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Sembrando conciencia

Por: EDUCREAR  |  Miércoles 11 de Mayo de 2022

La Escuela N°25 de Lago Futalaufquen lleva adelante un proyecto que busca mejorar el medio ambiente y ser una esperanza para la sociedad.



En el último tiempo, los incendios que se produjeron a lo largo del país implican una problemática enorme tanto para los habitantes de la zona como también para el ecosistema. El 2005 una quema intencionada a pocos metros del predio de la Escuela N°25 de Lago Futalaufquen, dio lugar al inicio del proyecto “Viveros Niños del Lago”, que produce plantas nativas para ayudar a reforestar el bosque.

En aquel momento, el incendio que consumió unas 50 hectáreas a unos pocos metros del establecimiento educativo motivó a un grupo de niños de entre 6 y 7 proponerle a Boris Sáenz, maestro rural en orientación agraria y coordinador del vivero escolar, a querer aprender a reproducir plantas para recuperar la biodiversidad local.

“Lo que hacemos es más que un gesto solidario, hablamos de un aprendizaje y servicio solidario. Plantar un árbol es un gesto solidario con el ambiente, con las personas que habitan nuestro mundo”, detalla Boris.

La escuela, dónde concurren 54 alumnos desde los 3 años hasta Nivel Secundario con orientación en Turismo, se sitúa en el Parque Nacional Los Alerces en Chubut, Argentina.



Alumnos y docentes realizan jornadas de plantación, que duran todo el día, pero previamente se les enseñó a identificar las diferentes floraciones de los árboles nativos de la zona. Es necesario conocer los tiempos biológicos del bosque, comprenderlo para luego hacer un trabajo consciente al momento de plantar.

“Plantando ayudamos a la generación de oxígeno, a la filtración de aguas subterráneas, a la fijación del suelo y un montón de otras cosas que se pueden enumerar. El vivero es un aprendizaje constante”, detalla Sáenz.

El “Vivero Niños del Lago” representa un orgullo para la comunidad, ya que no solamente se está ayudando al medioambiente, sino que se generan conocimiento a partir de diferentes disciplinas académicas. Por ejemplo, en Matemáticas se trabaja sobre porcentajes de germinación o en Ciencias Naturales se aprende cerca de las características del suelo o la fotosíntesis de las plantas.



La producción anual es de 7 mil plantas que se van distribuyendo a lo largo y ancho del Parque Nacional Los Alerces en las casi 50 jornadas de plantación que realizan alumnos, docentes y familiares y amigos de la comunidad que gustan sumarse. A lo largo de la trayectoria escolar cada estudiante habrá plantado alrededor de mil plantas.

“No formamos técnicos, pero acá el objetivo es participar en la formación de personitas con un amplio espíritu de conciencia ambiental y de revalorización de las plantas nativas. Quienes egresan pueden reconocer y valorar el espacio que habitan, el entorno que los rodea y buscan ser multiplicadores de la importancia del cuidado del bosque”, explica Boris Sáenz, docente y coordinar del vivero escolar.

Cada año, varios docentes de todo el país se acercan a conocer la experiencia de la Escuela N°25 de Lago Futalaufquen y así ser un replicador de la importancia de concientizar sobre el cuidado de nuestra biodiversidad. Para Boris es importante que “no sea una simple moda” y enfatiza en la necesidad que cualquier proyecto que se busque emprender tenga “una duración mínima de tres años”.

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