Durante sus veraneos, un grupo de amigos toma contacto con la realidad que atravesaban las escuelas rurales. Interpelados, empezaron a organizarse para aportar un grano de arena para mejorar su realidad. Fue así que en
1981 nace
Fundación Escolares, una organización sin fines de lucro que promueve procesos de desarrollo social.
La institución inicia sus actividades realizando envíos de donación de libros, útiles, materiales didácticos, ropa y alimentos para instituciones de provincias del sur de nuestro país. Luego, una vez que el trabajo se afianzó, deciden extender su área de acción a otras provincias y orientan su estrategia de intervención a proyectos socio-educativos.
Así es como elabora de forma conjunta con maestros, padres y miembros de la comunidad distintos programas de capacitación y formación. Presente en unas
14 provincias,
genera una mejora en los procesos educativos y en las condiciones de vida de la población rural.
“Nuestro objetivo es movilizar a la comunidad educativa porque entendemos que varios de los problemas que tiene la educación rural se pueden resolver y abordar con un trabajo conjunto”, explica
Juan Luis Díaz,
Director de la Fundación Escolares.
“Contribuir al desarrollo local sustentable promoviendo la participación de la comunidad educativa y de las organizaciones de la sociedad civil”, reza su misión.
Para cumplir con sus metas, la
Fundación se plantea fortalecer la gestión de las escuelas para contribuir a la formación integral de los estudiantes y su inserción laboral en el medio rural; apoyar acciones que faciliten la articulación entre comunidad educativa, organizaciones comunitarias y gobiernos locales; e incidir en la formulación de programas y políticas públicas.
“Cuando aterrizamos en una escuela rural notamos que la comunidad se apropia de una metodología de trabajo y, debido a la alta rotación de maestros, es posible que esa forma de trabajar se traslade a otras instituciones. Además, las familias se involucran mucho más porque entienden que no es solamente un espacio a cargo de los docentes y directivos”, detalla
Diaz.
Escolares trabaja con organizaciones comunitarias y escuelas rurales –primarias y secundarias–, en las provincias de
Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Salta, Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Catamarca, Santiago del Estero, Río Negro, Neuquén y Jujuy.
Gran parte de las escuelas con las que trabaja la fundación, se encuentran ubicadas en parajes muy alejados, de difícil acceso y con deficientes servicios de transporte y comunicación. Las condiciones sanitarias, en muchas de estas zonas, son muy precarias, tienen escasos servicios de salud y poca asistencia médica. Sus pobladores tienen altos índices de necesidades insatisfechas, desnutrición y mortalidad infantil.
Otra de las características distintivas de
Escolares son sus voluntarios. Más de
120 personas aportan su experiencia y compromiso para ayudar a la
Fundación a alcanzar sus objetivos. Ellos organizan eventos de recaudación de fondos, reciben, clasifican y preparan los envíos de las donaciones a las escuelas, trabajan en distintos talleres elaborando artículos para vender y colaboran con trabajos administrativos.
Por otra parte, la
Fundación Escolares desarrollan una variedad de proyectos socio-educativos entre los que se destacan dos:
Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y
Captación para la promoción de la lectura y escritura.
El primero de ellos trabaja con escuelas primarias brindando herramientas teórico prácticas para abordar el proceso de alfabetización de niños y niñas de las etnias wichí y guaraní. El programa de EIB es una política que reconoce y promueve las lenguas indígenas maternas y es esencial para la formación y expresión de identidades como medio de comunicación y aprendizaje.
La obligación de aprender y comunicarse en una lengua ajena trae varias dificultades para relacionarse y aprender, al mismo tiempo que limita el proceso de socialización.
Negando la posibilidad de ser alfabetizados en su lengua materna se termina por negar su historia y su cultura.
“Desde la Fundación vemos que hay un desafío, no un problema. Es necesario poner los recursos suficientes para fortalecer la actividad docente y entender que si incorporamos su cultura en la comunidad educativa los estamos revalorizando, los hacemos sentir parte y mejoran su rendimiento académico”, sostiene el
Director de Escolares.
Por su parte, el programa
Captación para la promoción de la lectura y escritura benefició a más de 37 mil estudiantes de distintas escuelas rurales. Su objetivo es brindar herramientas teórico-prácticas para organizar la biblioteca escolar y desarrollar actividades que promuevan la literatura.
Según un estudio del
Observatorio de Argentinos por la Educación dónde se comparan los resultados del
Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) 2019 6 de cada 10 estudiantes de tercer grado se ubican en el nivel más bajo de comprensión de lectura. Por eso, el programa que lleva adelante la
Fundación Escolares pretende dar respuesta a una problemática notoria.
“Las limitaciones y dificultades están directamente relacionadas con la falta de textos en el ámbito familiar y escolar como con la ausencia de estrategias de promoción de la lectoescritura”, explican.
Por este motivo, consideran importante la organización de una biblioteca escolar abierta, que cuente con diversidad de materiales y estrategias adecuadas para monitorizar, de manera simultánea, la lectura, la escritura y la comprensión de textos entre estudiantes, docentes y familias.
“Nuestro abordaje plantea instalar a la lectura como una actividad placentera. Sabemos que muchos estudiantes no tienen libros en casa y por eso tratamos que los que están en la escuela vayan y vengan a la casa. Además, para promover la lectura como un disfrute es necesario que el docente se convenza y adopte ese hábito para poder transmitirlo”, nos comenta
Juan Luis Diaz.
Con más de 40 años de existencia la Fundación Escolares es un faro para las escuelas rurales en Argentina porque promueve y motoriza la formación integral de los estudiantes y docentes junto con la contribución constante de las comunidades educativas.
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