En Chascomús, una ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires, se desarrolla un proyecto educativo que tiene como objetivo mejorar la vida de los participantes. Mediante una serie de herramientas utiliza a la música como formadora humana y ciudadana.

Desde 1998, con la idea y empuje de Valeria Atela -autora de Orquesta Escuela en el país- se empezó a diseñar una metodología que utiliza la música para forjar líderes que vivan la integración como el mejor camino posible.

Esta forma de enseñanza constituye una herramienta esencial para la formación personal, al mismo tiempo que proyecta un modelo social que explora y fortalece valores, actitudes y experiencias de alto contenido comunitario.

Su objetivo, gracias al apoyo de Mozarteum Argentino, es favorecer la inserción en la comunidad, el acceso y la participación en/ de los bienes culturales y el acompañamiento en el armado y la concreción de sus proyectos de vida.

“Mediante la música se pueden abordar situaciones familiares determinadas. Somos un espacio de contención que busca la excelencia musical. Queremos que se sientan como una familia, que vivan las experiencias en comunidad y haya objetivos comunes”, detalla Mayra Tomás, quién forma parte del equipo SOIJAr y es profesora de viola.

¿De dónde surge este movimiento? Fue en el año 1975 cuando José Antonio Abreu, músico, compositor, educador y ex Ministro de Estado para la Cultura de Venezuela, desarrolla un programa educativo que apuntaba a la inclusión social. 

El modelo pedagógico de excelencia que luego fue replicado en numerosos países apuesta por una enseñanza musical que transforme la vida de los niños y adolescentes. “Una vez que el niño supera la pobreza material sustituida por la riqueza espiritual, al tomar un instrumento y haber iniciado sus clases de música, se encuentra completamente preparado para salir adelante y superar cualquier tipo de obstáculos, bien sean económicos o de índole social”, sostenía.

Su Programa no solo rompió los paradigmas de la enseñanza musical en Venezuela -que no solamente es gratuito, sino que es un derecho para cada estudiante-, sino que continúa incluyendo a miles de niños en situaciones de vulnerabilidad. Esta propuesta utiliza los principios del trabajo y la disciplina, capaz de construir profesiones íntegras.

“Muchos llegan por la curiosidad de vernos en alguna plaza. También nos acercamos a los barrios donde esta actividad cultural no es accesible. Todos los sábados hacemos una gran movida invitando a los chicos para que se acerquen a nuestra sede a tomar clases. Vemos la transformación de las familias en situaciones complejas: cómo empiezan a sentirse parte y de qué forma cambia la relación de los chicos con sus pares.”, nos explica Mayra.

La estrategia didáctica de la Metodología Orquesta-Escuela (MOE) tiene contacto con el llamado Método Mutuo, dónde los alumnos avanzados comparten con sus compañeros los conocimientos adquiridos previamente. De este modo son ellos quienes llevan a cabo cotidianamente el proceso de enseñanza-aprendizaje bajo la coordinación del maestro.



En este sentido, se lleva a cabo una práctica en conjunto, donde cada estudiante participa en la construcción de sus propios conocimientos y los de sus compañeros.

En el 2005, durante la primera misión de Maestros de “El Sistema”, asignada por José Antonio Abreu para apoyar el crecimiento de esta metodología, se empezó a desarrollar en la Capital Nacional de las Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina “El Festival”. Allí cientos de chicos tienen la posibilidad de mostrar el trabajo que realizan durante todo el año

En sus 7 ediciones (2007-2012-2015-2018-2023), SOIJAr busca potenciar su red federal de Orquesta-Escuela para proyectar las capacidades individuales y colectivas de los instrumentistas y agrupaciones musicales mediante clínicas intensivas, talleres, ensayos y conciertos.

Durante cada evento, el Festival agrupa a jóvenes y líderes de las veinticuatro jurisdicciones que eligen la música como instrumento de crecimiento personal y comunitario. Allí comparten agenda orientada a proyectar sus capacidades individuales y colectivas.

La posibilidad de hacer música genera convivencias felices, buscando la excelencia con una disciplina de concertación armónica y maravillosa interdependencia.

Durante estos 25 años más de 280 Programas Nacionales, Provinciales, Municipales y ONG participaron de las actividades que organiza SOIJAr en 19 provincias argentinas.

“Sentirse parte de esta familia transforma, no solo a los estudiantes sino a sus familias”, concluye Tomás.