En Argentina, históricamente muchos clubes de fútbol surgen a través de instituciones educativas. El ya disuelto
Alumni Athletic Club, uno de los fundadores de la Asociación del Fútbol Argentino (en ese entonces llamada Argentine Association Football League), nació durante 1893 cuando alumnos del
Buenos Aires English High School y Alexander Watson Hutson, considerado el padre del fútbol argentino, decidieron formar un equipo para integrar los torneos de Primera División.
La institución fue fundada en 1884 por Hutson tras su alejamiento de la dirección del
Saint Andrew´s Scots School debido a la imposibilidad de contar con fondos para adquirir terrenos dónde practicar deportes. Alexander consideraba al deporte un elemento fundamental para los métodos de enseñanza en niños y jóvenes, pero ahora, la ecuación cambio.
Los clubes son quienes deciden apostar por desarrollar un
espacio educativo en sus predios.
Vélez, Estudiantes y Temperley son algunos de los clubes que marcan el camino y apuntalan sus proyectos educativos. Los clubes son una herramienta de inclusión e integración social, en dónde no solo se desarrollan actividades deportivas, sino que están a disposición del fomento cultural de sus asociados y de la comunidad a la que pertenecen.
En 2015, gracias a la mancomunión de varias instituciones del fútbol argentino, nació el proyecto de
Centros Educativos de la Asociación del Fútbol Argentino (CEAFA). Su objetivo es nuclear las instituciones educativas de los equipos afiliados a la máxima entidad buscando detectar necesidades de capacitación, la creación de datos de personal idóneo, organizar campañas solidarias e integrales de concientización social y generar un pull de beneficios para quienes cuentan con un complejo educativo.
Primero, los jugadores.
Estudiantes de La Plata nace gracias a un grupo de jóvenes estudiantes secundarios y universitarios que, cansados de ser ninguneados por otras instituciones, decidieron crear un club con el fin de practicar fútbol en una ciudad que se estaba poblando en los albores de 1905. La relación de la educación con la institución siempre fue estrecha. Por eso, durante 1999 se fundó el Colegio en su nivel inicial.
“Es un legado de los mismos fundadores, que toma la responsabilidad de cumplirlo y se compromete a llevarlo a cabo”, reza en su página web.
Manteniendo esta impronta, en 2015 desarrollaron la primera escuela para jugadores de América Latina. Un orgullo para la institución platense, se trata de un bachillerato correspondiente al Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires que les permite a los chicos continuar con su aprendizaje formal al mismo tiempo que desarrollan su pasión por el fútbol.
“La educación es un derecho y la idea es facilitarles el acceso a los chicos del club. En Estudiantes lo vemos como una inversión y no como un gasto. Algunos podrán llegar a Primera y otros no, pero la intención es formar a todos como personas”, afirma Sebastián Turner, coordinador del Proyecto Educativo de Estudiantes de La Plata.
La anécdota detrás de la historia que lleva el nombre con el que fue bautizada la escuela.
Pelusa Bedogni es un jugador de la camada ´60, amigo de Juan Ramón Verón, uno de los máximos ídolos de la institución platense, que de a poco y sin darse cuenta se puso al hombro la tarea de controlar como iban en los estudios todos los pibes. En un momento, Pelusa le comenta a Juan Sebastián Verón:
“cuando seas dirigente o presidente del club, te pido que armes un colegio”. Por eso, en 2014, cuando
la Brujita gana las elecciones en Estudiantes, comenzó a planificar esta idea que busca achicar la deserción escolar en quienes se dedican al fútbol.
“Si estudian, van a poder jugar”, le dijo Verón a un grupo de adolescentes durante una charla deportiva. En Estudiantes deben estudiar, eso no se negocia. Pueden hacer en el colegio del Pincha o en otra institución, pero su responsabilidad es terminar la secundaria. Durante la mañana entrenan y por la tarde más de 100 chicos cursan sus estudios secundarios obligatorios.
“Asumimos la responsabilidad de darles herramientas que le sirvan en su vida para una vez que dejan de formar parte de la vida de un club de fútbol. Generamos una cultura del estudio”, sostiene Turner.
Un Fortín educativo
Una pintada en Liniers reza:
“Cada chico que entra al club es un campeonato ganado”. José Amalfitani, presidente del club Vélez Sarsfield, es autor de la frase. Tomó las riendas del club en los años ´40 y lo llevó a convertirse en una de las entidades deportivas, educativas y sociales de mayor prestigio en el país.
Actualmente, el Fortín cuenta con el Instituto Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield que es motivo de orgullo. El establecimiento está considerado como uno de los de mayor prestigio, dentro de las alternativas que manejan los padres, al momento de decidir el futuro educacional de sus hijos.
Su matrícula está compuesta por casi 2500 estudiantes, quienes valoran este proyecto educativo y se enmarcan en los cuatro niveles de enseñanza; y transitan, vivencian, se expresan, aprenden, crecen y disfrutan cotidianamente de las aulas y los diferentes espacios disponibles.
“Vélez es un club de puertas abiertas. La orientación deportiva que tiene el Instituto lleva a que los estudiantes generen un vínculo saludable mediante el trabajo con otros”, afirma Gabriela Miasnik, rectora del Nivel Secundario y Superior de Vélez Sarsfield.
En el contexto de cuarentena los docentes siguieron brindando sus enseñanzas y los alumnos continúan aprendiendo merced a la aplicación de diferentes propuestas virtuales, y expresan sus ganas de volver a encontrarse en la presencialidad.
“En pandemia tuvimos que generar una adaptación muy rápida para sostener, junto con los docentes, la trayectoria educativa de los y las estudiantes. Me gusta usar el término mudar para aquellas propuestas que podían continuarse en la virtualidad y cuáles debíamos crear para seguir dando respuesta”, explica Miasnik.
El
Instituto Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield se posiciona entre las mejores opciones educativas de la zona y sus alrededores. Se destaca por el compromiso, el trabajo en equipo, la capacitación de sus docentes y directivos, y el seguimiento y la contención que se realiza sobre los alumnos/as cotidianamente. Además, brinda un servicio integral con orientación al deporte que representa un estímulo y un atributo de distinción para el momento en que cada familia elige el lugar para la formación de sus hijos/as.
Un cielo Celeste
Sueños Celestes es el nombre del Jardín Maternal y de Infantes que posee el
Club Atlético Temperley en su complejo ubicado en Av. 9 de Julio 360. Para una institución que se encontró cerrada durante varios años debido a las deudas que se contrajeron, tener un espacio educativo que pueda generar un aporte social a la comunidad resulta importantísimo.
La educación inicial está cimentada en la socialización y la alfabetización. La primera es un proceso de incorporación y transformación de las normas que rigen la convivencia social. Mientras que la alfabetización es el proceso por el que el niño utiliza sus esquemas de conocimiento para apropiarse de los objetos y elementos de la cultura.
“Nuestra acción pedagógica tiende a generar la construcción de aprendizajes significativos, donde los/as alumnos/as son verdaderos/as protagonistas del proceso, modificando sus esquemas de conocimiento y estableciendo relaciones ricas, dinámicas y flexibles entre lo nuevo y lo ya existente. Somos una escuela joven que incorpora a su accionar pedagógico la actividad física como fuente motivadora para la formación integral de nuestros alumnos, permitiendo desplegar habilidades motrices, espíritu de grupo y demás valores ligados al movimiento, el juego y el deporte: compañerismo, cooperación, pertenencia, búsqueda de objetivos comunes”, detalla José “Chechi” Fernández, vicepresidente tercero de Temperley y presidente de la Fundación Sueños Celestes.
Mediante el aporte del Municipio de Lomas de Zamora, el Club Atlético Temperley iniciará en octubre de 2021 las obras del edificio para un Nivel Primario con la intención de comenzar el ciclo lectivo 2023. El proyecto se encuentra sustentado sobre bases y principios sólidos que forman parte de una concepción pedagógica integral en la búsqueda de un perfil de egresado con un gran desarrollo físico, psíquico y social.
Una plaza para crecer
Creciendo con el Fútbol es una idea de Diego Cappelleti que se desarrolla en la plaza Houssay, demostrando que detrás de la acción de patear una pelota puede haber solidaridad, estudio y valores. Con 45 años, Cappelleti es entrenador formativo de futbol y dirige una academia distinta a las demás porque se dan clases a unos 40 niños y niñas de entre 4 y 12 años. El único pedido es que se comprometan como personas y deportistas con su propio desarrollo humano.
El deporte integra uno de los eslabones más importantes en la formación de los chicos junto con el hogar, la escuela y la salud.
“La idea surge con la convicción de que los chicos tengan un espacio para realizar su deporte porque a través de eso pueden desarrollarse como persona y con sus pares. Además, le ayuda a su formación personal”, afirma su fundador.
Durante su trayectoria dirigiendo distintos clubes, Diego notó que los jóvenes eran víctimas de un grave problema social, económico y familiar: la pobreza. Para eso Creciendo con el Fútbol se emplaza como una solución a partir de entender que detrás de cada deportista hay personas que deben ser escuchadas y contenidas.
Desde el proyecto promueven el cuidado personal, la vida en familia, la atención a la salud y la educación en relación al deporte para que los niños encuentren un sentido a los que estudian en la escuela.
“Tenemos clases teóricas, ¿para qué? Así potenciamos la educación mediante el deporte: relacionamos la matemática con el fútbol. Explicamos los ángulos o las figuras geométricas”, afirma Diego. Los chicos entienden que el deporte es una herramienta de formación por la que estudiar es
“ir progresando en la vida y en el juego”.
En 2016, cuando creó Creciendo con el Fútbol, Cappelleti contaba con tres entrenadores, un psicólogo social y un nutricionista. Además, se realizaban 12 fichas por niño con información deportiva y social.
“Entendemos que hay que valorizar y defender el espacio público mediante un uso adecuado. Con una correcta planificación se puede entrenar de igual manera o mejor que en un club”, concreta su fundador.
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