Durante 1999, Martín Galanternik estaba terminando la secundaria y participó de varias experiencias de lo conocido como “simulación de modelos”. Luego, con unos amigos empezaron a diagramar un espectro de simulaciones de la actividad de Naciones Unidas que pueda replicarse mediante internet. Los siguientes años se sucedieron una serie de sesiones en español, inglés y portugués para más de mil participantes.
En 2003, el grupo decide volcarse a desarrollar
programas educativos tanto de forma presencial como virtual con el objetivo de encontrar metodologías y dinámicas pedagógicas que fomenten la participación juvenil. Hasta la actualidad cuenta con más de 78 mil jóvenes participantes, 603 instituciones, 118 modelos de simulación y 4 congresos de innovación vial.
“Creemos que los jóvenes tienen mucho para aportar desde su lugar. Nuevas y frescas ideas que les permitan ser actores protagonistas del cambio”, afirma Martín Galanternik, Director Ejecutivo de la
Asociación Civil Modelo por Internet de Naciones Unidas (MiNU).
El principal cambio que implementan es posicionar a los estudiantes en un rol participativo, siendo ellos los protagonistas de las actividades. En una perspectiva más didáctica y cada propuesta es un complemento a la educación formal que reciben a diario.
Un primer paso importante en el trayecto que lleva adelante MiNU es que los estudiantes se reconozcan como participantes activos de la sociedad, mediante la posibilidad de tomar decisiones, a través de tres áreas: educación en participación democrática, promoción de derechos humanos y educación vial.
En los últimos años se incluyó una simulación del
Poder Legislativo. Durante tres días los alumnos aprenden cómo es el camino de tratamiento de una ley bajo las mismas reglas que en la Cámara de Diputados y Senadores, de qué forma se trabaja un dictamen, la defensa de los proyectos y la votación.
Para Martín la simulación les permite a los jóvenes
“acercarse a la política como debiera ser” y
“entender las pujas de poder”. Además, asegura que desde la sanción de la Ley 26.776, denominada Voto Joven, es
“vital estar informados para una mejor toma de decisiones”.
Dentro del segmento de propuestas para la participación democrática, MiNU desarrolla una serie de actividades tendientes a reflexionar sobre la lectura crítica de noticias y de qué forma identificar la información falsa que circula por Internet.
“Empezamos a trabajar la temática hace 6 años de forma interna durante nuestras actividades de simulación de Naciones Unidas y del Poder Legislativo. Hace dos años generamos proyectos propios para que los jóvenes sean activistas de la información real y dejen de ser víctimas de desinformaciones”, explica su fundador, Martín Galanternik.
Sumado a la posibilidad de entender la importancia de estar informado sobre los procesos políticos y expresar mantienen un espacio para comprender y reflexionar sobre problemáticas que se dan durante la adolescencia y pueden verse resueltas en la escuela.
MiNU realiza varias actividades en el marco de la promoción sobre derechos humanos.
“Cuentos para acordar(nos)” es un proyecto que empodera a niños y niñas de primaria para comprender, prevenir y reducir los actos de hostigamiento y acosos que se generan muchas veces en el aula, generando un ambiente cuidado y respetuoso.
“Es importante que los jóvenes puedan abrirse y entenderse entre ellos para que deje de ser un tema tabú”, afirma Martín sobre “Vinculando realidades en el aula”, un taller que aborda los consumos problemáticos y su impacto durante la adolescencia. Según un estudio del Observatorio de Drogas de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) en 2017 señala que el 60,5% de los chicos y chicas de 12 a 17 consumió alcohol, y de ese grupo un 47% lo había hecho de forma excesiva y en más de una oportunidad.
Este dato se combina con que los accidentes de tránsito y son una de las dos causas principales de fallecimiento de jóvenes entre 15 y 34 años. Entendiendo que la escuela es un espacio de reflexión sobre las conductas que tenemos en nuestra vida cotidiana, MiNU creó un programa sobre
Educación Vial para que sean los jóvenes quienes participen de forma creativa creando conciencia sobre esta problemática.
A través de un simulador móvil junto a organizaciones de Bélgica, Rumania, Bulgaria y Países Bajos, aprovechan el potencial de las nuevas tecnologías para mitigar el porcentaje de jóvenes involucrados en siniestros viales.
“Cuando empezamos hace once años los proyectos que existían eran muy pocos y para nada atractivos. Nosotros entendimos que teníamos algo diferente para aportar bajo la hipótesis de que el componente de comportamiento es uno de los pilares más importante de la seguridad vial”, afirma Galanternik.
El traspaso a la virtualidad durante marzo de 2020 fue un golpe duro para el sistema educativo en general y más aún para los organismos de la sociedad civil en particular. Aun así, MiNU logró adaptar sus cursos y talleres de forma virtual en un tiempo corto. Para Martín, su fundador y Director Ejecutivo, el principal desafío fue
“mantener vivo el voluntariado” a pesar del fuerte impacto de la pandemia.
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