Pequeños Puentes surge dentro de un aula allá por 2012 cuando Pilar Medina, profesora de Literatura, Castellano y Latín, tuvo un “momento existencial” mientras dictaba una de sus clases en una escuela secundaria de la provincia de Buenos Aires. Ella se define como una persona con “vocación para la alegría y la felicidad, y más aún para compartirla”. Es por eso que a partir de esa circunstancia decidió comenzar una campaña de cara a la Navidad para que cada niño y niña pudiera tener un regalo.

El sistema que decidió implementar Pilar estaba basado en la película “Cadena de favores”. En este film un profesor de Física comprometido con labores sociales reta a sus alumnos a encontrar una solución para mejorar el mundo. Uno de ellos tiene una idea brillante: cada persona debe hacer un favor a otras tres con la condición de que estas, a su vez, ayuden a tres más, y así sucesivamente. El plan, que involucra actos de bondad al azar, es la respuesta a una necesidad.

“Pequeños Puentes surge con esa idea de solidaridad personalizada, de dignificar a través de la acción y de dar lo mejor de cada uno. Se trata de reconocer al otro con nombre y apellido, generando identidad”, afirma Medina.

Posteriormente cada campaña que siguió tuvo la misma lógica. Por un lado, cada participante es protagonista y el donante elige y sabe a quién está haciendo llegar su donación. 

Actualmente están desarrollando “Leer y Crecer”, un proyecto anual que acompaña educativa e intelectualmente a 440 niños de hasta 12 años que asisten a comedores comunitarios. Los chicos en situación de pobreza tienen el gran problema de habitar un mundo reducido y difícil de expandir. Por medio de este proyecto esperan cambiar esta realidad, creando con el acceso a la lectura y a la literatura, puentes que les permitan conocerse mejor a ellos, a los otros y al mundo que los rodea, y eventualmente posicionarse en un lugar mejor.



La propuesta, entre otras acciones, entrega una mochila nueva y completísima para el trayecto escolar. Además, buscan generar diferentes actividades literarias virtuales y presenciales en los comedores que incluirán, a lo largo del año, la entrega de 6 libros literarios, nuevos, de variadas colecciones y editoriales, comprados para ellos.

“Creo que todo el mundo necesita leer y de algún modo, acceder a las formas simbólicas de literatura para aquellos que más lo necesitan es una forma de agrandar su mundo porque con un libro podés viajar e imaginar un millón de mundos posibles. No solamente amplía tu cultura general, sino que extendes tu visión sobre los otros y sobre vos mismo mediante las emociones de los personajes”, reflexiona Pilar Medina, fundadora y coordinadora de la organización.

Pequeños Puentes quiere ser un puente entre las personas con ganas de ayudar y los niños y niñas que más lo necesitan. Pequeños Puentes buscan impactar en los momentos más sensibles de la infancia con acciones que lleven dignidad, ilusión, magia y reconocimiento en un trayecto de vida donde se construyen para cualquier ser humano las ideas, recuerdos y valores más fundamentales.