En 2005, con la creación del programa de
Orquestas-Escuela de la Provincia de Buenos Aires, se daban los primeros pasos en la historia de un proyecto para integrar a estudiantes de diferentes edades y contextos desde una mirada transversal.
Los coros y orquestas se definen como espacios inclusivos y abiertos a toda la comunidad, en los que se valora la diversidad y se trabaja con los distintos modos y tiempos de aprendizaje y participación de cada integrante.
La
Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires lleva adelante el Programa
“Coros y Orquestas Bonaerense” para que más de 13 mil niños, niñas, jóvenes y adolescentes en sus 105 sedes, participen activamente de sus actividades.
“El trabajo iniciado en 2005, a partir de la experiencia de Escuela-Orquesta de Chascomús, brinda la posibilidad de incluir, a través de la música, a estudiantes en situación de vulnerabilidad. Nuestro objetivo es ampliar los horizontes de vida lo más que sea posible para aquellos que más lo necesitan”, sostiene
Natalia Bragagnolo,
Directora de Políticas Socioeducativas.
La Ley de Educación Nacional N° 26206 establece entre sus objetivos: asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades, y garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y que estimule la creatividad, el gusto y la comprensión de las distintas manifestaciones del arte y la cultura.
Desde una mirada integral, el proyecto brinda propuestas pedagógicas integrales y de calidad que favorezcan el acceso, reintegro, permanencia y terminalidad del sistema educativo mediante la educación musical. Además, comprende la formación educativa en un marco que respeta la diversidad, los modos y tiempos de aprendizaje de cada estudiante.
El desarrollo de los alumnos dentro del programa genera que aún cuando terminan su educación sigan conectados en diferentes roles: coordinadores, docentes y/o multiplicadores. Así es el trayecto que realizó
Agustín Andrade, quién actualmente es el
Coordinador Provincial del Programa, quien cumplió todos los roles para terminar siendo la máxima autoridad de
“Coros y Orquestas Bonaerenses”.
“En una sede uno de los chicos me contaba que no sabía leer ni escribir y que había dejado la escuela, pero que cuando vio un concierto que brindamos quiso volver para tocar el trombón. Ahora logró aprender a leer y escribir. Es una forma de garantizar el derecho a la educación”, nos comenta
Natalia Bragagnolo.
Con motivo de continuar ampliando las posibilidades para que los estudiantes proyecten un futuro en la música, la
Dirección Provincial de Políticas Socioeducativas de la
Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires impulsó la creación de la
Orquesta Juvenil Bonaerense.
Este cuerpo musical está integrado por 46 jóvenes músicos de diferentes localidades bonaerenses. Los mismos van rotando a partir de audiciones que se realizan año a año.
El objetivo de la Orquesta es propiciar oportunidades y formación musical superior a jóvenes bonaerenses, haciendo énfasis en la democratización de la cultura, desde una perspectiva de derechos e inclusión. Además, el elenco tiene previsto brindar conciertos itinerantes y talleres, difundiendo la cultura e invitando a la participación y formación de más jóvenes.
“Ahora los estudiantes tienen la posibilidad de dedicarse a la música teniendo una formación superior”, detalla
Bragagnolo.
El Programa de Coros y Orquestas de la cartera educativa bonaerense funciona desde septiembre de 2005 y tiene por finalidad ofrecer a 13 mil niñas, niños y jóvenes de toda la provincia de Buenos Aires, el acceso abierto y gratuito a una educación musical de calidad. Cuenta con 105 sedes de Orquestas y Coros, ubicadas en escuelas, centros educativos o edificios propios en distintos puntos y jurisdicciones provinciales.
“La música como arte conjuga la posibilidad de construir conocimiento desde diversas miradas. Cuando aprenden a tocar un instrumento también están aprendiendo a compartir, a escuchar a otros, al silencio, sobre matemática o prácticas del lenguaje, entre otras cosas. Es una puerta hacia una construcción de conocimiento diferente”, concluye
Natalia Bragagnolo,
Directora de Directora de Políticas Socioeducativas DGCE
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