La necesidad de hacer accesible para la comunidad educativa ciertos libros que no estaban traducidos al español llevó al docente Juan Fernández a crear un blog para compilar aquellas obras que leía, junto a artículos científicos y a la recomendación de otros sitios webs de referencia educativa. Su pasión y constancia logró que el número de visitantes creciera cada día más, por lo que decidió compendiar todos estos conocimientos y devoluciones que se generaban en un libro.
“Educar en la complejidad” busca responder una pregunta con la que Juan comienza la charla con Educrear,
“¿Qué aprendí durante este camino?”.
En la actualidad la educación tiene la responsabilidad de contemplar la complejidad del contexto y los cambios acelerados del desarrollo de las tecnologías y la ciencia, con la variable de que los alumnos sean capaces de comprender e implementar estrategias que confronten los procesos de incertidumbre actuales a partir de alternativas sustentables.
“En otras áreas hay un objetivo común, aquí hay objetivos diferentes. Los intereses múltiples de la educación la complejizan”, afirma Fernández.
Lo que sucede en las sociedades actuales es que los mensajes están presentados como soluciones simples a problemas que sabemos complejos. Muchas de esas afirmaciones buscan atraer a partir de la intuición, pero las respuestas que necesitamos para
revertir los problemas educativos deben ser analizadas de forma concienzuda y en profundidad. Nos deben hasta incomodar.
El libro analiza aquellas simplificaciones que se dan dentro del sistema educativo y se muestran los posibles cambios que pueden gestarse. Está dirigido a los docentes, a las familias y a cualquier persona que piense en este mundo complejo de la educación. Necesitamos un cambio de mirada que nos haga ver las posibilidades de mejorar a futuro.
“Tenemos mucha afinidad por mensajes simples que van a cuestiones generales. Se construye a partir de una falsa inseguridad. Venderlo como algo fácil nos hace sentir mejor”, menciona el autor del libro.
“Educar en la complejidad” está dividido en cinco capítulos en los que el autor detalla las simplezas que se malinterpretan y propone un cambio de mirada. Así es que, en el primero busca mostrar porque las soluciones simples tienen
mayor difusión y persisten con mayor eficacia en amplios sectores de la sociedad.
En el segundo capítulo explora la verdad como proceso de búsqueda y la importancia de las pruebas para evaluar cuán veraz es una afirmación. Siguiendo con el recorrido del libro, en la tercera sección, Juan Fernández habla sobre la necesidad de generar una motivación duradera a partir del sentimiento de ser competentes con algo.
En
“El poder de las emociones desagradables” (cuarto capítulo) nos explica la importancia de la vinculación de las emociones en el aprendizaje, de las expectativas sobre el alumnado y el papel de los métodos en educación. Por último, nos hace
“Algunas propuestas para educar en la complejidad” y vincula al sistema educativo con el mundo de la medicina.
En estos dos años de
educación virtual por la pandemia se dieron múltiples discusiones, pero para el autor de
“Educar en la complejidad” resultó un problema
“no haber estudiado en detalle” las medidas tomadas y cuáles fueron las que funcionaron para así
“no repetir lo que no funcionó”.
Este libro asume que lo complejo puede ser muy hermoso si entrenamos nuestra mirada y buscamos juntos métodos para analizarla.
“Intenté transmitir una mirada positiva a los docentes y las familias de ver la educación de otra forma”, concluye Juan Fernández.
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