Las salidas pedagógicas de las instituciones educativas, son un momento para romper la rutina con experiencias que posibilitan adquirir nuevos conocimientos desde el disfrute. Además, implica conocer de forma directa actividades que se desarrollan en diferentes ámbitos.
Estudiantes de
6to año del Anexo I de Colpes de la Escuela Secundaria N°62 “Prof. Ramón Arturo Barrios”, departamento de
Pomán, acompañados por docentes de
Tecnología, Geografía, Filosofía y Procesos Productivos, visitaron el proyecto minero
“Bajo la Alumbrera”.
La idea denominada
“El origen de los minerales” tenía
como objetivo conocer el primer establecimiento en Argentina que produce, según datos de 2009, unos 120 millones de toneladas métricas de mineral.
El grupo logró adquirir de manera práctica conocimientos y metodologías referidas a la explotación minera. Además, desarrollaron actitudes críticas con respecto a los problemas ambientales de la Región.
“Hace algunos años venimos realizando visitas a diferentes emprendimientos mineros de la zona, ya que estamos en el oeste catamarqueño. Aquí nuestras montañas atesoran en sus entrañas importantes yacimientos de cobre, oro, plata, estaño y molibdeno. Hablamos de una actividad fundamental en la zona porque es sinónimo de progreso y fuente laboral para cientos de familias y jóvenes. Que los estudiantes conozcan este lugar brinda expectativas de capacitación y oportunidades laborales muy positivas”, explica
María Cecenarro,
docente de filosofía a cargo del proyecto.
La visita estuvo organizada de forma tal que, primero recorran el concentrador del proyecto minero, dónde observaron cómo es el proceso de selección y molienda de minerales, para luego dirigirse al laboratorio de control de calidad .
¿Cómo se extraen minerales? En la primera etapa se extraen rocas en las sucesivas terrazas del yacimiento mediante explosiones controladas. Una vez obtenidas se envían al sector de molienda para tener un material similar a la arena fina que se mezcla con agua y se deposita en tanques donde, por decantación, se diferencian los elementos pesados de los livianos. El material concentrado se transporta mediante un mineroducto de 320 km de longitud hasta una planta ubicada en la provincia de Tucumán, donde es filtrado hasta obtener un material con solamente 7% de agua.
Para obtener cobre se aplica un proceso de flotación en la planta. Como esa agua ya tiene metales disueltos, ayuda a que los colectores y espumantes desprendan el mineral de la piedra. Funcionan como un jabón en polvo en el lavado de ropa: se pegan a la suciedad y forman una burbuja, que en superficie tiene mayor densidad que una burbuja de aire. Flota y se va con el agua. Los colectores hacen hidrofóbica a las partículas de cobre y oro y los espumantes, al bombeo de aire, le dan la tensión superficial para que las partículas se peguen a la burbuja por polaridad, y con el aire, rebalsan. La burbuja se rompe y cae como un barro, que se llama concentrado. Ese es el material que contiene oro, cobre e impurezas.
“Desde los distintos espacios curriculares fuimos aportando conocimientos para lograr que los estudiantes ubicaran geográficamente el proyecto minero identificando clima, flora, fauna, paisaje natural de “Bajo la Alumbrera”. Así mismo investigamos con el Prof. de Tecnología y de Procesos Productivos qué minerales se explotan en Alumbrera y las distintas etapas del proceso minero”, explica
Cecenarro.
Luego visitaron el pozo de extracción de minerales (open pit mining, en inglés), para observar cómo es una excavación de la superficie de la corteza terrestre. Y finalmente recorrieron el Dique de colas, que fue diseñado para filtrar el agua y retener únicamente los sólidos llamados
“colas”, mineral molido sin valor económico.
Las salidas de campo son una herramienta educativa preponderante para el desarrollo integral de los estudiantes. Además, posibilita identificar minerales y rocas comunes en Catamarca e indagar en las problemáticas medioambientales. De esta manera, los jóvenes son conocedores de la realidad y se comprometen con sus entornos culturales, sociales, económicos y políticos.
“Logramos que el proceso de enseñanza trascienda el aula mediante un aprendizaje significativo que los estudiantes adquieren de manera permanente en su formación. Es significativo porque enriquece los conocimientos previos y aprovecha la dinámica que tienen los jóvenes hoy en día para vincularse con los nuevos saberes”, concluye
María Cecenarro
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