Durante los últimos años, diferentes campos de las ciencias se encuentran enfocados en encontrar alguna forma de energía renovable, y a su vez capaz de mitigar los problemas que suceden en el medioambiente.
Una de esas posibilidades es la llamada
energía undimotriz, una alternativa de origen marino que se basa en el aprovechamiento de la energía
contenida en las olas del mar que se generan por la acción del viento sobre su superficie.
En este punto, Argentina cuenta con una característica posible de ser utilizada: su extensa costa. Así es como un grupo de ingenieros de la
Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) están desarrollando un proyecto que pretende aprovechar el oleaje del Mar Argentino.
Oriundo de Saladillo, provincia de Buenos Aires,
Facundo Mosquera,
Ingeniero Electrónico, nos contó que cuando llegó a la ciudad a estudiar optó por la carrera de
Ingeniería en Electrónica “que tenía fuerte orientación en la teoría de control para el desarrollo de sistemas autónomos”. Fue durante sus estudios que le
“intrigó la posibilidad de aplicar el funcionamiento automático de sistemas de energías renovables”, por lo que cuando estaba cerca del final de la carrera surgió la posibilidad de investigar la energía undimotriz.
Así fue que junto a los investigadores
Carolina Evangelista y
Paul Puleston, codirectora y director respectivamente, desde 2017 llevan adelante el diseño de esta herramienta en el
Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI), dependiente de la
UNLP y el
CONICET.
Con respecto a los estudios sobre el tema, a nivel mundial existen hace más de dos décadas centrados en explorar las olas como una fuente de energía renovable. Pero, el problema se encuentra en que estas propuestas están en etapa de prueba y no han alcanzado una implementación a gran escala. Para ello, que
Facundo se integre al equipo permitió la posibilidad de mejorar el funcionamiento de los equipos para aumentar la cantidad de energía extraída, reducir los costos de generación y, en última instancia, que sean económicamente viables para su futura comercialización.
Según datos provistos por la
Ocean Energy Systems (OES) y la
Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), se estima que de las olas podría extraerse una energía equivalente a 29.500 TWh (Teravatio-hora)/año, lo que supera el consumo mundial de electricidad en 2018 (que fue de alrededor 22.315 TWh y dos tercios se basa en combustibles fósiles).
Lo que aún significa más, de acuerdo a la OES: se calcula que se pueden obtener 80.000 TWh de electricidad al año de las olas del océano, lo que bastaría para satisfacer cinco veces la demanda energética mundial.
Según los datos del equipo de investigación el potencial del Mar Argentino es significativo: se estima alrededor de 15 a 30 kW por metro de frente de ola.
Teniendo presentes los datos anteriores, fue que el proyecto se centró en una columna de agua oscilante dónde hay una cámara hueca -de hormigón o de metal- que puede estar colocada en la escollera, cerca de la playa o flotando en una boya. Esta herramienta cuenta con un orificio por debajo del nivel del agua donde la ola entra y sale. Además, posee un espacio de aire que el movimiento de la ola comprime y descomprime, haciendo que genere un flujo de aire que hace mover la turbina.
“Estamos en una etapa avanzada de desarrollo siguiendo la metodología propuesta por la Agencia Internacional de Energía en su división de Sistemas para la Energía del Océano (IEA-OES), que establece seis etapas para validar proyectos en el ámbito de la energía oceánica”, detalla
Mosquera.
Los ingenieros de la
UNLP están en constante colaboración con instituciones como la
Universidad de Maynooth (Irlanda) y el
Politécnico de Torino (Italia) para el desarrollo de la estructura de control, que se puede conceptualizar como
“un algoritmo matemático”, innovador que optimiza la extracción de energía a partir de las olas.
“En cuanto a las pruebas en campo y la culminación de las etapas de desarrollo de estrategias de control o dispositivos de conversión de energía undimotriz en Argentina, es necesario un esfuerzo conjunto de varias Universidades, con el respaldo de empresas y el apoyo gubernamental. Estos aspectos forman parte de los objetivos clave de la Red de Energías Marinas Argentina (REMA)”, concluye
Facundo Mosquera.
REMA es una iniciativa local conformada por expertos y expertas de la
Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires y de la
Universidad de Buenos Aires, personal del
Servicio de Hidrografía Naval y el
Instituto Nacional del Agua, entre otros.
Su objetivo es poder compartir saberes en torno a la energía undimotriz.
El grupo de investigadores resalta que el escenario en Argentina es propicio para aprovechar herramientas en energía alternativas que se complementen con otras -como la solar o la eólica-. Además, estudiar una fuente de energía emergente coloca al país en una posición ventajosa para futuras adopciones a gran escala.
“Realizar este tipo de proyecto desde la Universidad Pública tiene un valor significativo en varios aspectos: en un momento en que enfrentamos desafíos climáticos extremos, la transición hacia la neutralidad de carbono es fundamental. Participar en investigación establece un camino ejemplar para gobierno y empresas, demostrando el compromiso con soluciones sostenibles. Además, el prestigio y la accesibilidad a una educación de alta calidad permite que nuestros investigadores generen propuestas avanzadas. En resumen, la Universidad Pública juega un papel crucial en la creación de soluciones innovadoras y sostenibles para los desafíos contemporáneos”, concluye
Facundo.
Otras notas de esta sección