Durante el aislamiento que se implementó durante la pandemia de COVID-19 generó que el sistema educativo deba integrar un mundo de posibilidades sobre habilidades de enseñanza. El desafío para la educación en Argentina es entregar oportunidades y experiencias transformadoras que les permitan a los estudiantes descubrir sus grandezas y desarrollar su potencial.
La inclusión de herramientas tecnológicas toma cada vez más importancia en el mundo de la educación. En algunos casos la integración se dio de forma correcta, pero las nuevas formas de aprender y enseñar requieren una reflexión para que las prácticas educativas sean significativas.
Para comprender aún más las implicancias de la incorporación de
herramientas tecnológicas a las aulas charlamos con Javier Di Salvo, Licenciado en Sistemas de Información por la Universidad Nacional de Luján (UNLu) y docente universitario de la UNLu y de la UNIPE
Educrear (EC): ¿La incorporación de recursos interactivas durante la pandemia fue correcta y beneficiosa para el aprendizaje?
Javier Di Salvo (JDS): Lo que comúnmente se utilizaron fueron las videollamadas y no se puede decir eso nos garantizó que exista una interacción. En muchos casos se siguió repitiendo el modelo transmisivo.
EC: ¿Y qué debe tener un recurso para ser realmente interactivo?
JDS: Para hablar en esos términos debe permitirle al estudiante ser más protagonistas en las clases. Algunos docentes se animaron a trabajar con herramientas distintas y otros tomaron cosas que existían para abordar algunos contenidos curriculares
EC: Entonces la importancia está en el rol del docente…
JDS: Sí, es importante la concepción que tiene el docente
sobre el aprendizaje, la forma de enseñar y cómo los estudiantes tienen que aprender. Algunos tenían buenos recursos y herramientas en la presencial, pero no pudieron conseguir eso mismo en la virtualidad.
La pandemia de COVID-19 movilizó enteramente al sistema educativo argentino al tener que traspasar la clase a la virtualidad de manera instantánea. Para Di Salvo, especialista en E-learning, Educación y TIC, una vez que los docentes encontraron las herramientas que necesitaban para brindar sus clases se produjo una
“meseta” a partir de la
“situación de agotamiento”. Además, destaca, que la actitud de los docentes fue
“fundamental” para mantener el vínculo pedagógico con sus estudiantes.
EC: ¿Qué beneficios tiene el incluir recursos interactivos a las clases?
JDS: Primero es importante saber qué llama cada docente recurso interactivo, y luego conocer cuál es la propuesta de enseñanza. Los mismos van desde un multiple choice hasta poder trabajar con plataformas de videojuegos dónde los estudiantes puedan interactuar con ese recurso de simulación. Siempre el foco tiene que estar puesto en qué quiero evaluar: si es que el estudiante aprenda algo, que recuerde algo visto en clase o introducirlo a un entorno inmersivo en el cual se va aprendiendo en ese entorno simulado.
EC: ¿Cuál es el desafío con la vuelta paulatina a la presencialidad?
JDS: A partir de ahora, con la vuelta al aula, debemos ver cómo aprovechamos los recursos que se usaron durante el último año y cómo vinculamos lo mejor de lo presencial y lo mejor de lo virtual.
EC: ¿Hubo una reconfiguración del Sistema educativo a partir de este momento excepcional?
JDS: Es una pregunta complicada por el hecho de que cuando estábamos en medio de la pandemia se escuchaba mucho “no podemos volver a lo que era antes”. Ahora, ese discurso que estaba en el 90% de quienes integramos el sistema educativo bajó a un 40% o 30%.
EC: ¿Qué implica no incurrir en los mismos errores que traíamos previo a la pandemia?
JDS: Las políticas públicas y los lineamientos de los directivos que impulsen, incluso a docentes, poder aprovechar las diversas herramientas tecnológicas que se utilizaron durante este año y medio.
EC: ¿Quedó algo claro durante la pandemia?
JDS: Sí, que los problemas que tuvo el sistema educativo fueron por no haber tomado acciones antes. Es importante entender que la tecnología por sí misma no va a solucionar nada, sino que el valor es cómo el docente utiliza con creatividad los recursos que tiene a disposición.
EC: Muchas veces se habla que existe disparidad entre la adquisición de tecnologías por parte de los adultos y los jóvenes.
JDS: Creo que la lógica en ambos rangos etarios es la misma: ambos aprender a usar la tecnología para lo que les interesa. En ese caso me resulta importante que exista una persona que le diga al alumno “mira, vamos a usar esto para todo esto” y, además, que al adulto le señale “existe esto para tal y cual actividad”. Las miradas son la misma, lo que sucede es que en el medio hay un abismo entre una orilla y la otra.
“El juego está presente durante toda la vida de las personas, principalmente entre niños y jóvenes, pero no por eso hay que desestimarlo en los adultos, no hay nada más placentero que lograr volver al juego a una cierta edad. En definitiva, ¿A quién no le gusta jugar?”, explica Javier en su blog. El docente universitario encontró en la utilización de los videojuegos Minecraft y Minetest, la posibilidad que los docentes incorporen nuevas herramientas para sus clases y que los alumnos logren una prensión a partir de utilizar un recurso que conocer y practican diariamente.
EC: ¿Qué posibilita el uso de videojuegos educativos?
JDS: Con los videojuegos existe un aprendizaje informal con un sinfín de contenidos que los niños y jóvenes aprenden como que el error es una posibilidad para analizar una situación, sociabilizar con otros y trabajar en equipo. Además, por el lado de lo formal podemos ver qué asignaturas y qué contenidos pueden entrar en el aula a partir de lo que juegan mis estudiantes. Ahí es importante que, estando todas las condiciones dadas desde lo legal, el docente conozca el juego para ver cómo crear un puente para guiar al estudiante en conseguir un aprendizaje óptimo o cómo se puede utilizar de manera interdisciplinaria.
Para Di Salvo, resulta vital que los recursos que llegaron con la pandemia “no se pierdan” y, además, que exista una retroalimentación constante que le permita al docente conocer cómo aprenden sus alumnos.
“Debemos recuperar la evaluación formativa, no la evaluación constante. Para ellos los recursos tecnológicos son fundamentales para que los alumnos realicen autoevaluaciones para comprender en qué se equivocaron y porqué”.
Para el Licenciado en Sistemas de Información resulta fundamental empezar a trabajar el rol del r
eferente tecno-pedagógico.
“Que haya una persona que entienda del tema de herramientas tecnológicas le permite a la institución acelerar procesos: acercarle nuevas miradas al docente para una actividad”. Javier entiende que es necesario formar a personas para que cumplan ese rol dentro de la escuela porque lo
“más complicado de manejar es el contexto” y es donde
“muchas veces se falla”.Otras notas de esta sección