“Docentes que Inspiran” destaca la labor docente y busca movilizar a toda la comunidad en vistas de mejorar la educación. Las historias de quienes imparten clases todos los días en las aulas de Argentina resultan inspiradoras y dejan huellas en muchos de sus estudiantes.
Este es el caso de
Marcelo Ranzoni, quién obtuvo una mención de honor en la edición 2022 de este premio. Su pasión por la práctica docente comenzó hace más de 30 años cuando era ayudante de cátedra en la Universidad, dónde estudiaba la carrera de Ingeniería.
Según
Marcelo, en aquel momento ya notaba que
“podía motivar a los estudiantes” a pesar de que varios los superaran -o duplicaran- en edad. Durante ese mismo período comenzó a trabajar en escuelas secundarias, lugar en el que pudo
“enriquecer” su trabajo diario y obtener
“muchísimas satisfacciones”.
“Una característica fundamental de un buen docente es ser honesto con los estudiantes y transmitir la pasión que uno tiene por los temas que dicta. Trabajo desde y para la diversidad, por eso me parece importante entender que transmitimos mucho más con nuestras acciones que con lo que decimos”, sostiene
Ranzoni.
Actualmente trabaja en la
Escuela ORT, dónde creó y lidera
“Empatizando”, un espacio que surge del interés personal del docente por colaborar con diferentes colectivos.
Hace unos 5 años surgió la posibilidad de crear este espacio en la institución educativa para que los alumnos realicen proyectos tecnológicos con impacto social. Allí la
“empatía” es importante para la concreción del objetivo central, que se enfoca a partir de
tres ejes: la cognición, para saber qué le pasa al otro y así generar una propuesta; lo emocional, dónde los estudiantes se acercan a las problemáticas desde los sentimientos; y en tercer lugar, la solidaridad empática, ya se ponen las ideas en acción.
“Empatizando” es un espacio donde participan alrededor de 400 estudiantes cada año concretando proyectos tecnológicos con grandes reconocimientos. Por ejemplo,
LectO, una aplicación web y móvil para personas con dislexia que fue adoptada por la organización
DISFAM y tiene más de 10 mil descargas en múltiples países de habla hispana. Además, brindan clases de apoyo especializadas a estudiantes con trayectos especiales y Proyecto Pedagógico Individual.
El proyecto comienza con charlas de concientización y sensibilización para todos los estudiantes de 3ero, 4to y 5to año del ciclo superior de la especialización en Tecnología de la Información y Comunicación. Allí las organizaciones colaborantes transmiten a los chicos las barreras que presenta la discapacidad.
Luego, quienes desean forman grupos, empiezan a poner en juego las diferentes ideas para generar una solución específica para la problemática que quieran abordar.
“Naturalmente los estudiantes quieren cambiar el mundo y allí aparecen propuestas súper interesantes que vamos trabajando con los profesionales de cada institución que nos acompaña”, detalla
Marcelo.
Los logros no solamente se ven dentro del aula al aplicar los conocimientos técnicos a una situación concreta, sino también en la relación con sus propios compañeros.
“Es un espacio sumamente valioso porque aprenden desde la motivación. Esto tracciona muchísimo porque pueden aplicar los contenidos académicos y ver su resultado. Es valioso y fundamental que aprendan a tener en cuenta las características y diferencias de los demás”, sostiene.
También, en diciembre del 2021, el
Proyecto Brail:Key –desarrollado por estudiantes en el marco de
EMPATIZANDO– resultó ganador del
Premio Sadosky Comunidad 2021. El objetivo era concientizar sobre las dificultades que afrontan las personas ciegas o con baja visión, y promover el aprendizaje y enseñanza del sistema de lectoescritura Braille.
“Haber obtenido una Mención de Honor en el premio “Docentes que Inspiran” es un reconocimiento a la tarea docente. Muchas veces se muestran los errores y no aciertos. También fue un momento para reflexionar sobre el trabajo diario y así mejorar”, concluye
Marcelo Razoni.
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