Un 17 de septiembre de 2010 se lanzó el primer canal infantil público de la Argentina como un espacio de juego, curiosidad, conocimiento e innovación. En ese entonces, donde las empresas de cable ofrecían unas diez señales infantiles, sin embargo, Pakapaka llegó para romper con el estereotipo de versiones en castellano neutro que se producían en países de industrias globales dominantes. Audaz, diverso, inclusivo y apostando constantemente a nuevas formas narrativas que dialogaran con los más pequeños en un proceso de identificación que implantó a Zamba como un símbolo comunicativo de una época.
Diez años después, debido al aislamiento que se vivió en Argentina a causa del Coronavirus, Pakapaka reorganizó sus objetivos, metodologías y mensajes. La señal asumió, junto al Ministerio de Educación, la producción de los contenidos de
“Seguimos Educando”, una serie que ofrece materiales y recursos educativos para colaborar con la continuidad de actividades de enseñanza en el sistema educativo nacional.
“El aislamiento nos supuso salir al aire, de un día para el otro, con un ejercicio que no teníamos, para cubrir 8 horas diarias de programación”, explica su directora y licenciada en Ciencias de la Comunicación(UBA), Cielo Salviolo.
EduCrear (EC): Siendo un canal que combina lo educativo con el entretenimiento, ¿qué les demandó el aislamiento?
Cielo Salviolo (CS): En primer lugar, acompañar el proceso de enseñanza y aprendizaje de niños y niñas. Mientras que en paralelo trabajamos la forma de compartir contenido diario a través de nuestras redes sociales. Nos concentramos en acompañar lo educativo a partir de la pantalla y en abrir espacios de participación para que los más chicos puedan expresarse. El tercer eje tuvo que ver con la posibilidad de reponer lo colectivo y lo comunitario porque le dijimos a los chicos y adultos que para cuidar al otro hay que estar lejos ¿cómo hacíamos para contarles que igual el otro está?
EC: El adaptarse a estar diariamente difundiendo contenidos educativos, ¿les implicó alguna problemática?
CS: Pakapaka tiene una tradición de adaptar los contenidos de la currícula escolar a su programación. Buena parte de las series de animación o los documentales trabajan sobre los núcleos de aprendizaje prioritarios según los ciclos educativos. El ejercicio que realizamos hace 10 años nos facilitó estar al aire en una semana. No solo porque existen contenidos ya realizados sino porque podemos traducir e interpretar un contenido educativo a un lenguaje televisivo.
EC: ¿Qué importancia tuvo haber mantenido una política pública como Pakapaka?
CS: Al tratarse de un proyecto cultural que despliega contenidos y experiencias en el territorio como una obra de teatro, en un libro o en la pantalla de las redes es vital la decisión política de sostener Pakapaka, entendiendo la importancia y el valor de algo que construye identidades, amplía los repertorios culturales, extiende los horizontes estéticos y tiene como misión acompañar los procesos de aprendizaje y enseñanza y contribuir al crecimiento general de las niñeces.
Pakapaka nació dentro de la franja horaria de Canal Encuentro durante 2007, pero con el correr del tiempo encontró una pantalla propia. Desde allí interpeló a niños y niñas con una oferta rica en cuanto a contenidos. Zamba, ese niño de Clorinda (Formosa) que se lanza en busca de retratar los temas importantes de historia, ciencia, cultura y deporte, se transformó en el personaje icónico de la programación y logró romper los moldes que colmaban las producciones infantiles.
“Somos una pantalla que dialoga con los derechos de las infancias desde lo educativo como ser la perspectiva de género, la igualdad de oportunidades, los conflictos en el crecimiento, el amor, la muerte y la diversidad”, sostiene Salviolo.
EC: ¿Cuál es el impacto de la señal infantil pública?
CS: Cruzarte a una niña vestida de Juana Azurduy es un impacto de Pakapaka, la presencia de San Martín y Belgrano en los repertorios infantiles es Pakapaka. Que tengamos una generación de 12 o 13 años más empoderada con respecto a sus derechos sexuales y reproductivos tiene que ver con que la pantalla abrió esas puertas. No tiene que ver solamente con recuperar la historia sino con nuestras propias identidades.
EC: El año pasado se estrenó un capítulo de Zamba luego de mucho tiempo, ¿qué significó para el Canal?
CS: Había muchísima expectativa por un capítulo que iba a contar la vida de Belgrano. Nos escribían familias que hacían el ritual del desayuno o niños y niñas que se levantaron antes para verlo. No creo que haya otra experiencia televisiva pública que haya generado un personaje con la pregnancia, la potencia y el impacto de Zamba.
EC: ¿A qué se lo atribuís?
CS: Tiene que ver con nuestras propias
identidades. Eso tiene un valor, en ser un personaje empático con el que cualquier pibe se siente representado en la forma en que Zamba ve el mundo. Que su narrativa tenga algo de estética de videojuego y se la pueda encontrar en cualquier canal infantil, para nosotros es un valor. La sumatoria de estas cosas instaló un mundo muy potente.
EC: En estos 10 años, ¿hubo cambios en la conformación de las audiencias?
CS: Lo que se modificó fue la forma de consumir y de interactuar con los contenidos audiovisuales. Cuando Pakapaka nació el fuerte era la pantalla de la televisión, hoy no es el único lugar. Insistimos mucho en que somos un espacio de producción de contenidos audiovisuales. La estrategia es poner a disposición los contenidos en las redes o en la tele para que los pibes se encuentren con aquello que hacemos.
EC: ¿Qué valor tiene Pakapaka tras una década de salir al aire?
CS: Es una construcción político-cultural que pone a los pibes en un lugar de protagonismo, que le da la palabra, que los visibiliza, que abre espacios reales de participación y eso tiene un valor enorme.
Cuando Cielo Salviolo regresó a la dirección del Canal a principios de 2020, los objetivos estaban puestos en los festejos por los 10 años, en lanzar producciones especiales, regresar a Tecnópolis y muchas sorpresas más. La llegada de la pandemia a la Argentina generó que los planes se modifiquen. A pesar de eso, no fue impedimento festejar que se mantenga el primer canal público infantil del país con un abanico de contenidos únicos.
De cara al 2021 Pakapaka lanzará
“Inventar Pakapaka”, su primer Consejo de Niños y Niñas, que tiene como objetivo que los más pequeños sean quienes, de forma colaborativa, planteen propuestas, programas y actividades que el canal pueda ofrecer en su pantalla.
La propuesta reúne a chicos de 7 a 10 años de distintas partes del país que hayan participado del programa
Seguimos Educando, en encuentros mensuales virtuales en espacios de participación para imaginar, analizar y crear propuestas culturales. Además de la vinculación con el canal, contará con el apoyo de
Unicef Argentina, la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), la defensora de los derechos de niñas, niños y adolescentes y la Defensoría del Público.
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