En el contexto del
Día del Estudiante, es esencial prestar atención a las perspectivas de quienes vivirán las realidades de un mundo en constante evolución. La educación enfrenta retos y oportunidades que la redefinen, y los estudiantes de hoy, inmersos en un entorno digital y globalizado, tienen visiones únicas sobre su formación académica y personal. Para entender cómo perciben su educación, hemos hablado con estudiantes de diferentes escuelas secundarias. Sus reflexiones no solo revelan sus aspiraciones, sino también las inquietudes que marcan su trayectoria educativa.
La importancia de la flexibilidad.
Sofía, estudiante de 17 años del Instituto San Juan Bosco de Villa Adelina, destaca la necesidad de adaptar los métodos de enseñanza a las realidades contemporáneas.
"La educación no puede ser una fórmula rígida. Necesitamos más espacios donde se fomente la creatividad, estamos como muy encerrados", comenta. Esta perspectiva resuena con la creciente demanda de un aprendizaje que trascienda las paredes del aula y se conecte con situaciones de la vida real.
La flexibilidad en el currículo es un tema recurrente entre los estudiantes. Muchos abogan por un enfoque más personalizado que les permita avanzar a su propio ritmo.
"Cada uno de nosotros aprende de manera diferente. Es importante que los docentes reconozcan eso y nos den opciones", añade
Lucas, de 16 años, del Colegio Nacional Buenos Aires. Su declaración refleja una tendencia creciente entre los jóvenes, quienes buscan ser parte activa de su proceso educativo en un Colegio histórico de excelencia en la educación Argentina.
Juani y Matías, ambos de 17 años y compañeros en un colegio parroquial de Lomas de Zamora, intercambian puntos de vista sobre su experiencia escolar. Coinciden en que la escuela no les está aportando lo que esperaban. Sin embargo, también reconocen que su falta de compromiso podría ser parte del problema. Además, mencionan que algunos profesores parecen no notar su presencia en el aula.
La tecnología como aliada o enemiga.
La incorporación de la tecnología en el ámbito educativo ha transformado la forma en que los estudiantes acceden a la información y se comunican.
"El celular ha cambiado todo. No se puede prohibir. Ahora puedo investigar y aprender sobre cualquier tema en minutos", afirma
Valentina, de 15 años, de la Escuela Secundaria N°6 de Berisso. Esta afirmación pone de manifiesto cómo la tecnología se ha convertido en un pilar fundamental del aprendizaje.
Sin embargo, no todo es positivo. Algunos estudiantes también expresan su preocupación por el uso excesivo de dispositivos.
"A veces siento que pasamos más tiempo en las pantallas que interactuando entre nosotros. Para mí es un equilibrio difícil de encontrar", reflexiona
Gabriel, de 18 años, del Colegio La Salle, en su último año de Secundaria. Este conflicto entre la inmediatez de la información digital y la necesidad de interacción humana es una constante en el discurso estudiantil actual.
Más allá de las herramientas y métodos, las y los estudiantes coinciden en que la educación debe enfocarse en la formación integral del individuo.
"No solo queremos ser buenos en los exámenes; queremos aprender a ser ciudadanos responsables y a tener un impacto en la sociedad", declara
Mariana, de 17 años, del Colegio Belgrano de Temperley. Esta búsqueda de un propósito es un tema que ha cobrado fuerza en las últimas generaciones, quienes anhelan que su educación los prepare para desafíos globales.
El deseo de conectar el aprendizaje con la realidad social es evidente.
"Creo que deberíamos tener más asignaturas que aborden temas como el cambio climático y la justicia social. Es importante que sepamos cómo contribuir a un mundo mejor", añade
Sofía. La conexión entre la educación y la conciencia social es un aspecto que muchos jóvenes consideran esencial en su formación.
Por otro lado, los estudiantes también mencionan la importancia de la figura del docente en su proceso educativo.
"Un buen profesor puede motivar o te puede hundir. Me gustaría que hubiera más capacitación para ellos en cuanto a las nuevas generaciones”, señala
Lucas. Esta opinión resalta la necesidad de que los educadores se actualicen constantemente para poder guiar a sus alumnos en un entorno en rápida transformación.
La relación entre estudiantes y docentes es fundamental. Los jóvenes sienten que, cuando hay una conexión real, el aprendizaje se vuelve más significativo.
"Cuando los profesores nos escuchan y valoran nuestras opiniones, eso hace que estemos más motivados", añade
Valentina de la Escuela de Berisso. Este enfoque en la escucha activa subraya la importancia de construir un ambiente educativo donde todos se sientan valorados.
La importancia del bienestar emocional.
Finalmente, la salud mental se ha convertido en un tema prioritario para los estudiantes de secundaria.
"La presión que siento por la Escuela me traba, no sé si es estrés, pero me cansa", comenta
Gabriel. La creciente preocupación por el bienestar emocional de los jóvenes refleja la necesidad de un enfoque más holístico en la educación.
Mariana concluye:
"La educación debe ser un espacio seguro donde podamos expresarnos y crecer como personas. Necesitamos más iniciativas que fomenten el bienestar en las escuelas". Esta declaración pone de relieve que la salud mental y el bienestar no solo son cuestiones individuales, sino que deben ser parte integral del sistema educativo.
En este
Día del Estudiante, las palabras de estos jóvenes revelan un panorama educativo en transformación, donde la flexibilidad, el uso consciente de la tecnología, la búsqueda de un propósito y la atención al bienestar emocional son aspectos clave. A medida que el mundo avanza, es vital que la educación también evolucione, adaptándose a las necesidades y realidades de las nuevas generaciones.
Escuchar a los estudiantes y valorar sus opiniones no solo enriquecerá su experiencia educativa, sino que también contribuirá a construir un futuro más prometedor para todos.
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