Hijo de familia de comerciantes,
Cristian Montenegro se acercó a la docencia cuando cursaba el segundo año de la carrera de Analista de Sistemas en Mendoza. En ese momento, dando clases y cursos de capacitación entendió que este
“era el camino que quería seguir”.
Oriundo de San Carlos, un pueblo a 110 km de la Capital, fue seleccionado entre los finalistas para el premio
“Docentes que Inspiran”, de
Clarín y
Zurich. Se trata de un concurso que destaca la labor de aquellos que dejaron una huella imborrable en la vida de sus alumnos y hacen una contribución sobresaliente a la educación.
“Si hoy me preguntan qué característica debe tener un buen docente, no dudo un segundo: la empatía. Si no te empapas de lo que sucede en la comunidad educativa y lo tomas como una rutina, difícilmente logres conectar con tus alumnos”, sostiene
Montenegro.
El docente de Informática con especialización en tecnología adaptada, y con varias distinciones en discapacidad, se desempeña en dos establecimientos educativos: la escuela Roque Alfredo Vitolo (Guaymallén) y la
Pedro Nolasco Ferreyra.
Su experiencia en temas relacionados a la discapacidad comenzó hace más de 10 años cuando, a partir de ramificación, ingresó a una escuela especial. Desde aquel momento,
Cristian trabaja con el propósito de que cada establecimiento genere innovaciones a través del uso de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Pero
¿qué son las TICs? Se trata de recursos y herramientas que utilizan para el proceso, administración y distribución de la información a través de elementos tecnológicos -computadoras, teléfonos, televisores, etc.-
“Noté que existe un bache del cual pocos o nadie se ocupaba -las adaptaciones- y decidí perfeccionarme. El proceso de ir adaptando los recursos con los que cuenta la escuela para un estudiante con discapacidad decanta en que la clase sea mucho más amena y fluida”, destaca el docente mendocino.
Por ejemplo, hace poco adaptó el contexto áulico para una estudiante con disminución visual. La chica debía pararse cada vez que la docente escribía en el pizarrón, sacar una foto y volver a su banco para tipear en la notebook.
Cristian propuso que ella se ubicara más cerca de la pizarra, que los docentes trabajaran con mayores contrastes, mejorar las luces del lugar y conectar una cámara de alta resolución en su computadora. Esto le permitiría sacar una foto sin tener que moverse, hacer zoom y que todo el proceso de copiado fuera mucho más ágil.
“Busco una alfabetización tecnológica que sea paso a paso, tratando de adaptarnos con las herramientas que tenemos en el aula. Trabajar con las TICs genera más enfoque en los niños y que haya una atención menos dispersa”, señala
Montenegro.
Además, el docente realizó múltiples trabajos de investigación en
Educación Especial y llegó a ser miembro de la
Red de Educación Mundial (Cuba, 2013) con el proyecto
“Las TIC como recurso pedagógico terapéutico”.
También, brindó capacitaciones sobre tecnologías adaptadas a personas con discapacidad y adultos mayores para más de 4.000 docentes de Mendoza y San Luis (Argentina), Cuba, Panamá y Colombia.
Uno de los principales desafíos a los que se ha enfrentado a lo largo de su trabajo en las escuelas es la falta de acceso a la conectividad. Consiguió el equipamiento necesario y capacitó a más de 20 personas con discapacidad en informática administrativa en escuelas laborales.
“La designación fue una sorpresa enorme y una alegría inmensa. Saber que el reconocimiento al trabajo que los docentes realizamos en distintas partes del país marca la vida de otros es, para mí, el premio mayor”, concluye.
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