En una edición marcada por la vuelta a la presencialidad tras dos años de pandemia, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires batió récords en sus tres semanas de duración. Más de 1 millón 300 mil asistentes colmaron los pabellones de La Rural.

En su 46° edición, hubo pasillos abarrotados y largas filas para que, los autores presentes firmaran ejemplares. Durante las charlas, las salas del predio quedaron chicas. Se pudo ver cientos de niños, niñas y adolescentes de diferentes escuelas de todo el país con sus docentes recorriendo los stands que tenían un sinfín de títulos y actividades para su disfrute.

Según la Cámara Argentina de Publicaciones, los jóvenes fueron la sensación del momento, y las editoriales que se dedican al género infanto juvenil experimentaron un crecimiento del 128% en ventas con relación al 2019.

Para conocer más al respecto, charlamos con Cristina Alemany, Coordinadora de Actividades Juveniles en la Fundación El Libro. “En Argentina tenemos una comunidad de lectores jóvenes muy interesante”, sostiene.

Educrear (EC): ¿Cuáles son las características de la literatura juvenil?

Cristina Alemany (CA): Lo principal es que cuente con elementos con los cuales los lectores logren identificarse. Eso puede ser la edad de los protagonistas -que van de los 14 a los 21 años- hasta las problemáticas que transitan (amistades, amor, problemas de adaptación en la escuela, discriminación, etc).



EC: ¿Qué importancia tiene la literatura para los jóvenes?

CA:  El derecho a la lectura es fundamental porque está relacionado directamente a la educación y la formación del ser humano para expandir su imaginación, de conocer y chusmear más allá. Leer es fundamental para el momento del estudio porque comprendemos textos, por ejemplo. Es un ejercicio muy importante que hay que trabajar.

EC: Muchas veces se habla que los chicos no leen…

CA: Lo que pasa es que tiene mala prensa la lectura, porque en su educación les dan autores o libros que no les gustan o son aburridos. Es necesario hacer el esfuerzo para que los estudiantes quieran leer y se entusiasmen para después sí ir con los clásicos y otras obras que van a necesitar para su formación.

EC: Al mismo tiempo, el rol de los bibliotecarios es fundamental…

CA: Claramente para nosotros es fundamental que las bibliotecas estén bien surtidas, y más en el interior dónde no hay proliferación de librerías o los jóvenes no tienen un acceso tan simple. 

EC: En la última Feria se vio mucha participación juvenil. En las charlas que tenés con ellos, ¿qué notas que les interesa?

CA: En el 2022 tuvimos prácticamente un 70% de gente joven. La literatura que hay en el mercado es muy atractiva para ellos. Cuando vino Paul Auster en 2018, se sorprendió de ver tantos chicos de 19 años en la fila para su charla, cuando días antes, en Nueva York, solamente lo escucharon personas grandes.

EC: ¿Por qué se da este fenómeno en Argentina?

CA: Las redes sociales ayudaron a conectar lectores y escritores de todo el mundo. Allí aparecieron influencers de libros en diferentes plataformas y el espacio para lo juvenil empezó a crecer. En ese sentido, la Feria del Libro aprovechó el fenómeno enseguida generando propuestas muy diversas para ellos.

EC: Durante los dos años sin presencialidad de la Feria, ¿cómo fue pensar actividades durante ese tiempo?

CA: Nos pudimos conectar con autores y bookfluencers de habla hispana mediante videollamadas y transmitirlo. Fue fantástico. Tuvimos maratones con influencers de Colombia, México, Argentina y España, debates de Harry Potter (¡con 85 mil vistas!), talleres y una variedad enorme de actividades. Todos estaban prendidos y ansiosos por volver a la presencialidad.



EC: Lo que se ve es una comunidad muy grande a partir de las redes sociales, ¿por qué ayudan a potenciar toda la movida juvenil literaria?

CA: Hay una comunidad muy grande en el país que lleva varios años y cada día crece más. Desde las redes los chicos pueden relacionarse, entretenerse, participar y habilitar un espacio de socialización muy importante. Pertenecer y formar parte de una comunidad de lectores es muy satisfactorio para los jóvenes.

EC: ¿Y cuál es el rol del docente para que los estudiantes se enamoren de la lectura?

CA: Entiendo que el problema es más profundo porque en los planes de lectura -que son muy buenos- se abordan muchos clásicos, y me parece que debería estar la posibilidad que los estudiantes puedan elegir un libro o autor a elección. Por su parte, los docentes deben conocer a sus alumnos para saber con qué libro tentarlos. Lo importante es animarse a leer.

EC: ¿Qué va a pasar este año en la Feria del Libro?

CA: La organización empieza con muchos meses de anticipación, ya tenemos siete autores internacionales asegurados y esperamos más. La movida juvenil va a crecer. Estamos organizando la mejor Feria posible.