En marzo de 2020, la llegada de la pandemia provocó que las clases en el aula se trasladarán a los hogares. Docentes de diferentes partes de Argentina tuvieron que buscar herramientas para desarollar aquello que tenían pensado para la presencialidad en el aula al ámbito virtual.
Esto generó varios interrogantes:
¿qué programas usar? ¿cómo hacer que mis estudiantes presten atención? ¿estarán aprendiendo? ¿esta aplicación servirá?
Las dudas sobre cómo iba a transcurrir el año lectivo crecían. Pero en ese momento una idea llegó para aportar soluciones a lo que todos los educadores estaban viviendo.
Fundación Varkey lanzó a finales de marzo
Comunidad Atenea, un espacio virtual y colaborativo entre docentes de Latinoamérica.
“El cambio en la forma de trabajar causó mucho estrés en quienes impartían clases. El objetivo que nos planteamos fue acompañar las trayectorias de cada uno y, además, ser un espacio donde se compartieran buenas prácticas que inspiraran a otros”, detalla
Carolina Giménez, directora de Tecnologías Educativas de la Fundación y una de las impulsoras del proyecto.
Cada semana se invita a los docentes a unirse a un recorrido de aprendizaje de cinco días, conocido como Experiencia Atenea, que se centra en diversos temas y se basa en la metodología de
“aprender haciendo”. Estas experiencias les permiten compartir sus puntos de vista mientras implementan iniciativas educativas.
Iniciativas que buscan formar comunidad, pretende aprovechar la inteligencia colectiva que las comunidades poseen en pos de un bien común. Por eso, ahora educadores de diferentes partes de Latinoamérica pueden intercambiar miradas, proyectos y mejorar las prácticas que llevan adelante en las aulas.
“Una amiga me lo recomendó cuando me vio preocupada y agotada en el comienzo de la pandemia. Descubrí una luz en el camino, cursos que facilitaban herramientas concretas para aplicar en la escuela”, detalla
Maria Alejandra Yuszcsyssyn, vicedirectora del Colegio Alemán de Temperley
Ale nos explicó que empezó por el curso de
“Liderazgo Basado en la Confianza” y siguió con
“Herramientas tecnológicas”. Luego, conoció los encuentros semanales que propone
Fundación Varkey. “Son uno mejor que el otro”, sostiene.
Su trayectoria en
Comunidad Atenea le permitió afianzar vínculos con docentes de toda Latinoamérica. Allí, descubrió que compartían preocupaciones, angustias, miedos, pero fundamentalmente, la motivación que surgía de la vocación y la posibilidad de que sus alumnos mejoraran.
“Tuvimos un proyecto muy interesante para el aniversario del fallecimiento del General San Martín. Con colegas de diferentes provincias organizamos escenarios históricos: Corrientes, Buenos Aires, Mendoza y terminamos conectados con Francia”, detalla.
Aún antes de lanzar el proyecto,
Varkey indagó sobre el perfil docente a partir de encuestas, focus group y entrevistas a diferentes personalidades del ámbito educativo. Durante ese trayecto, pusieron el foco en dos aspectos: quienes dictan clases innovan paso a paso y que las escuelas trabajan de manera compartimentada, sin relacionarse con otras instituciones.
Estos datos, y otros más, les permitió realizar un proyecto que cuenta en la actualidad con más de 18 mil docentes, posee cientos de réplicas de buenas prácticas áulicas e impacta en más de medio millón de estudiantes en Latinoamérica.
“Justamente quisimos que sea un espacio para que no se sientan solos y que puedan aprender entre pares. Nuestra línea está marcada por aprender haciendo. Además, la inclusión de la tecnología nos permitió unir lo mejor de los dos mundos”, sostiene
Carolina Giménez.
En 2021, este trabajo de Varkey quedó seleccionado entre los 10 programas de mayor innovación en el ámbito educativo, de acuerdo al informe
The Teachers for a Changing World, una campaña del
Banco Mundial y
HundrED, se trata de una iniciativa que identifica programas que utilizan eficazmente la tecnología para permitir el desarrollo profesional docente a escala.
Su enfoque en la creación de confianza y empatía entre los profesores ha sido un aspecto importante para su éxito y alto impacto. Ahora cuentan con más de 18 mil miembros provenientes de más de 100 países, más de 400 buenas prácticas compartida y alrededor de 600 mil estudiantes afectados.
Aun así, desde el 2020 hasta hoy, el vaivén entre la presencialidad, la virtualidad y la mixtura entre ambas generaba idas y venidas difíciles de transitar.
Comunidad Atenea logró mantener el foco centrado en la
capacidad de ser un espacio para la mejora en la formación docente.
Según nos contó
Carolina, cada año representó
“un desafío distinto” porque los primeros meses estuvieron enfocados en Zooms y YouTube. Sin embargo, al año siguiente las burbujas permitieron empezar a desarrollar todo lo que se hablaba en lo virtual directamente en el aula con los alumnos. Y finalmente un 2022 con una presencialidad plena, les permitió crear propuestas asincrónicas, como
“En Primera Persona”, un espacio en redes sociales para que docentes cuenten y desarrollen sus buenas prácticas.
“Nos interesa resaltar lo positivo y la capacidad de cada maestro para generar cambios en los estudiantes”, reflexiona
Giménez.
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