En los últimos años el impacto de la cantidad de plástico que utilizamos en nuestra vida diaria y el impacto que tiene en el medio ambiente tomó fuerte preponderancia. Empezar a realizar alguna acción proactiva que nos lleve a reducir el efecto negativo que tiene su uso a nivel global resulta sencillo, pero aún más fácil es evitar el uso de los plásticos descartables.
Para ello,
Agustina Besada y
Rocío González fundaron
UNPLASTIFY, una empresa social que propone un cambio en la relación humana con los plásticos. Su principal solución es “desplastificar”, entendiendo que es la acción para minimizar el uso de plásticos descartables de manera sistemática mediante el rediseño de hábitos.
Su propuesta está en desafiar a organizaciones, empresas, gobiernos y personas sobre el uso que tienen con este elemento.
UNPLASTIFY surge a partir de una
“Aventura oceánica”, la aventura que llevó adelante
Besada, Diseñadora Industrial con una Maestría en Sustentabilidad en la Universidad de Columbia en Nueva York, a cruzar el Atlántico en velero durante seis meses para entrevistarse con expertos e investigar sobre el uso del plástico.
Durante su viaje tomó muestras de micro plásticos en el mar con un dispositivo aprobado por el Instituto 5Gyres. Ese viaje la llevó a plantear junto a su amiga y cofundadora,
Rocío González, la posibilidad de pasar las ideas a la acción. Y así surgió
UNPLASTIFY.
El plástico es uno de los residuos que tardan más tiempo en degradarse y en el mundo solamente un 9% de ese elemento puede reciclarse. Por este motivo, el objetivo del desafío es acompañar a las personas a eliminar este elemento de su rutina y así fomentar un consumo responsable.
Según la
Organización Mundial de Conservación (WWF), los productos que consumimos en apenas unos segundos utilizan casi la mitad del plástico producido. Ese material al no ser biodegradable se fragmenta en partículas minúsculas llamadas micro plásticos. Para poner un ejemplo del efecto negativo que tiene sobre nuestra vida: según un censo de diversas ONG ambientales en las diferentes localidades de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires el 84,5% de los residuos que se encontraron son plásticos.
Entendiendo que la gestión de recursos debe comenzar por la escuela como un espacio dónde es posible pensar soluciones a largo plazo e influir directamente en la cultura de la sociedad. Así,
UNPLASTIFY lleva adelante desde 2019 el proyecto
“Desafío Unplastify” destinado a estudiantes de 15 y 16 años de Argentina, Chile y Uruguay.
“Si queremos que los jóvenes sean agentes de cambio necesitamos motivarlos a partir de un mensaje inspirador, ya que los mensajes negativos no llaman a la acción. Primera tenemos una charla y un encuentro informativo y de taller”, explica
Agustina Buscaglia,
Coordinadora del Desafío Escuelas.
La dinámica se estructuró en dos etapas más: en la segunda etapa, se invitó a los/as participantes a cooperar con otras escuelas para la implementación de proyectos desplastificantes, con el foco en los plásticos de un solo uso. Y finalmente, la tercera etapa consistió en la presentación final de los proyectos seleccionados.
El objetivo es que jóvenes de Latinoamérica se involucren con la problemática de los plásticos en el océano mediante un juego que los invita a idear, desarrollar e implementar estrategias para
desplastificar sus comunidades.
“Necesitamos abarcar la problemática de manera sistémica y la educación es la que genera cambios culturales. Por eso, desde temprana edad pensamos que es beneficioso buscar alternativas o mismo rechazar el plástico descartable. Tenemos que accionar frente a la relación abusiva que tenemos con el material porque es un problema que está fuera de control”, sostiene
Buscaglia.
Basándose en la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos,
UNPLASTIFY motiva a los estudiantes a realizar equipos con los que deberán identificar una problemática en su comunidad en dónde pueden accionar positivamente mediante una estrategia. Allí aprenden a reflexionar desde una problemática, a diseñar estrategias, gestionar proyectos, colaborar y mediar el impacto.
El objetivo del
“Desafío Escuelas” es que los estudiantes logren adquirir las capacidades de liderazgo, comunicación, cooperación e impacto positivo.
Los estudiantes tienen la oportunidad de participar de un proyecto voluntario que los estimula, los conecta con una causa ambiental significativa y les permite accionar sus ideas para generar impacto local.
“Está bueno que puedan vivir esta experiencia para luego elegir una carrera y abarcarla desde una mirada ambiental y social”, explica
Agustina Buscaglia.
El Desafío 2019 empezó en marzo, con 9 escuelas participantes de Argentina, Chile y Uruguay.
- +1900 jóvenes atendieron charlas de concientización
- +600 jóvenes participaron de talleres de estrategia
- +100 jóvenes se registraron voluntariamente para implementar sus estrategias desplastificantes
- +24 equipos / +24 estrategias están siendo implementadas
Entender la problemática desde una mirada escolar y potenciar los proyectos innovadores que surjan allí es necesario para lograr una sociedad menos dañina con el medio ambiente.
“Entendemos que es necesario que existan este tipo de proyectos innovadores a nivel habla hispana para empezar a pensar la problemática de los plásticos con una mirada Latinoamericana, y para eso es necesario empoderar a los jóvenes”, concluye
Agustina Buscaglia,
Coordinadora del Desafío Escuelas.
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