La transformación de la escuela secundaria ocupa hoy un lugar central en el debate educativo. Con altos niveles de escolarización, pero serias dificultades para garantizar trayectorias completas y aprendizajes relevantes, el desafío ya no es solo incluir, sino lograr que la experiencia escolar tenga sentido y proyección. En este contexto, el libro
“Transformando la escuela secundaria. Un plan de acción para Argentina y la región”, de Agustina Blanco, con aportes de
Sonia Williams Fox, se presenta como un recurso pedagógico clave para pensar y planificar cambios posibles.
La obra fue presentada por Editorial Santillana Argentina en el MALBA y forma parte de la serie
Santillana en el aula. Surge de años de trabajo territorial en escuelas y sistemas educativos del país y la región, y propone pasar del diagnóstico reiterado a una transformación sostenida, escalable y basada en evidencia. El libro está disponible en librerías desde el 15 de diciembre, en edición papel y digital, lo que amplía su acceso a docentes, equipos directivos, decisores y formadores.
Desde el inicio, el texto se apoya en datos que interpelan. Durante la presentación, Víctor Volman, director del Observatorio Argentinos por la Educación, sintetizó el problema: más del 90 % de los adolescentes está escolarizado, pero solo 10 de cada 100 finaliza la secundaria en tiempo y forma con los saberes esperados. El foco, entonces, se desplaza hacia las trayectorias y los aprendizajes, eje central del planteo de Blanco.
La autora, cofundadora y directora general de Somos Red, describe una “doble imagen” de la secundaria argentina: por un lado, estructuras rígidas que ya no dialogan con las realidades juveniles; por otro, múltiples experiencias que demuestran que una escuela más flexible, interdisciplinaria y profunda es posible. El valor del libro reside en sistematizar esas evidencias y convertirlas en una hoja de ruta.
Una herramienta para pensar y actuar en las escuelas
Uno de los aportes más relevantes del libro es su carácter operativo. No se trata de una reflexión abstracta, sino de un recurso que puede ser utilizado por equipos de conducción, supervisión y docencia para analizar su propia institución. A lo largo de sus capítulos, se abordan dimensiones clave de la llamada “gramática escolar”: currículo, metodologías, evaluación, organización del tiempo y del espacio, y roles docentes.
Durante el panel de presentación, Mariana Albarracín, directora de la Escuela Técnica Roberto Rocca Campana, reforzó esta idea al señalar que la verdadera innovación no está en los cambios superficiales, sino en las oportunidades reales que se generan para que los estudiantes aprendan de manera auténtica. El libro recupera este enfoque y lo traduce en preguntas y criterios que permiten revisar prácticas concretas.
Desde la relación entre educación y trabajo, Guillermina Laguzzi (OEI) aportó una mirada complementaria: la secundaria no debe ser un espacio de entrenamiento laboral inmediato, sino un ámbito que fortalezca capacidades para transitar la vida adulta. Esta perspectiva se refleja en el libro al priorizar aprendizajes profundos, pensamiento crítico y construcción de proyectos de vida.
Accesibilidad, escala e impacto sistémico
Otro eje central del libro es la cuestión de la escala. Blanco advierte que no alcanza con experiencias piloto exitosas si no se logra expandir el cambio al conjunto del sistema. Para ello, propone una estrategia en tres etapas: fundamentos, pilotos de profundidad y expansión. Cada fase tiene objetivos específicos y reconoce la necesidad de construir confianza, producir evidencia y sostener políticas más allá de los tiempos políticos.
El exministro de Educación de Córdoba, Walter Grahovac, retomó esta idea al describir la transformación educativa como un “laberinto” que exige revisar, corregir y aprender del camino. Experiencias como las escuelas PROA, mencionadas en el libro, muestran que es posible modificar estructuras sin desarmar todo lo existente, combinando continuidad e innovación.
El texto incorpora además un análisis del impacto de las pantallas en la vida escolar y el bienestar adolescente. Sonia Williams Fox aporta evidencia sobre cómo el uso intensivo de dispositivos afecta la atención, el sueño y los vínculos, y subraya el rol de la escuela y la familia en equilibrar vida digital y vida real. Este enfoque refuerza la idea de que no hay aprendizaje profundo sin bienestar emocional.
Transformando la escuela secundaria se consolida así como un recurso educativo valioso y accesible, que combina diagnóstico, evidencia y propuestas concretas. Lejos de ofrecer recetas cerradas, invita a planificar con metas claras, monitoreo constante y liderazgo pedagógico. Para quienes buscan materiales rigurosos para repensar la secundaria desde la acción, este libro ofrece un punto de partida sólido.
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