Un estudio realizado por grupos del Instituto de Cálculo y Ciencias Exactas de la Computación, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y CONICET sostiene que interrumpir la presencialidad escolar es una medida que permite disminuir los contagios de Coronavirus y, por consecuencia las internaciones y fallecimientos, en contextos de gran circulación viral.
El informe analizó la curva epidemiológica de la Ciudad de Buenos Aires, los partidos que conforman el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el resto de las jurisdicciones de la provincia de Buenos Aires en forma separada. El período seleccionado abarca desde el 31 de marzo hasta el 28 de abril con los casos ordenados según fecha de inicio de síntomas.
“Plantear que la apertura indiscriminada de las escuelas no tiene incidencia en la curva de contagios, es algo imposible de sostener”, afirma el director del Instituto del Cálculo y coordinador del informe, Guillermo Durán.
Además, el documento analiza las métricas utilizadas en diferentes países para decidir la suspensión temporal de la presencialidad escolar y cuál es la evidencia publicada al respecto.
La suspensión temporal de la educación presencial tuvo efecto sobre la circulación viral comunitaria. A partir del análisis, los investigadores observaron una caída del 22% de los casos en el Conurbano Bonaerense entre el 22 y el 28 de abril, mientras que la Ciudad de Buenos Aires, donde sí se continuó con la presencialidad escolar, la disminución fue del 13%, y para los demás departamentos de la provincia de Buenos Aires fue de 11,4%.
“Quisimos aportar un dato más al debate (sobre la presencialidad escolar y el riesgo de contagiosidad)”, afirma Durán. Además, aclara que el análisis
“no desconoce que la educación presencial es mucho mejor, desde cualquier punto de vista”.
El informe destaca que se observó
“una gran reducción de la cantidad de casos detectados en la franja etaria de 5 a 11 años” en el AMBA tres días después de la suspensión de la presencialidad escolar dictada por el presidente argentino, Dr. Alberto Fernández.
Con respecto a la bibliografía científica sobre la incidencia o no de la presencialidad en los casos confirmados de COVID-19, el informe sostiene que hay evidencia de todo tipo, pero “cuando se analizan períodos de alta incidencia viral, el consenso es que la escuela aumenta la transmisión viral comunitaria”.
Aun así, el documento señala que
“estas condiciones no desconocen que la educación presencial es mucho mejor, desde cualquier punto de vista, que la exclusivamente virtual, la cual presenta a su vez dificultades y a menudo reproduce y genera desigualdades, y por lo tanto no debe extenderse indefinidamente en el tiempo”.
El estudio fue coordinado por los investigadores Rodrigo Castro (del Instituto de Ciencias de la Computación, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBA y CONICET), Guillermo Durán (Instituto de Cálculo, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBA y CONICET) y Axel Quimey Herrera (Universidad Nacional de La Matanza).
También participaron los investigadores del CONICET Jorge Aliaga (Universidad Nacional de Hurlingam), Leonardo Boechi, Roberto Etchenique, Diego Garbervetsky, Mario Pecheny, Ezequiel Peker (UBA); Daniel Feierstein (Universidad de Tres de Febrero), Mario Lozano (Universidad de Quilmes), Sol Minoldo (Universidad Nacional de Córdoba), Rodrigo Maidana (Universidad Nacional de La Plata), Santiago Olszevicki (UBA) y Soledad Retamar (Universidad Tecnológica Nacional).
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