Agustín Porres, Director Regional de
Fundación Varkey, mantiene contacto desde hace mucho tiempo con ministros de Educación de todas partes del mundo. Durante una reunión del Grupo Atlantis, una iniciativa de Varkey que nuclea a Exministros, se imaginaba editando un libro en el que se registraran los aprendizajes de quiénes lideraron los sistemas educativos en sus países.
“Tareas Pendientes. Aciertos y errores de 31 exministros para pensar el futuro de la educación” (Paidós) muestra las experiencias de diferentes funcionarios que lideraron frente a las carteras de educación de diversas regiones del mundo.
“La búsqueda estuvo dada para conocer y aprovechar el bagaje que tuvieron sobre una temática importante para la sociedad. Escribirlo nos permite aprender de nuestro pasado”, afirma
Educrear (EC): ¿Hay elementos en común en cada entrevista realizada en “Tareas Pendientes”?
Agustín Porres (AP): Podemos resumirlo en la batalla cultural, en la búsqueda de poner a la educación como prioridad. ¿Y cómo se logra eso? Tenemos que poner el foco en los aprendizajes porque es lo que nos ordena y muchas veces cuando
discutimos sobre Educación nos corremos de ese horizonte que debemos seguir.
EC: ¿Qué obstáculos encuentran los distintos Ministros de Educación habiendo dirigido las carteras educativas de sus respectivos países?
AP: Cuando hablaba con el exMinistro de Portugal Nuno Crato me mostraba el inconformismo que existía en su país sobre la gestión que llevaba adelante. ¡Y para nosotros es un modelo top! En Educación siempre hay una tarea inconclusa, algo por hacer, porque queremos estar mejor. La lucha de los Ministros está en convencer a sus pares de que se debe apostar al largo plazo.
EC: Respecto a la pandemia, ¿qué balance podés hacer?
AP: Vivimos una crisis que deja un saldo negativo enorme y necesitamos entenderlo para generar las respuestas adecuadas. Tenemos una oportunidad enorme para dar un batacazo a partir de que la educación estuvo, estos dos años, en boca de todos.
EC: ¿Hubo aprendizajes valiosos durante este tiempo excepcional?
AP: Sí, aunque aún no estamos viendo los resultados de fondo. Podemos ver que los docentes están trabajando mucho más conectados al mundo que antes y empezamos a aplicar herramientas que antes teníamos disponibles, pero no las usábamos. La pandemia fue una semilla muy potente.
EC: En Argentina se volvió a la presencialidad, ¿cómo fue esa vuelta?
AP: Notamos mucha disparidad en lo que sucede en el país. Escuelas que realizaron esfuerzos enormes para recuperar los saberes perdidos durante la pandemia, para que exista una mayor presencialidad y lograr un trabajo más creativo, y otras que no. El punto crítico es salir de la idea que igualar es ir todos juntos porque eso no es así, hay instituciones que necesitan muchísimo más apoyo que otras.
EC: Y respecto a los docentes, ¿dónde quedó su rol original a partir de la pandemia?
AP: Veo una revalorización el rol docente, que fueron quienes hicieron esfuerzos enormes durante estos casi dos años para mantener la calidad educativa. Tenemos mucho sobre lo cual construir lo que viene.
EC: ¿De qué forma podemos apuntalar aún más la profesión del educador?
AP: Es un camino de a dos: la sociedad debe respetarlos y celebrarlos, mientras que del otro lado debe haber mayores y mejores respuestas, más cercanías y mejores. Desde Fundación Varkey los ayudamos a ser cada día mejores, y para eso es importante que los Gobiernos apuesten a una carrera con mayor desarrollo, crecimiento e incentivos.
EC: ¿Cuáles son las discusiones que quedan pendientes para lo que viene?
AP: El principal, a mi entender, es lo que llamo “Gobierno de la educación”. Esto tiene que ver con darle más autonomía a y mayor estabilidad de los gobiernos. No podemos estar cambiando equipos cada dos años porque así no se consolida ningún plan. Ojalá empecemos a discutirlo.
Otras notas de esta sección