Misiones Salesianas es una entidad religiosa cristiana perteneciente a la Congregación Salesiana. Su misión es fortalecer y acompañar la actividad misionera de promoción, protección y educación de la infancia y juventud para favorecer su desarrollo integral. Ponen especial atención a países empobrecidos, promoviendo el compromiso solidario de las personas, con el fin de hacerlas copartícipes de la misión y generar cambios para transformar la sociedad.
Conscientes del valor y originalidad del carisma de Don Bosco quieren ser una entidad que contribuye con calidad en la construcción de un mundo justo, equitativo, inclusivo y sostenible. En el día de hoy más de un millón y medio de niñas y niños alrededor reciben educación en alguno de los centros salesianos.
Nacido en Bracchi, Italia, y nacido en una familia humilde, San Juan Bosco fundó el sistema
“Educar jugando y aprender gozando”. Para Bosco la escuela era una institución de aprendizaje y de trabajo, conciliando dos fines urgentes: preparar para el desempeño de una profesión y participar en los frutos de su propio esfuerzo.
En 1875 nace Misiones Salesianas, diez años después de la fundación de la Familia Salesiana, cuando San Juan Bosco envió a un grupo de misioneros a la Patagonia Argentina. Hoy en día, la presencia de la organización alcanza más de 134 países en que desarrollan proyectos a favor de la infancia y la juventud.
“Nuestra pieza clave en el trabajo es la educación de calidad para los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos. Les brindamos herramientas para que afronten el futuro”, detalla Ana Isabel Muñoz, portavoz de la organización.
Los valores que inspiran a trabajar a cada una de las personas que integra la Misión son la dignidad, la defensa de los derechos humanos, la solidaridad y subsidiariedad en busca del bien común, la gratuidad, la inclusión, el desarrollo sostenible para una ciudadanía global y la transparencia en todas las acciones.
“En nuestros centros también entendemos que la vulnerabilidad no es solamente educativa, sino que brindamos un espacio de seguridad. Allí van a poder alimentarse, ya que sin la panza llena no se puede estudiar”, afirma Muñoz.
Misiones Salesianas entiende que para lograr generar un cambio sustancial en la situación de los más desfavorecidos es importante dar a conocer los problemas que transitan. Además, transmiten los valores cristianos, los cuales son troncales a los derechos humanos, entendiendo que no se trata solamente de la catequesis, celebraciones, ritos o construcciones de iglesias, sino más bien se trata de un servicio al ser humano sea cual sea su condición, raza, cultura, idioma e identidad.
Su eje transversal fomenta en la infancia y la juventud una educación integral en un entorno de alegría y seguridad, brindándoles herramientas para ser personas empoderadas con conciencia ciudadana e integradora.
“Estamos hablando que existen 250 millones de niños y niñas que no tienen acceso a la educación y nosotros somos una gotita en un mar, pero no menos importante. Nuestra meta es que quienes se desconectaron durante la pandemia puedan volver a las aulas y mejorar los niveles que traíamos antes de la pandemia para 2030”, concluye la portavoz de Misiones Salesiana, Ana Isabel Muñoz
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