Debajo del Instituto Mitre Eccleston, en el barrio de Palermo, desarrolla sus actividades desde hace cinco años, un proyecto para docentes y niños de 3 a 5 años que promueve la educación para la sustentabilidad.
Cuando se ingresa al Centro de Reutilización Creativa
“ReMIDA”, las percepciones cambian. El ruido del exterior no es molestia y la música para la ocasión comienza a introducirnos en la exploración de un ambiente lleno de interesantes desafíos.
Este espacio, surgido en 2017, dependiente de la Dirección General de Planeamiento Educativo del Ministerio de Educación e Innovación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, está diseñado para poner en diálogo la creatividad y la sustentabilidad. Se trata de un proyecto educativo, cultural, pedagógico y sustentable, que genera una comunidad educativa inspirada en la Metodología Pedagógica
Reggio Emilia. Pedagogía que surge en Italia tras la II Guerra Mundial como una propuesta educativa del pedagogo Loris Malaguzzi que defiende que el conocimiento que adquiere el alumnado debe realizarse a través de la observación y experimentación, potenciando así su creatividad.
¿Qué es ReMIDA?
ReMIDA surgió en Italia en 1996 como un proyecto cultural centrado en la sostenibilidad, creatividad e investigación de materiales de desecho. Promueve la idea de que lo imperfecto contiene un gran mensaje ético, capaz de resolver problemas y de generar reflexiones, que acaban siendo una fuente educacional, evitando la definición de poco útil o basura.
“Somos integrantes de una Red de Centros en todo el mundo, es la primera experiencia en América latina y bajo la órbita de un gobierno. Hay un desafío de poner en diálogo este enfoque con las tradiciones locales para aportar a la educación de la Ciudad de Buenos Aires”, explica
Giselle Balero Reche,
Coordinadora General del Centro de Reutilización Creativa.
Lo innovador de esta pedagogía es que concibe a las infancias como individuos curiosos por conocer y experimentar, en un ambiente que los invita a explorar a través de la música, la pintura, la construcción y las sombras, entre otras manifestaciones artísticas.
Por eso el concepto de reutilización, que está en boca de todos en el último tiempo, es uno de los pilares de ReMIDA. El Centro recibe donaciones de emprendedores, pequeñas y grandes empresas que colaboran con el descarte industrial proveniente de sus procesos productivos.
“Esto nos permite que los chicos exploren diferentes texturas, tamaños, colores. Todo a partir de un trabajo sensorial que genera habilidades, capacidades y experiencias estéticas que enriquecen la subjetividad de los niños”, detalla
Javier Simón,
Director General de Planeamiento Educativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Desde su inauguración, en el Centro de Reutilización Creativa se coordinaron más de 30 jornadas de donación, para luego reutilizar alrededor de 2000 kilos de ecocuero, más de 500 telas, 100 kilos de retazos de alfombras, y una variedad de hasta 50 diferentes tipos de materiales de 70 empresas.
El proyecto ReMIDA, que apunta a docentes, estudiantes de formación docente y niños de Nivel Inicial, dialoga con el Diseño Curricular para la Educación Inicial a fin de concretar una comunidad educativa que genere nuevos pensamientos y formas de conocer el mundo. Esto motiva la creatividad y la posibilidad de plantearse preguntas acerca de la problemática ambiental desde la educación.
“Pensamos que el material de descarte tiene una dimensión poética o expresiva que puede pensarse desde algo más que un material. Esa posibilidad habilita el pensamiento metafórico, una ficción, un juego simbólico”, sostiene
Florencia Zúñiga,
atelierista.
Siendo integrante de la Red de Centros que llevan adelante la pedagogía de Reggio Emilia, se investiga, reflexiona, pregunta y amplían las miradas sobre la sustentabilidad en diálogo con las 4R:
Recolección,
Reducción,
Reutilización y
Reciclado.
ReMIDA es un recurso a disposición de la escuela. Permite, entre otras cosas, acercar nuevos materiales a las salas, explorar otras formas de vincularse con ellos, desarrollar experiencias estéticas creativas, pensar en el ambiente como interlocutor educativo, profundizar en el espacio de atelier y en el registro de los procesos.
En nuestras escuelas de Nivel Inicial, existen infinidad de experiencias sumamente ricas y valiosas sobre el trabajo con material de descarte. Los docentes incorporan permanentemente este tipo de recurso en su tarea diaria. El Centro no sólo pone a disposición ese material de descarte y reutilizado, sino que acerca y muestra otros que no son de común acceso y propone nuevas miradas y formas de relacionarse con él.
Dentro del Centro de Reutilización Creativa funciona un espacio de atelier que permite generar distintas propuestas estéticas. Allí se proyectan temáticas con la intención de profundizar y descubrir otros puntos de vista. En cada encuentro, este espacio facilita la autonomía, la libertad para crear y el movimiento en el espacio, la manifestación de la subjetividad, la igualdad de relevancia entre lenguajes y el valioso recurso de los materiales de descarte.
“En la práctica profesional hay un concepto fundamental: la flexibilidad y el contacto con lo material. Trabajar en el atelier, en un espacio que provoque, que habilite y autorice a los destinatarios, es una gran enseñanza para los docentes. El material de descarte es la excusa para dialogar con el Diseño Curricular, para entrar en temas conflictuales como los vínculos, el abuso, la discriminación o la marginalidad”, expresa
Balero Reche
En cada una de las visitas escolares que se realizan a ReMIDA, se parte de una escucha atenta a los niños y niñas, que son los usuarios más importantes, para luego trabajar en pareja pedagógica, lo que implica que en cada encuentro están presentes docentes y atelieristas en un trabajo colegiado que borra jerarquías. Para la atelierista
Clara Díaz, quienes visitan ReMIDA entran con
“asombro” y les
“sorprende la posibilidad de darle libertad a su subjetividad”.
“Este año estamos desarrollando Oniria y los Sueños, teniendo en cuenta la necesidad de expresarse que tienen los chicos desde la pandemia. Encontramos en los sueños una plataforma para tramitar las emociones.”, explica
Giselle Balero Reche,
Coordinadora General del Centro de Reutilización Creativa.
Una de las preguntas más importantes que se formula el Centro de Reutilización Creativa para llevar adelante su trabajo es :
"¿Qué mundo necesitan los niños?”. Esta complejidad, instala un contexto abierto y dinámico, dónde los adultos son responsables de la creación de condiciones que favorezcan el desarrollo de los más pequeños.
ReMIDA promueve los valores de la percepción, los registros corporales, los impulsos emocionales, la importancia de los lenguajes, el placer de expresarse, el derecho de introvertirse, la conciencia del ambiente como un espacio maravilloso para aprender, disfrutar y respetar desde una conciencia ambiental que reutiliza elementos descartables.
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