El Sistema Educativo Nacional dejaba en evidencia ciertos déficits en materia del aprendizaje escolar previo a la pandemia. Según las pruebas Aprender de 2019, un 72% de los alumnos egresa del secundario sin saber lo suficiente en matemáticas y casi un 40% tiene dificultades en lengua. Durante los últimos días se generó polémica sobre la resolución del Ministerio de Educación de generar un nuevo corpus de evaluaciones que tengan en cuenta el contexto actual.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a las pruebas Aprender? Se trata de un dispositivo que evalúa los aprendizajes de los estudiantes de sexto grado de la Escuela Primaria y el último año de Secundaria. Además, sistematiza la información acerca de ciertos ámbitos del conocimiento como Lengua, Matemática, Ciencias Sociales, Naturales y, esporádicamente, sobre otras materias.
Las pruebas Aprender están desarrolladas por la Secretaría de Evaluación del Ministerio de Educación, acordado con el
Consejo Federal de Educación (CFE) y con la participación de docentes y especialistas del sistema educativo. Los contenidos a evaluar están establecidos por el CFE en base a los núcleos de aprendizajes prioritarios del Currículo Nacional.
¿Cuáles son los objetivos que persigue las pruebas Aprender? Toda evaluación es un recorte de una realidad compleja, pero sin esos datos se torna muy difícil disminuir las inequidades existentes. Las pruebas Aprender generan información oportuna y de calidad para conocer ciertas dimensiones del aprendizaje y de contexto de Escuelas Primarias y Secundarias. Además, se vislumbran los desafíos pendientes en el Sistema Educativo, lo que permite actuar en consecuencia para disminuir las brechas existentes.
“Las evaluaciones son un instrumento necesario para conocer el estado actual del Sistema Educativo y planificar las mejoras pertinentes. Deberían tenerse en cuenta el contexto para generar las evaluaciones este año y generar criterios consensuados de los contenidos prioritarios a evaluar”, enfatiza Pablo Herrera, director de la Escuela de Educación Secundaria N°28 de Lanús.
Para Lucía Mendieta, directora de la Escuela de Educación Secundaria N°35 de La Reja, relizar las Pruebas Aprender en este contexto va a
"generar resultados devastadores" debido a las diferencias que se profundizaron durante la pandemia y resalta la importancia de realizar una muestra que se adapte a los saberes que
"las escuelas lograron enseñar" durante un período extraordinario por el que atravesó la educación argentina.
La suspensión de clases presenciales a causa del COVID-19 genera un profundo déficit en los aprendizajes. Aquellas desigualdades que se venían mostrando años anteriores se vieron agravadas y, en muchos casos, provocó que los estudiantes abandonaran los estudios. Según datos de la
Encuesta de Continuidad Pedagógica, realizada por el Ministerio de Educación, del millón de alumnos que tuvo escaso o nulo contacto con la escuela, pudieron revincularse con las instituciones a través del programa
“Acompañar, puentes para la igualdad” solamente 361.961 estudiantes.
“Las pruebas Aprender van a realizarse como parte de un conjunto más completo de herramientas para evaluar el sistema educativo. Lo que se llevará adelante este será muestral porque es lo metodológicamente correcto al tener una presencialidad alternada e intermitente de acuerdo a los indicadores epidemiológicos”, señaló el
Ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta.
Desde la Academia Nacional de Educación se pronunciaron contra la iniciativa de aplazar la evaluación de los aprendizajes. Mediante un comunicado, el ente que preside Guillermo Jaim Etcheverry expreso que
“considera imprescindible no abandonar la práctica de estas evaluaciones nacionales censales que han permitido poner de manifiesto el estado real de los aprendizajes de nuestros niños y jóvenes y así encarar acciones para mejorar la calidad de la educación”. De la misma forma, la
Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, asegura que suspender estas instancias
“es delicado” porque se tratan de instancias que
“nos permiten tomar decisiones”.
¿Cuál es el plan que prevé el Gobierno? Se encuentra en elaboración y será presentado próximamente al Consejo de Calidad Educativa, integrado por expertos, y al Consejo Federal de Educación, compuesto por los ministros de todo el país. El cronograma tentativo que presentó el Ministerio de Educación nacional en la última reunión quedó diagramado del siguiente modo:
Según la información que circula, sexto grado de Primaria será evaluado en Lengua y Matemáticas. Primero se realizará una prueba piloto en 120 escuelas durante octubre de 2021. Luego, durante el próximo año se aplicará la prueba censal definitiva en abril, mientras que los resultados de dichos informes estarán publicados en septiembre.
Respecto al quinto/sexto año de Secundaria queda por definir si se sumará una evaluación sobre Ciencias Sociales o Naturales. A diferencia del otro nivel educativo, la prueba piloto se dará en mayo de 2022, la prueba censal definitiva en octubre y la publicación de los datos será durante 2023, aún sin definir el mes.
En diferentes países, ¿qué decisiones se tomaron respecto a las pruebas estandarizadas?
Sabemos que la evaluación forma parte del proceso de enseñanza y los países se encuentran constantemente debatiendo acerca de qué hacer con los sistemas de evaluación estandarizados. La pandemia generó un escenario inédito a nivel mundial que afectó, en gran medida, el desarrollo de una parte de la sociedad que nunca imaginó tener que trasladar la realidad del aula a la virtualidad.
En Latinoamérica tomamos datos de lo que sucede en dos países referentes: Chile y México.
En el caso de Chile, donde se lleva adelante el
Sistema Nacional de Evaluación de Resultados de Aprendizaje (SIMCE) fue suspendido y todavía se debate cuál será su futuro durante el 2021. Estas pruebas son censales donde, a partir de un ranking, a las instituciones se les asignan recursos económicos. Durante el año pasado, se decidió realizarla solamente de forma muestral y voluntaria para los establecimientos educativos.
VERA es el nombre de las pruebas comparativas y uniformes a nivel nacional que se realizan en cada uno de los estados de Alemania para chicos/as de 3ro y 8vo grado. Cuando la pandemia de COVID-19 azotó el país, se decidió suspenderlas, pero algunos estados federales decidieron realizarlas de manera voluntaria. Para este año se intuía que iba a aplicarse nuevamente las pruebas estandarizadas, pero algunos gobiernos locales decidieron suspenderlas.
En México se decidió suspender el
Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) dependiente de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Se trata de un dispositivo que se realiza cada tres años para conocer el desarrollo de habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años a través de tres pruebas principales: lectura, matemática y ciencias.
Si extendemos nuestro análisis a Europa, nos encontramos con el caso de Francia, país en el que
las pruebas BAC se rinden una vez terminado el Liceo. En este contexto, las mismas fueron suspendidas durante el 2020 y para este año se modificaron tanto las estructuras como los contenidos. Cantidad de temas, textos obligatorios y preguntas fueron algunas de las modificaciones que el Ministerio de Educación francés realizó a las evaluaciones estandarizadas para contrarrestar las desigualdades que produjo la pandemia.
Desde que el COVID-19 generó replanteos en diversas áreas las desigualdades en la enseñanza y el aprendizaje que arrastraba la educación se profundizaron. Por este motivo cabe destacar que el debate debe darse en un marco de reflexión, asegurando un camino que nos permita mantener la presencialidad el mayor tiempo posible. También resulta importante hacer partícipe a toda la comunidad educativa, tanto docentes y directivos como alumnos y familias para enfocar actividades respecto a las necesidades particulares y realizar ajustes en la enseñanza a partir de evidencias, mediante una retroalimentación constante.
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