Una salida recreativa por los alrededores del Colegio Privado Vallisto del departamento de Santa María, en Catamarca, animó al grupo de estudiantes a investigar sobre las propiedades médicas que posee la planta de Jarilla.

Estamos hablando de un arbusto silvestre autóctono de América del Sur, utilizado para aliviar diferentes malestares. La planta, que crece en zonas áridas y montañosas, es pequeña y ramosa, con flores solitarias amarillas. El extracto de sus hojas tiene propiedades beneficiosas. Actúa como antioxidante, antiinflamatorio, antimicrobiano e inmunomodulador natural. Al mismo tiempo aporta vitaminas y minerales, que fueron de gran valor para los pueblos originarios.

“Uno de los niños observó que una de las plantas tenía flores y sus hojas estaban de color verde, algo extraño para la época del año en la que estábamos (otoño). Ahí nos acercamos para reconocer su aroma, por lo que algunos recordaban que sus abuelos o tíos lo utilizaban como remedio para aliviar dolores y malestares”, explica la profesora Romina Giselle Gerván.

El grupo de estudiantes de sala de 5 años del Colegio se interesó rápidamente en la idea de comenzar a elaborar algún producto que contenga esta planta. El inicio del proyecto “Jarilla: planta medicinal” comenzó con la investigación, junto con las familias, sobre dónde se encuentra este asunto, si existen diferentes tipos, qué productos se elaboran y cuáles son sus beneficios medicinales.

Una vez recolectada toda la información pertinente, el equipo puso manos a la obra para recolectar una gran cantidad de este vegetal y fabricar un aceite, que serviría para aliviar dolores.



Procedimiento:

-Separar las hojas de jarilla de las ramas y dejarlas aparte

-Poner aceite en un recipiente que tolere el calor

-Agregar 5 puñados de las hojas ya separadas

-Poner a baño María el recipiente que contiene el aceite con las hojas de jarilla hasta que el preparado tome un color verde

-Dejar enfriar y colocarlo en recipientes listos para usar

Esta idea fue presentada en la etapa Institucional de Feria de Ciencias, lo cual representó un gran desafío para los niños y niñas, ya que tuvieron que superar sus miedos a exponer en público para comunicar lo aprendido.

El notable desempeño en esta instancia y la gran repercusión que tuvo el proyecto motivó a los estudiantes y docentes para continuar. Fue así que decidieron explorar la posibilidad de producir un shampoo de jarilla.



“Teníamos poca información sobre cómo elaborar el producto, pero igualmente lo intentamos. En un primer ensayo le agregamos un poco más de jabón neutro y nos quedó un jabón duro para lavarse las manos (lo cuál también nos servía). Para la segunda prueba no llevamos al fuego el producto y vimos que se separaba el agua de la jarilla. Pero en el tercer intento tuvimos los resultados esperados: usamos shampoo neutro y polvo de jarilla junto durante 24 a 48hs y vimos que, pasado ese tiempo, sí se obtenía lo que buscábamos”, explica Romina.

Además, el grupo realizó encuestas en las calles de Santa María para indagar sobre el grado de conocimiento que tiene la población acerca la planta de jarilla. Los estudiantes y docentes se sorprendieron que, en su mayoría, la gente conocía este ingrediente y los beneficios que tenía para la salud.

“Jarilla: planta medicinal” es un proyecto que se encuentra en desarrollo, con la posibilidad de perfeccionarlo para obtener réditos económicos que sirvan al equipo para costear salidas educativas.

“Los estudiantes aprendieron a valorar y mirar el mundo que los rodea de otra manera a partir de conocer las herramientas con las que contaban nuestros antepasados. También la idea generó un aprendizaje significativo porque exploraron el ambiente natural, se apropiaron de contenidos que les permite construir sus propios conocimientos, acrecentaron su oralidad, se motivaron y lograron un producto de gran calidad”, concluye la profesora del Colegio Privado Vallisto Romina Giselle Gerván.