La educación mantiene una estrecha e indispensable relación con los museos debido a que son espacios de aprendizaje privilegiado. Se trata de uno de los lugares educativos por excelencia dónde, mediante exposiciones, narraciones y conferencias, brindan información de primera mano para quienes los recorren.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de un museo? Son instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben piezas para fines de estudio, comunicación y entretenimiento.

Para las escuelas, las salidas didácticas son un recurso valioso para conocer nuevos espacios e ilustrar los conocimientos adquiridos en el aula. Al mismo tiempo, niños, niñas y adolescentes pueden conocer el patrimonio y la historia local e internacional.

En Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno (MAMBa) es una institución pública creada durante 1956 por iniciativa de Rafael Squirru, con el objetivo de construir un espacio de vanguardia, que se dedica a exponer obras de artistas argentinos y las últimas producciones en las diferentes disciplinas artísticas.

Bajo la dependencia del Ministerio de Cultura del Gobierno de Buenos Aires, el Moderno busca construir un puente educativo con la sociedad. Así se generan nuevas oportunidades de pensar el arte y la educación.

“En general, buscamos una interrelación entre las salas del Museo: de qué hablar, cómo se cuenta y de qué manera resignificar. Defender estos espacios es una oportunidad inmensa para repensar nuestros entornos y entender que la expansión del conocimiento se da de forma colectiva”, detalla Sol Santich, Coordinadora de Cursos y Talleres.



Durante la realización de la nota (Enero 2023), se exhibe la muestra Un día en la Tierra, programa que surge como respuesta a los años signados por la pandemia en dónde tuvimos que repensarnos. El equipo del Museo generó propuestas para la sociedad mediante programas digitales que involucraron a más de 400 artistas argentinos por año, a 6 millones de personas online y más de 4000 docentes de todo el país, quiénes se interesaron en el poder del arte para enriquecer su experiencia pedagógica.

En la línea que plantea Santich, el atelier de exploración sensorial de Eva Cuevas, una docente especializada en Educación Inicial y Primera Infancia, dialoga con la exhibición El lugar del Alma de Delcy Morelos, dónde la artista busca evocar los rituales de la Argentina andina y homenajear a la Pachamama. 

Actualmente se encuentra exhibida la obra Enlaces Querandíes, de Mónica Giron, que interpela sobre los modelos de violencias internas, sociales y aquella que le generamos al planeta. Los grupos de estudiantes que recorren esta y otras obras comienzan a habilitar un planteo sobre porqué eso está allí, qué es lo que ven y cómo se representa con nuestra realidad. Por ejemplo, una cáscara de huevo puede ser la Tierra y su fragilidad,  el cuidado de nuestros recursos naturales para que no se resquebraje.

“Desde los museos podemos brindar otras miradas. Tenemos que jerarquizar las artes visuales como una herramienta para pensar de otra forma y en cualquiera de las muestras, el desafío está en el pensamiento, no tanto en el hacer”, detalla Mariana Capurro, Coordinadora de Accesibilidad del Museo.



Además, un valor importante educativamente que tiene el Museo de Arte Moderno radica en la posibilidad de generar lugares accesibles desde propuestas innovadoras. Así es que ante la necesidad de tener un espacio neuro diverso, surgió Sensaciones Modernas, orientado a familias con niños y niñas con Condiciones del Espectro Autista.

“En todo momento hay 6 educadores que son anfitriones, te sugieren qué hacer, pero no está reglado por una secuencia didáctica o una estructura pedagógica concreta. Allí hay mesas lumínicas para crear animaciones, juegos didácticos, integración sensorial a partir de diferentes texturas y una mesa de exploración para conocer distintos materiales”, nos explica Capurro.

Para el aprendizaje con el otro es importante contar con espacios dónde cualquier niño, niña o adolescente pueda adquirir conocimientos mediante la observación y la exploración, potenciando la creatividad y el autoconocimiento.

“Nos interesa que una vez que los chicos bajan del micro, podamos dosificar la energía alta que traen y escuchar sus expectativas, si saben qué es un museo de arte moderno o que entienden por moderno. Además, valoramos que los aprendizajes que puedan darse durante la recorrida partan de los conceptos que cada uno tiene”, concluye Sol Santich.

Recordemos que son un lugar de valioso aprendizaje porque muestran un patrimonio que, si no fuera exhibido no podría utilizarse educativamente. Complementar la educación impartida en las aulas es un recurso pedagógico posible de utilizarse en las aulas. Además, permiten reinterpretar los significados de las obras para que el público disfrute, aprenda y se entretenga.