Interesados por los números y los algoritmos, Federico Quijada, Juan Pablo Cabaña y Santiago Ré, estudiantes de la UTN de Santa Fe, tras superar con éxito la instancia Regional, lograron la clasificación para la Final del Mundial de Programación, que se realizará en Egipto durante el próximo año.
Para lograr llegar a este lugar de la International Collegiate Programming Contest (ICPC), los tres alumnos junto a su coach, Matías Ramos, obtuvieron el segundo puesto en la Competencia Regional Sudamérica-Sur, donde compitieron contra 63 equipos de Perú, Chile, Bolivia y Argentina. Al mismo tiempo consiguieron el quinto puesto a nivel latinoaméricano.
El germen de la pasión para los tres jóvenes viene desde la secundaria cuando participaban de las Olimpíadas Matemáticas, un evento en el que se fomenta la capacidad de razonar y resolver problemas y el interés por la materia en alumnos de 5to grado de Primaria a 6to año de Secundaria.
“La curiosidad para resolver problemas es lo que tira para adelante, y es un desafío poder trabajar en equipo”, afirma Federico Quijada.
Por su parte, Juan Pablo Cabaña resalta la
importancia de “la curiosidad” como aquello que los emparenta al momento de haber ingresado al equipo.
Una vez que ingresaron a la Universidad supieron que en UTN Santa Fe
se forman, desde hace varios años, equipos para participar en las diferentes competencias de Programación a nivel nacional y continental. En 2021 clasificaron terceros en el
Torneo Argentina de Programación y este año obtuvieron un logro histórico para la casa de altos estudios: clasificar segundos para la Final del Mundial de la categoría que se realizará en Egipto en 2023.
Durante la pandemia la competencia fue virtual, pero actualmente, en 2022, se llevó a cabo de manera semivirtual, ya que se les pedía a los tres integrantes de cada equipo que estuvieran en el mismo lugar físico para ser filmados de forma constante durante la competencia.
“Ellos están más listos que cuando yo clasifiqué a la Final, por lo que mi ayuda fue poder brindarles ciertos tips para mejorar en lo individual y en lo colectivo. Conocer el resultado a partir de un mail fue anticlimático”, detalla Matías Ramos, quién nos comenta que su labor también es la de hacer conocida la posibilidad de los alumnos en la UTN de incorporarse a un equipo de Programación Competitiva.
La intención es formar equipos de tres personas con un
perfil colaborativo que puedan trabajar en grupo para resolver entre ocho y doce problemas en unas cinco horas. El ganador de la competencia será aquel que logre solucionar la mayor cantidad de ejercicios. En caso de empate, la victoria es de quién haya utilizado menos tiempo.
Cada uno de los problemas que el Jurado del ICPC presenta son “de la vida real”. Para tener una idea general de qué es un problema de algoritmos, se presenta el siguiente ejemplo: “si quisieras visitar todas las capitales de provincias argentinas y quisieras gastar la menor nafta posible, ¿cuál es el orden óptimo?” Uno podría probar todos los posibles órdenes, pero pronto se daría cuenta de que no tiene sentido visitar Neuquén, después Chaco y después Mendoza (simplemente porque si estás en Neuquén te conviene pasar por Mendoza antes de irte tan lejos como Chaco). En definitiva, hay que saber establecer rigurosamente qué hace falta para que el recorrido sea "óptimo".
En segunda instancia se debe programar. Cabe destacar que se trata de un problema de algoritmos en su estado más puro: no hay que desarrollar apps ni similares.
La participación efectiva de los alumnos en competencias internacionales representa siempre un orgullo para las Universidades, en este caso para el país. Para ello resulta vital que los conocimientos sobre Programación sean impartidos desde
la educación secundaria para acortar la brecha con los equipos más poderosos en la competencia.
“En otros países nos llevan siete años de entrenamiento y es necesario poder achicar esa distancia a partir del conocimiento en la secundaria. El año pasado cuando competimos nos fue mal, pero este resultado es algo hermoso”, explica Juan Pablo Cabaña.
Federico Quijada tiene la misma visión que su compañero de equipo, pero subraya que
“con Brasil estamos cabeza a cabeza” y resalta la importancia de estos conocimientos porque
“es algo que se aprende fácil”.
¿Qué es el ICPC?
El llamado International Collegiate Programming Contest (ICPC) es un certamen en el cual participan 60 mil estudiantes de más de tres mil universidades de 111 países. En general, son estudiantes de carreras relacionadas a informática, software y servicios digitales.
El torneo consta de dos instancias previas: la primera es una Competencia Nacional, dónde no existen restricciones para la participación, y luego, si se obtienen buenos resultados, se pasa la instancia Regional. Allí compiten todos los equipos de Latinoamérica, y solamente clasifican entre 15 y 20 Universidades de esta parte del mundo.
La competencia es muy dura, ya que participan las mejores universidades del mundo como Cambridge, el MIT, la Universidad de Beijing y la de Moscú, entre otras.
“El concurso fomenta la creatividad, el trabajo en equipo y la innovación en la creación de nuevos programas de software y permite a los estudiantes probar su capacidad para desempeñarse bajo presión. Ha suscitado las aspiraciones y el rendimiento de generaciones de solucionadores de problemas del mundo en las ciencias de la computación y la ingeniería”, explican desde su sitio oficial.
Necesitan ayuda
No todo es color de rosa. Los alumnos y su coach necesitan una mano para cubrir los gastos del viaje a Egipto para competir en la Final Mundial de Programación, ya que solamente tienen asegurado la estadía durante la semana del evento.
Cabe indicar que un sólo pasaje de avión al país de las pirámides cuesta alrededor de 1.500 dólares. Y se necesitan cuatro.
Los interesados en ayudar a los estudiantes a poder terminar de cumplir su sueño, pueden contactarlos y dejar su colaboración, comunicándose con el coach del equipo Matías Ramos, al e-mail: matiasjoseramos@gmail.com.
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