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Un juego para actuar y aprender

Por: EDUCREAR  |  Miércoles 4 de Agosto de 2021

Un grupo de artistas y educadores desarrollaron una metodología para acercar el teatro a la escuela como vehículo para fortalecer vínculos o enseñar contenidos.



Kabuki es una propuesta didáctica diseñada por docentes, psicopedagogos y psicólogos para ser una solución al aprendizaje mediante el teatro. Con la experiencia de los años, generaron un juego de cartas que permite a los alumnos inventar historias, actuar junto con los compañeros y reflexionar junto con los docentes para aprender de lo vivenciado.

“Nuestra búsqueda está planteada desde el lado de replicar el teatro en espacio artísticos y no artísticos.  Creamos un soporte lúdico que pone reglas claras para utilizar el conocimiento”, reflexiona su creador y CEO, Damián Valgiusti.

Su propuesta impacta por la originalidad y el despliegue de habilidades que genera en los estudiantes y docentes para que un concepto educativo sea aprendido de una forma divertida.

Kabuki es una forma de teatro tradicional de Japón que surgió en la época Edo, al principio del siglo XVII, y que era particularmente popular entre los habitantes de las ciudades. Su característica más representativa es que los intérpretes pintan su cara de blanco con líneas de colores y ojos muy negro. La palabra viene de una mezcla de escándalo, modo y poco ortodoxo. 

Un juego de tarjetas como recursos didácticos los alumnos eligen tarjetas, arman historias y pasan a mostrarlas para después, junto al docente, reflexionar sobre lo vivido. El educador puede elegir el contenido de acuerdo al nivel del grupo y seguir adelante la temática con reglas claras.

El contenido de las tarjetas es variado. Puede decidir aprender sobre emociones, situaciones diarias, Educación Sexual Integral, contenidos curriculares, ecología y bullyng. Además, se encuentra un segundo listado que serán las tarjetas de personas, sobre las cuáles los alumnos deberán representar un papel en la obra. Existe un grupo de cartas para completarse, que posibilitan adaptar los contenidos escolares para el momento de interpretación.



“Comenzamos en 2013 y dos años después lanzamos la primera versión luego de varias pruebas. El juego es importante porque nos permite probar, errar y disfrutar y aparece como un aliado para superar límites”, afirma Valgiusti.

¿Por qué el teatro? Promueve la comunicación, facilitando el diálogo, fomenta la empatía, desarrolla la creatividad y las competencias lingüísticas. Al desarrollarse en un ámbito grupal se estimula la posibilidad de compartir, de debatir, de enfrentar desacuerdos y aunar esfuerzos en pos de un objetivo grupal.

El teatro es una ocasión ideal para que los mundos internos de los alumnos se hilvanen en un entramado de universos donde la magia, el asombro, las risas y la ternura crecen en cada aliento y nos recuerda que soñar, imaginar y divertirnos es parte esencial de nuestra vida cotidiana.



Kabuki aporta diversión para disfrutar y querer volver a aprender. Confianza, expresando emociones y compartiendo en grupo; y aprendizaje, pasando por el cuerpo para que lo aprendido dure mucho más tiempo. Otra manera de enseñar, otra manera de aprender. Son clases que no se olvidan.

“Estos ocho años son un disfrute desde el comienzo. Encontramos la necesidad para aplicar técnicas teatrales al aula y la evolución es enorme. Ahora los docentes nos mandan fotos de que los chicos arman sus propias tarjetas”, reflexiona Damian Valgiusti, CEO y creador de Kabuki.

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