Una invitación a la primera competencia Latinoamericana de vehículos solares que se realizó en Atacama, Chile, durante 2010 culminó con que un equipo de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) desarrollara un auto con baterías de litio. Además, se podrá cargar mediante electricidad domiciliaria y paneles solares.

El objetivo del equipo es obtener un proceso seriado y contener el uso de combustibles fósiles, reemplazándolos por energías sostenibles y así, reducir la contaminación.

¿Cuáles son las características del vehículo? Es un auto de tres ruedas dónde caben dos personas y en el cuál sus componentes son eléctricos, pensados, diseñados y fabricados por la Facultad de Ingeniería -excepto las baterías que son de origen chino-.

“En 2011 competimos con el “Pampa Solar” recibiendo el premio al mayor uso de la energía solar. Para el año siguiente obtuvimos la validación tecnológica de sistemas con otro desarrollo. Ese bagaje de trabajo e innovación nos motivó a buscar hacer un vehículo urbano y, luego de varios intentos pudimos ingresar al sistema de gestar un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PTDS) con una empresa que pretendía contar con una variante eléctrica de movilidad orientada a lugares cerrados”, nos explica Marcelo Spina, ingeniero de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO) y director del proyecto.

A diferencia de los otros autos disponibles en el mercado, que son similares al prototipo desarrollado por la FIO, este biplaza tiene dos opciones de carga y cuenta con tres ruedas. Si bien los paneles son diseñados por la Facultad, no alcanzan para llenar la batería del vehículo.

Durante 2022 fue la primera facultad pública en el país que instaló dentro de su predio un punto de carga de vehículos eléctricos de acceso público. 

“Nos interesa contar con un vehículo urbano encuadrado en la categoría L, de costo razonable, eléctrico y recargable por dos fuentes eléctricas: convencional domiciliaria y la solar. Para ello se instala un techo solar que permite la recarga del mismo y, a su vez, el almacenamiento con baterías de litio garantiza una autonomía urbana de 60 km entre carga con posibilidad de expansión”, detalla Spina.

El equipo de ingenieros se encuentra desarrollando un sistema de gestión que permitirá optimizar el rendimiento de las baterías. Todo el proceso de diseño les permitió vincularse con la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos. De esta forma, a principios de año tuvieron la visita de un auto eléctrico Tesla, que partió de Alaska para llegar a Ushuaia, para recargarse y seguir camino.



La complicación de este tipo de automóviles para ingresar en el parque automotor de Argentina es que debe validar la parte legal. La Licencia de Configuración de Modelo, un trámite que consiste en un ensayo donde se pone a prueba y se verifica sus frenos, que tenga cintos de seguridad, luces y la intensidad adecuada, entre otros elementos, es requisito para conseguir la validación de circulación. Pero el gran problema es que los autos eléctricos carecen de una norma propia. Para ello el grupo empezó a diseñar junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial un manual de buenas prácticas de ingeniería para diseñar vehículos eléctricos.

“Esta categoría de vehículos es idealista para desarrollarse con tecnología y equipamiento nacional, ya que habilita a las ciudades a utilizar las Facultades para realizar los mecanismos de estímulos y promoción de usuarios de la electromovilidad. Las Universidades Públicas jerarquizan su función generando la transferencia, vinculándose con el medio y demostrando que no solo forman capital humano sino que el silencioso trabajo de la investigación contribuye a generar cadena de valor”, explica Marcelo.

La realización de autos eléctricos permite reducir la huella de carbono, la contaminación sonora, el impacto económico de la adquisición de combustibles fósiles y fomentar nuevos empleos donde la economía del conocimiento brinda su aporte.

El equipo de la Universidad Nacional del Centro de Buenos Aires considera que el desarrollo eléctrico autóctono que diseñaron, está a la par con los mejores equipos del mundo. “El prototipo funcional está completo con todas las partes que requiere y se está en proceso de ensamblar la carrocería -que es diseñada en la Facultad con un sistema de moldes y termoformado-”, concluye Marcelo Spina.