En Humahuaca, la Escuela de Configuraciones de Apoyo N.º 15 vivió un acontecimiento que desbordó lo escolar para convertirse en un gesto colectivo. La Inclumaratón, propuesta que cerró el proyecto “Humahuaca cambia de mirada: Todos y todas ganamos”, nació de una observación sensible realizada desde dentro de la institución. La
Profesora Antonella Florencia Cazón, docente de Educación Física y de Educación Especial, cuenta que durante sus primeros meses de trabajo advirtió algo que la conmovió:
“He notado mucha vulnerabilidad en experiencias deportivas previas, y eso me impulsó a fortalecer esas debilidades y potenciar las fortalezas del grupo”.
Aquella percepción fue el punto de partida de un proyecto educativo que buscó unir deporte, empatía y participación en un mismo movimiento. La profesora lo expresa con claridad luminosa:
“El deporte es un lenguaje universal que une, emociona y derriba barreras”. Con esa convicción se comenzó a delinear una actividad que no solo involucrara a estudiantes con y sin discapacidad, sino que invitara a la comunidad a romper inercias y construir nuevas formas de encuentro.
La propuesta se organizó en parejas, inspirada en esas escenas cotidianas que configuran la vida comunitaria: una madre que empuja una silla de ruedas, un estudiante que acompaña a un primo en bicicleta, amigos que se toman del brazo para avanzar juntos. Desde ese gesto inicial se abrió un horizonte amplio: generar un espacio donde todas las personas pudieran participar
“sin importar los apoyos o capacidades”.
Un proyecto educativo que creció con cada paso
Con el impulso del equipo docente, la
ECA N.º 15 definió tres objetivos claros: garantizar la participación activa e igualitaria de personas con y sin discapacidad; fortalecer vínculos mediante el trabajo en parejas diversas; y promover experiencias significativas donde el deporte funcionara como puente hacia una Humahuaca más inclusiva.
La planificación contempló accesibilidad real. Se diseñaron dos circuitos sobre una avenida de tránsito seguro, con señalización visible, flechas de colores, mensajes de aliento y puntos de hidratación. Antes de iniciar, una entrada en calor colectiva —con zumba y aeróbica— abrió la jornada al cuerpo y al entusiasmo. Las parejas se identificaron con números y colores, y todos los tramos contaron con acompañamiento permanente. La consigna fue clara: participar, disfrutar, no competir.
La organización estuvo liderada por un equipo institucional que se comprometió en cada detalle. Allí estuvieron la
directora Olga Fabiana Saavedra, la vicedirectora Rosa Soruco, las secretarías y docentes de las configuraciones y materias especiales. Se sumaron también
los profesores de Educación Física Matías Peralta, Hugo Martínez y Jorge Méndez, quienes acompañaron en la organización, el diseño de los circuitos, la entrada en calor y las tareas logísticas.
La propuesta creció a medida que otras instituciones de Humahuaca se sumaron al proyecto, ampliando su alcance de manera natural. Desde el municipio, la Secretaría de Acción Social y Deportes y la Secretaría de Educación y Cultura ofrecieron acompañamiento, logística y soporte durante toda la jornada. También se integraron la Policía de Tránsito, la Policía de la Provincia, el SAME y el CAPS San Antonio, aportando cuidados, prevención y presencia en el territorio. La Asociación Esperanza acompañó con la participación activa de integrantes y familias, fortaleciendo aún más el carácter comunitario del evento.
La propuesta también convocó a otras instituciones educativas. El
JI N.º 2 de la Escuela Normal, con docentes de sala, personal de servicios y profesoras de Educación Física, se sumó con un grupo numeroso de niños y familias. La
Escuela Normal “Héroes Humahuaqueños” participó con estudiantes de 7.º grado y sus acompañantes; mientras que la
Escuela Normal “República de Bolivia” estuvo presente junto a la
Prof. Verónica Morales. Del mismo modo, el
Colegio Polimodal N.º 8 “Juana Azurduy” se integró a través de los profesores María Laura Quipildoro y Miguel Ventura, quienes acompañaron a sus estudiantes en todo el recorrido.
Y, por supuesto, la Inclumaratón se completó con el aporte fundamental de las familias, de los corredores libres que se acercaron por voluntad propia, y de la propia familia de la
Prof. Antonella Florencia Cazón, que estuvo presente en diferentes tramos de la jornada, haciendo aún más significativo el carácter afectivo y comunitario del proyecto.

Autor: Sol del Norte - Medio de Comunicación
Cuando la comunidad se convierte en aula
Lo que ocurrió el día de la
Inclumaratón superó toda expectativa. Las familias se acercaron con entusiasmo, los estudiantes ocuparon las calles con alegría y la comunidad acompañó desde las veredas, aplaudiendo y alentando cada esfuerzo. La profesora Cazón lo recuerda con emoción:
“La respuesta fue emocionante, comprometida y agradecida. Humahuaca tiene un gran corazón colectivo”.
Las escenas se multiplicaron y quedaron grabadas:
—Un estudiante, que nunca antes había participado por decisión familiar, completó el circuito tomado de la mano de su docente y sus compañeros.
—Un niño del nivel primario atravesó el recorrido más largo en bicicleta junto a su primo.
—Dos estudiantes del secundario acompañaron a jóvenes con discapacidad con remeras identificadas con sus nombres y banderas.
—Una estudiante empujó la silla de ruedas de su compañera mientras dos profesoras de Educación Física caminaban junto a ambas, sosteniéndolas desde los brazos.
—Madres con triciclos, andadores, cochecitos; personal del CAPS San Antonio con remeras y gorras especialmente producidas para la jornada; hermanos, primos, vecinos… todos en movimiento.
“Las parejas en su diversidad mostraron que el apoyo mutuo transforma la experiencia. Nadie llegó solo; todos y todas llegaron acompañados”, expresa la profesora con una certeza que parece abrazar todo el proyecto.
Impactos que trascienden el día del evento
Los efectos del proyecto educativo fueron evidentes: aumento de la confianza, fortalecimiento del sentido de pertenencia, protagonismo real y una autoestima renovada. Para muchos jóvenes, participar significó reconocerse capaces en un espacio público; para otros, descubrir que podían acompañar y sostener a sus pares. Pero también hubo aprendizajes institucionales. La articulación entre escuela, municipio y organizaciones permitió consolidar una red que demostró que la inclusión solo puede construirse con múltiples actores. La docente lo resume desde una mirada profundamente humanista:
“La inclusión se enseña viviéndola. Cuando ocurre fuera del aula, su impacto es aún mayor”.+
La Escuela de Configuraciones de Apoyo N.º 15 de Humahuaca proyecta nuevas ediciones anuales de la Inclumaratón y la posibilidad de que otras comunidades de la Quebrada se sumen a la iniciativa. El proyecto educativo demostró que la inclusión es más fuerte cuando se vuelve movimiento colectivo.
La profesora Antonella Florencia Cazón lo expresa con palabras que ya quedaron como un símbolo de la jornada:
“La inclusión se construye juntos, paso a paso, mirada a mirada”. Y esa construcción dejó una huella firme: todos y todas ganamos.
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