“Ayuda a todo ciego en toda forma” es el lema que acuñó la Biblioteca Argentina para Ciegos, una asociación civil con 97 años de historia en Argentina que promueve la inclusión de la comunidad ciega a partir de proyectos e iniciativas vinculadas con el derecho a acceder a la información,
la cultura y la educación.
Fundada el 18 de septiembre de 1924 por Julián Baquero, docente y violinistas, y el Dr. Agustín Rebuffo deciden idear una entidad que ponga a disposición de la comunidad ciega libros en braille. Con un importante trayecto en la elevación sociocultural de las personas con discapacidad, la
Biblioteca Argentina para Ciegos brinda talleres, cursos, apoyo educativo y tiene una de las imprentas de braille más grande de Latinoamérica.
“La Biblioteca representa una forma de inclusión, es una forma de acompañar procesos por lo cual cualquier persona pueda participar del arte, del deporte y el acceso a la cultura. En cualquier ámbito tenemos que pensar la inclusión”, afirma Carlos García, vicepresidente de la Institución.
La Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC) está dirigida por una comisión directiva –actualmente conformada por personas ciegas– que se renueva por votación de los socios con cuota social al día, en asamblea. El rol de la comisión es establecer lineamientos de trabajo para organizar la actividad institucional y así cubrir de la mejor manera posible las necesidades de las personas con discapacidad visual, abriendo un espacio cultural para su integración a la comunidad.
En los últimos años el surgimiento de herramientas tecnológicas posibilitó que la comunidad ciega tenga mayor acceso a espacios socio-culturales como educativos de mejor calidad. Para su vicepresidente, el trabajo que llevan adelante es de “suma importancia” para
“modificar” las representaciones sociales que hay sobre las personas ciegas.
“Estamos marcados por la lástima o la glorificación”, esgrime. Pero remarca que
“somos personas y queremos vivir una vida como cualquiera: trabajar o fracasar como todos”.
Durante la entrevista que realizamos en la sede de la Biblioteca, Carlos nos remarcó la importancia de que haya formación en aspectos de accesibilidad en las
Universidades e Institutos de Formación Docente para que los profesionales tomen en cuenta todas las posibilidades humanas que se cuentan en una sociedad.
“La pandemia abrió una puerta para modificar las situaciones problemáticas ya existentes a partir de alianzas. Esto no se puede dar de manera aislada”, reflexiona.
En la Biblioteca Argentina para Ciegos existen más de 2400 volúmenes impresos en braille y cerca de 1400 obras grabadas en audios. Eso les permitió ser la primera biblioteca latinoamericana en material bibliográfico en este formato, lo que estableció un nuevo campo de acción y accesibilidad para las personas ciegas.
Su objetivo es ser un espacio de encuentro para personas con y sin discapacidad visual, donde se brindan talleres, actividades educativas, culturales y recreativas.
"La posibilidad de acceder a la cultura es la posibilidad de ser protagonistas de nuestra propia vida en lo personal y en lo social”, concluye Carlos García, vicepresidente de la Biblioteca Argentina para Ciegos.
Valor patrimonial
Durante 2014, el emblemático edificio que ocupa la Biblioteca Argentina para Ciegos fue declarado Patrimonio Urbano por la Legislatura Porteña, bajo la Ley N°4925 que protege las propiedades construidas antes de 1941. Su estilo neocolonial español se caracteriza por una combinación de detalles como formas rectangulares, adornos de hierro, patios interiores y líneas sencillas interiores impotentes que se construyeron para albergar la biblioteca y una serie de dependencias particulares.
La obra iniciada en noviembre de 1929, contó con el trabajo de Agustín Matesanz (carpintería), bajo la supervisión de Cayetano Profeta y el ingeniero César B. Pertierra.
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