La escuela que conocimos hasta el momento deberá adaptarse a las nuevas necesidades que quedaron expuestas a partir de la pandemia que comenzó el año pasado. Y en ese cambio se torna vital la relación tripartita entre estudiantes, docentes y directivos para pensar las necesidades y posibilidades de unos y otros. La vuelta a las aulas nos permite vislumbrar que la importancia de los espacios educativos está en despertar el interés de los niños y jóvenes mediante el estudio de la realidad.
El tiempo que transcurrimos en nuestros hogares nos permitió replantear el camino que necesita llevar adelante el sistema educativo para ofrecerle a los jóvenes los conocimientos que les permitan sostener un proyecto de vida.
Melina Furman, una de las mayores referentes en Educación de la actualidad, dialogó con Educrear sobre las posibilidades que abrió la cuarentena en la educación, la necesidad de valorar el pensamiento científico en las escuelas y en trabajar de forma interdisciplinaria.
Educrear (EC): ¿Cómo se enseña a pensar en Argentina?
Melina Furman (MF): Nos implica generar en el aula, desde el jardín de infantes hasta la vida adulta, instancias en que los alumnos sean los protagonistas y puedan involucrarse de primera mano en actividades que los desafíe a debatir, sacar conclusiones, generar relaciones y crear juntos.
EC: ¿La formación docente es la adecuada para aplicar estos saberes?
MF: Hay muchos docentes que trabajan de esta manera, pero hace falta extender estos enfoques de aprendizaje más activos. Tenemos experiencias que se pueden recuperar y ampliar en el interior de las escuelas.
Furman, Bióloga de la Universidad de Buenos Aires y Dra. en Educación en Colombia University (Estados Unidos), integra el programa
PLaNEA (Nueva Escuela para Adolescentes), que busca acompañar a las gestiones educativas provinciales en la transformación de la escuela secundaria. El propósito es contribuir al desarrollo de un modelo pedagógico para que la secundaria regular garantice condiciones las para enseñar como para aprender.
Mediante el desarrollo de las habilidades fundamentales del Siglo XXI se busca que los alumnos adquieran mejores saberes y capacidades para desarrollar un presente y un futuro pleno.
“El objetivo es renovar la propuesta pedagógica en la escuela secundaria”.
EC: ¿Cuál es la importancia de que los niños se vinculen desde temprana edad con las ciencias desde el ámbito educativo?
MF: Resulta fundamental porque permite que adquieran ciertos rudimentos del pensamiento científico como el aprendizaje prueba-error, la exploración, la capacidad de observación y la posibilidad de sacar conclusiones mediante los elementos que tienen enfrente. Pero ese aprendizaje tiene un techo si no se lo nutre desde la escuela.
“Aprender Ciencias en el Jardín de Infantes” es uno de los últimos libros que escribió Melina Furman, y en el cual invitan a pensar la enseñanza de las Ciencias Naturales en el nivel inicial como una aventura creativa y emocionante para los niños y los docentes. Se trata de un camino para renovar el trabajo de cada sala con el fin de construir un proyecto institucional en el que las ciencias jueguen un rol fundamental en la experiencia educativa.
EC: Y las tecnologías, ¿qué rol cumplen en el sistema educativo?
MF: Las tecnologías digitales son grandes aliadas a la hora de pensar propuestas de enseñanza que pongan a los estudiantes en un rol activo para integrar nuevos lenguajes. Para enseñar y aprender ciencias tenemos muchos recursos tecnológicos muy valiosos.
EC: ¿Cómo hacemos para que eso suceda?
MF: El rol docente aquí es fundamental. Saber hacia dónde quiere llevar a los alumnos, que es lo que quiere que aprendan, que situaciones quiere generar en el aula.
EC: En algún momento comentaste que “nos cuesta poner en práctica cómo enseñar bien” ¿Cómo viste el proceso de enseñanza durante la pandemia?
MF: Lo noté de forma heterogénea. Pasaron distintas cosas y tuvimos algunos casos realmente interesantes, como docentes hubo que buscarle la vuelta a enseñar a distancia. La pandemia asentó la inequidad que ya existía en el sistema educativo.
EC: ¿Cuáles son las habilidades que debemos fomentar para una mejor educación?
MF: Tenemos que formar a los estudiantes en las habilidades del Siglo XXI, aquellas que tienen que ver con ciertas maneras de pensar y actuar en el mundo, y que les permitan armar y sostener un proyecto de vida.
EC: Y esas son…
MF:Aprender a aprender: cómo saber organizarse, entender la información, armar una agenda, entender consignas; el pensamiento crítico; la capacidad de resolver problemas; y la meta cognición.
EC: ¿Hubo cambios en las formas de enseñar?
MF: Me parece que en la educación superior el formato de alternancia llegó para quedarse porque permite combinar lo mejor de los dos mundos: encontrarse en la presencialidad y trabajar al ritmo propio, junto a que también ciertas propuestas educativas llegaran a todo el país.
EC: ¿Cuáles son los desafíos para la educación del futuro?
MF: En primer lugar, tenemos que focalizarnos en la equidad educativa, que todos los chicos y chicas salgan de las escuelas equipados con los saberes básicos preparados para el futuro. Hoy tenemos enormes porcentajes de chicos que no terminan la secundaria. Y el segundo desafío tiene que ser mejorar la calidad para que quienes terminan su trayecto educativo tengan los saberes necesarios para poder construir un futuro.
Melina Furman lanzó en los últimos días un nuevo libro:
“Enseñar Distinto. Guía para innovar sin perderse en el camino” propone un recorrido sustancioso que abarca los grandes desafíos del día a día de los educadores en todos los niveles. Un material detallado sobre qué enseñar, cómo priorizar contenidos, cómo motivar a los estudiantes y de qué forma planificar secuencias que les den protagonismo. La experta en formación docente abre el puño y nos regala un enorme tesoro de herramientas concretas para potenciarnos como docentes transformadores. Como docentes que buscan enseñar distinto a como enseñábamos ayer, en un camino de mejora continua. Desde donde estamos, con lo que sabemos y con lo que tenemos para que, desde aquí, podamos ir mucho más lejos.
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