En un momento en que la Inteligencia Artificial (IA) redefine la producción, el empleo y la educación, México presentó la
Escuela Pública de Inteligencia Artificial y Código, una iniciativa estatal destinada a formar a 10.000 jóvenes en su primer año. El proyecto, impulsado por la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), combina capacitación técnica, enseñanza de inglés y certificaciones internacionales en áreas estratégicas como IA, análisis de datos, programación, computación en la nube y ciberseguridad.
Con acceso gratuito y alcance nacional, el programa representa una apuesta por la inclusión educativa y el fortalecimiento del talento digital, pilares centrales de la nueva agenda tecnológica mexicana. Las inscripciones estarán abiertas hasta diciembre de 2025 y las clases iniciarán en enero de 2026 a través de la plataforma Saberes MX, que permitirá la participación de estudiantes de distintos estados del país.
Alianzas para una política de innovación educativa
El programa se articula sobre un modelo de cooperación entre sector público, empresas tecnológicas y universidades. Desde el Estado participan instituciones como el
Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Tecnológico Nacional de México y Infotec, que acompañan la definición de los trayectos formativos y la certificación académica.
Por su parte, compañías internacionales como
IBM, Google, Microsoft, Amazon Web Services, SAP y Accenture aportan contenidos, plataformas digitales y capacitadores especializados. Estas alianzas garantizan estándares globales de formación y actualizaciones permanentes en los contenidos, un aspecto clave en un campo en constante evolución.
“Más allá de los objetivos globales, nos entusiasma participar en esta iniciativa, enfocándonos en el pilar más importante de la transformación digital: las personas. México no carece de talento; creemos que al acercar la capacitación y la tecnología a ese talento podemos multiplicar las posibilidades de desarrollo económico y transformación digital en el país”, destacó
Mauricio Torres Echenagucia, director general de IBM México.
La iniciativa busca además llegar a regiones fuera de los grandes centros urbanos. En su primera etapa se implementará en nueve entidades federativas, incluyendo Ciudad de México, Yucatán, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas y Veracruz. De este modo, el gobierno apunta a descentralizar las oportunidades de formación tecnológica y promover la equidad territorial en el acceso a la educación digital.
El titular de la ATDT, José Antonio Merino, explicó que el programa forma parte de una estrategia nacional de autosuficiencia tecnológica, orientada a reducir la dependencia de servicios y desarrollos externos.
“Nuestro objetivo es que México no solo use tecnología, sino que la produzca y la piense desde su propio talento”, señaló durante la presentación oficial.
Resultados esperados e impacto educativo y social
El proyecto prevé que los primeros egresados completen un ciclo intensivo de cinco meses, con certificaciones reconocidas por empresas tecnológicas y organismos públicos. A partir de 2026, el plan contempla duplicar la matrícula y alcanzar los 25.000 participantes anuales, incorporando progresivamente nuevas especializaciones vinculadas a robótica, ciencia de datos y desarrollo sostenible.
Según estimaciones del Foro Económico Mundial, la región latinoamericana podría incrementar su productividad hasta en un 20 % hacia 2030 si logra cerrar la brecha de habilidades tecnológicas. En ese marco, la Escuela Pública de Inteligencia Artificial se presenta como una política pública con alto potencial de impacto social y económico: no solo amplía el acceso a la educación digital, sino que también fortalece la empleabilidad juvenil y la competitividad nacional.
El diseño pedagógico combina aprendizaje en línea y presencial, mentorías, desarrollo de proyectos y acompañamiento docente. Cada estudiante contará con una ruta personalizada de aprendizaje, un programa de inglés técnico y la posibilidad de acreditar competencias digitales con certificación internacional.
Además de promover la inclusión educativa, la iniciativa busca fortalecer la participación de mujeres y grupos históricamente subrepresentados en el ámbito tecnológico. Para ello, se implementarán campañas de orientación vocacional, tutorías específicas y políticas de acompañamiento para garantizar la permanencia y el egreso.
Un modelo de futuro para América Latina
Más allá de su escala inicial, el proyecto mexicano se perfila como un modelo regional de formación tecnológica pública. En un continente donde la educación digital suele depender de iniciativas privadas o de cooperación internacional, la Escuela Pública de Inteligencia Artificial introduce una visión de soberanía digital y democratización del conocimiento.
Su sostenibilidad se apoya en la convergencia de tres ejes: la colaboración público-privada, la actualización continua de contenidos y la construcción de redes nacionales de talento digital. Si logra consolidarse, podría inspirar políticas similares en otros países latinoamericanos interesados en fortalecer la educación tecnológica como herramienta de desarrollo e inclusión.
En palabras de uno de sus impulsores, “cada estudiante que aprende a programar o entender la lógica de la inteligencia artificial no solo adquiere una habilidad técnica: conquista una nueva forma de participar en el mundo”.
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