¿Te imaginas caminando por el Monte Longdon, cruzarte un zorro Guará o volar el avión de Miguel Fitzgerald? “Pisar Malvinas” es una experiencia inmersiva que se permite conocer el territorio malvinense de manera simbólica para observar su paisaje, su geografía y su fauna.

La propuesta diseñada en el marco del concurso Activar Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación se lleva a cabo en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Esta es una herramienta que nos ayuda a conocer y reflexionar sobre la Causa Malvinas. 

Se trata de un proyecto de desarrollo educativo público que mantiene viva la memoria, acerca la juventud a los museos y brinda un aporte social y cultural desde la universidad pública.

“El proyecto surgió con mi tesina en la carrera de Animación 3D y Efectos Visuales de la Universidad de San Martín. Luego de un año de bocetar, guionar y armar un demo, obtuve la beca Activar Patrimonio y un financiamiento para poder continuar y finalizar la experiencia, conformando un equipo de trabajo entre estudiantes y docentes de la universidad”, detalla Federico Ledesma, estudiante de la Escuela de Arte y Patrimonio de la UNSAM.

La experiencia virtual fue diseñada a partir de técnicas de modelado digital y fotogrametría (disciplina que, mediante mediciones e interpretaciones de imágenes aéreas, obtiene características métricas y geométricas de un área u objeto). Para obtener un paralelismo lo más real posible entre la simulación y la realidad, los diseñadores junto a especialistas estudiaron el relieve, el viento y la luz, entre otros factores, para construir los entornos inmersivos.

Dentro del recorrido virtual se puede descubrir sus únicos ríos de piedra, alzar el casco de un soldado argentino o visualizar desde una base aérea la plataforma continental argentina.

“La instancia de guionado y boceto fue anual, para lo cual tuve que investigar mucho con el Museo Malvinas. Pero la realización del proyecto fue en poco tiempo porque con el equipo de trabajo conformado en enero del 2022 nos propusimos llegar al 2 de abril con todo listo, ya que se cumplirían 40 años de la Guerra de Malvinas. Estuvo bueno proponerse ese desafío porque sabíamos que el proyecto se iba a potenciar mucho por la efeméride y el contexto”, detalla quién ideó, guionó y dirigió el proyecto.

El contenido de la muestra es un puente entre la educación y el entretenimiento con el fin de contribuir a mantener viva la memoria y la lucha por la soberanía de las Islas Malvinas. “El feedback con ex combatientes fue muy satisfactorio. Nos contaron que les sirve como recurso tecnológico para contar su historia y su causa a nuevas generaciones de manera novedosa”, detalla.



Además, Pisar Malvinas se prevé como una herramienta que “sirva de innovación tecnológica” para las necesidades del Museo Nacional, sea utilizado pedagógicamente para facilitar el diálogo entre escuelas, familias y otras instituciones desde una perspectiva concordante bajo la consigna “Paz, Memoria y Soberanía”.

“Buscamos que el usuario tenga una experiencia simbólica para ejercer soberanía pisando las islas y, en tiempos de enajenación cultural, repensar su percepción de país y fortalecer su relación con el territorio atlántico malvinero desde una perspectiva de la Argentina Bicontinental”, expresa Ledesma.

El desarrollo de espacios inmersivos tiene un carácter novedoso porque ubica al participante como protagonista. La realidad virtual genera puentes entre territorios y escenarios que habitamos y los que quisiéramos habitar. Para el director del proyecto esta tecnología tiene una condición “democrática muy importante” para la educación y la divulgación científica.

Pisar Malvinas pudo ser visto por muchas escuelas ya que estuvo presente en Tecnópolis, en el Espacio Tecnológico de Río Grande y próximamente estará en el Ecocentro Pampa Azul de Puerto Madryn. “El principal objetivo es seguir federalizándolo lo más que podamos, llevándolo a cada lugar en formato itinerante. Ya estuvimos en Tierra del Fuego y Chubut y hace muy pocos días el director del Museo Malvinas, pudo trasladar la experiencia al Vaticano para que la vea el Papa Francisco”, concluye Federico Ledesma.