Un nuevo libro propone construir un aporte para pensar la tarea de las instituciones que cuidan y educan a bebés, niños y niñas hasta los 3 años de edad.
“Educación y cuidado en la primera infancia. Pedagogía desde el jardín maternal” (Edit. Paidós Educación) fundamenta, ofrece criterios para pensar y recrear las prácticas y políticas dirigidas a la primera infancia.
Gabriela Fairstein,
Mercedes Mayol Lassalle con la colaboración de
Valeria Heres y
Paula Lorenzi proporcionan coordenadas para entender las particularidades de la labor educativa, la importancia del sentido ético y social de las acciones pedagógicas.
Las pedagogas exponen, desde su experiencia, que en la primera infancia todo gesto de cuidado “es pedagógico” y toda educación es “una forma de cuidado”. De este modo, subrayan el profesionalismo de la educación y el cuidado en los primeros años de vida, y advierten sobre la especificidad del jardín maternal, profundizando en aspectos como el trabajo en sala, la organización institucional y el desarrollo de programas sociales.
Este libro aborda la educación y el cuidado como una oportunidad para enriquecer el desarrollo infantil y las prácticas de crianza familiares, pensando este período como tiempo vital con sentido en sí mismo y no solo como preparación para la vida futura. Refiere a un jardín maternal que coopera y coeduca con las familias y la comunidad, en un marco intercultural y flexible en pos de la inclusión y la atención a la diversidad.
“Nos interesó conceptualizar nuestra experiencia. ¿Qué es lo que hacemos en un jardín maternal? ¿Cómo se explica y fundamenta nuestro accionar? A veces los conceptos existentes en pedagogía no alcanzan porque sus categorías y teorías fueron construidas conceptualizando la práctica de la escuela primaria o secundaria, pero la educación en primera infancia tiene particularidades que no encajan en esas categorías”, explica
Gabriela Fairstein,
Licenciada y Doctora en Educación (UBA).
Un debate “importado” de la escuela básica es lo relativo a si es más importante “transmitir conocimientos socialmente significativos” o “estimular el desarrollo”. “En la primera infancia, la apropiación cultural y el desarrollo son dos caras de una misma moneda".
Al mismo tiempo, desde el título se aborda la indivisibilidad de la educación y el cuidado. Esto se construye mediante dos pilares:
la apuesta educativa por parte de la sociedad y la consideración de niños y niñas como sujetos de derecho.
“El cuidado tiene que ver con el pensar, y la relación entre lo pedagógico y asistencial está presente en todos los niveles educativos, pero en la primera infancia adquiere un sentido cardinal por sus rasgos distintivos y definitorios”, detalla
Fairstein.
Por otra parte, en su subtítulo se da cuenta que el libro se escribe “desde adentro”, recogiendo la experiencia laboral concreta en este nivel educativo. Las pedagogas se posicionan como profesionales y trabajadoras del jardín maternal, aspirando a compartir sus experiencias en el trabajo con niños, niñas y familias, en la dirección y coordinación de instituciones, en la fundación y creación de jardines maternales. Además, abordan temas como la formación docente y directiva, el asesoramiento a organizaciones estatales, privadas y movimientos sociales y comunitarios, el desarrollo y evaluación de políticas públicas.
Esta obra se inscribe en el recorrido de la pedagogía específica del nivel inicial en Argentina, y el título “Pedagogía desde el jardín maternal” propone un juego de palabras con otros dos libros que fueron obras emblemáticas en la construcción de este campo:
“Desde el jardín maternal”, que en la década de 1970 plantea un horizonte de expectativas en una época que buscaba fundar su carácter pedagógico y
“En el jardín maternal”, de los 2000, que discutía prácticas concretas y teóricas. Este nuevo libro se propone continuar “desde el jardín maternal” para recoger los frutos de estas experiencias, para “pasar la posta” y para compartir saberes construidos desde la práctica de las instituciones.
“La respuesta que brindamos en el libro es histórica. Recuperamos la hipótesis de que en la búsqueda de legitimar su carácter asistencial y pedagógico se ha recurrido a categorías y prácticas importadas de otros niveles educativos, pero lo analizamos como una problemática del campo, y no como de esta educadora o aquella institución…De hecho la llamada “primarización” no solo tiene efectos en el tipo de ambientes e intervenciones, sino que sobre todo produce desazón e impotencia cuando advertís que la teoría no habla acerca de tu práctica”, sostiene
Gabriela, docente de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) y
de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
El camino que desarrolla el libro presenta los aspectos sustanciales del jardín maternal en dónde importa tanto atender a los niños y niñas como a sus familias. Esta institución, con sus prácticas docentes, maneja tiempos, espacios y movimientos particulares, guiados por la ternura y la observación, como acunar, cobijar y alimentar, poner el cuerpo y la escucha.
“En otros niveles el docente se relaciona con los alumnos para que aprendan un contenido y el aporte de las familias puede ser un obstáculo. Pero en el jardín maternal la totalidad de la enseñanza (comer, hablar, etc.) los hacen las familias junto con los docentes”, comenta
Gabriela.
Las escritoras detallan que existen 4 funciones fundamentales de esta etapa de la educación:
- Ampliar los horizontes culturales del desarrollo
- Alojar la crianza
- Cultivar bases vinculares seguras
- Dignificar la infancia
“La educación inicial construye pedagogía a partir de la reflexión sobre las prácticas alimentadas por las teorías. Incluso, estas ideas pueden iluminar aspectos que en otros niveles educativos no se aprecian”, concluye
Gabriela Fairstein.
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