boom”, ya que docentes, alumnos y padres le pedían temas personalizados. Logró alcanzar más de 4.000 suscripciones y sus videos, más de 450.000 visualizaciones.
“Ellos me ayudaban a grabar y a editar. Cuando vi el impacto provocado empecé a introducir los videojuegos, porque me interesa el aprendizaje a partir de ahí. Les mostraba que también había matemática en lo que jugaban”, detalla. Con el objetivo de motivar e involucrar a los estudiantes,
Damián busca vincular las matemáticas con actividades lúdicas de la vida cotidiana: desde juegos de mesa (como el Sudoku y el ajedrez), hasta videojuegos, como el Fortnite.
Es cierto, esta es una materia que encontramos en la mayoría de las acciones que realizamos a diario y que tienen un valor fundamental para el desarrollo mental de los estudiantes:
los ayuda a ser lógicos, a razonar de forma ordenada y ser críticos e independientes para analizar una información. Adquirir conocimientos y herramientas propias de las ciencias matemáticas les permite desarrollar su autonomía.
“Tiene que haber un cambio de paradigma porque si no vemos cómo involucramos los conceptos que enseñamos en lo que nuestros estudiantes hacen todos los días, nos vamos a quedar en los métodos tradicionales. Está en nosotros reconocer que el celular no es nuestro enemigo”, sostiene.
Su forma de enseñar no solo logró incentivar a que los estudiantes aprendieran, sino que permitió que otros colegas cambiaran sus formas de explicar para hacer de las Matemáticas una clase más entretenida y atrapante.
Su método de enseñanza logró quedarse con el primer puesto en el premio
“Docentes que Inspiran”, organizado por
Clarín y Zurich, reconocimiento para quienes están día a día en las aulas de nuestro país.
“Este programa ayuda a valorar la innovación y a aquellos que tratamos de salir de las casillas. Además, permite motivar a otros. En Argentina tenemos muchos docentes que están escondidos haciendo cosas maravillosas e interesantes”, concluye.
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