Entendemos a la comunicación científica como aquellos procesos que se dan al interior de la comunidad especializada y de esta con la sociedad. Este conjunto de prácticas sociales y culturales complejas requieren un conjunto amplio de herramientas teóricas interdisciplinarias para lograr su efectiva interpretación.
En el camino de la docencia,
Marcela Brocco, especialista en bioquímica del cerebro humano, notaba que al momento de evaluar trabajos prácticos había ciertos errores que se arrastraban desde la educación media. Al mismo tiempo, entendió que era necesario empezar a generar pautas a la hora de la corrección para que los estudiantes pudieran mejorar los informes entregados.
“Por el año 2005 propuse brindar algunas herramientas de redacción para los estudiantes de las materias del último año de la carrera de Biotecnología. Esto resultó tan valioso que varios docentes empezaron a comentarme que era necesario dar estas pautas más tempranamente. Así fue como se armó un taller”, explica
la investigadora del CONICET en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Años después, con un trayecto docente amplio y asentado dentro de la casa de estudios, la editorial que posee la
Universidad le propuso editar un libro con su experiencia. Así fue que nació
“Comunicar Ciencia. De resultados experimentales a textos”, una guía para elaborar textos escritos.
UNSAM Edita nació en 2006 con el fin de promover publicaciones de conocimientos generados en los ámbitos universitarios del país y del mundo. Así se pone en valor el patrimonio cultural de nuestra comunidad y es una forma de incentivar la formación de lectores críticos, comprometidos con una noción de cultura cosmopolita, respetuosa por la diversidad y profundamente democrática.
Su catálogo alcanza los 240 títulos e incluye diversas propuestas como las Ciencias Sociales, la Ciencia y Tecnología, el Arte y la Filosofía, hasta saberes específicos como el periodismo de investigación, el psicoanálisis, el pensamiento contemporáneo y las literaturas del sur global.
El objetivo del libro es ser una posibilidad de adquirir capacidades necesarias para elaborar textos académicos sencillos, claros y consistentes, partiendo de la base que los estudiantes de ciencias experimentales deben informar los resultados de sus trabajos de laboratorio -e incluso presentarlos en forma de tesis-, pero cuentan con pocas oportunidades de adquirir las capacidades necesarias.
“Algunas cuestiones necesarias a tener en cuenta para la confección de estos textos académicos es que se utilice un lenguaje técnico y preciso, pero no rebuscado. No hace falta recargar los textos con palabras que no usamos en el lenguaje cotidiano”, explica
Brocco.
Con ejemplos y actividades, la autora propone guías para elaborar textos escritos, como informes o artículos; orales, como conferencias y charlas, y ofrece claves para presentar imágenes, gráficos y tablas. En este libro combina, así, su vasta experiencia en el dictado de talleres de escritura académica con criterios tomados de manuales de redacción científica, diseño publicitario y oratoria.
Una comunicación de resultados efectiva contribuye a su posible diseminación al interior de la comunidad científica. Frente a dos trabajos: uno redactado de forma clara y con resultados bien comunicados, y otro no,
¿por quiénes se inclinarán los lectores? Seguramente por el primero por su facilidad para la lectura.
Preparar un texto no solamente sirve para quién lo recibe, sino también que quién lo redacta se beneficia. Durante la redacción desarrolla, organiza y consolida ideas. Por ello, aprender a producir textos efectivos es un proceso complejo, pero necesario para cualquier estudiante.
“Siempre les recomiendo a los estudiantes que lean y escriban mucho porque sin texto no habrá nada que modificar. El libro fue todo un desafío porque nosotros estamos acostumbrados a escribir artículos de ciencia. Por ello, en lo personal fue muy gratificante”, concluye quién publicó artículos científicos en 18 revistas internacionales avaladas por comités.
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