En Chile el 4% de las personas que habitan el territorio son migrantes. El proceso de desigualdad que viven quienes deben desplazarse geográficamente por causas económicas o sociales llevó a Diego González a crear un proyecto que genera apoyo escolar a niños, niñas y adolescentes.

Proyecto Amar Migrar nació el 30 de abril del 2021 con la intención de ser un aporte para disminuir la brecha de desigualdad social y educacional en la sociedad chilena. El objetivo principal es generar beneficios para niños, niñas y adolescentes que apuntan a diferentes áreas en el desarrollo de la infancia.

En un contexto donde el COVID-19 evidenció y profundizó las desigualdades sociales, que afecta mayoritariamente a la población vulnerable, se basó el inicio del proyecto que lleva adelante Diego González.

“Fue ir casa por casa a ofrecer el proyecto. En principio fue difícil porque la primera barrera es ganarse la confianza de la familia a partir de la constancia. Una vez fortalecido ese vínculo, decidí hacer un llamado por redes sociales para sumar voluntarios a la organización”, detalla Diego, quién concurre a los campamentos Fe y Esperanza, Vicente Reyes y la toma latinoamericana, de la comuna de Maipú, en Chile.



Instalando mesas y sillas en las calles comunales generó que los chicos y jóvenes migrantes que viven allí se acerquen a conversar y pintar. Junto a eso llevó formularios para inscribir a cada niño y familia que quería sumarse al proyecto. Tras varios meses de camino transcurrido, Amar Migrar llegó a más de 50 personas migrantes de entre 2 a 11 años.

Su interés por ayudar a las personas migrantes surgió mientras estudiaba Administración Pública en la Universidad de Santiago de Chile (Usach). Uno de sus compañeros de carrera, de origen venezolano, lo introdujo al Servicio Migrante Evangélico, un voluntariado que presta diversos servicios para favorecer la integración de la comunidad migrante en el país. Ya son cinco años desde que empezó a dar clases de español a personas haitianas, actividad que realizaba los días sábados de cada semana.

Al estar cerca de los campamentos ubicados cerca de su comuna, Diego conoció de primera mano la realidad de las personas migrantes, y que fueron los niños y niñas los más perjudicados en contexto de pandemia por la falta de conexión.  A raíz de eso realizó una campaña para conseguir internet y computadoras.

“El proyecto apunta a disminuir la brecha de desigualdad social que existe en Chile y que se relaciona al acceso a la educación en contexto de COVID. También es necesario mejorar las condiciones emocionales y recreativas de niños y niñas para que no exista desigualdad en su crecimiento”, afirma Diego González.



Actualmente Proyecto Amar Migrar cuenta con más de 100 voluntarios divididos en los equipos de Terreno (quienes realizan tutorías y actividades personalizadas para los jóvenes), Administrativo, Diseño, Periodístico y Psicólogos.

Aunque el proyecto ha demostrado buenos resultados, Diego cree que aún es necesario implementar políticas públicas que tomen en cuenta las desigualdades que enfrenta la niñez migrante. “El Estado debe tener una posición firme en favor de políticas públicas a favor de la niñez en contextos de vulnerabilidad junto al derecho a jugar y divertirse”.

El objetivo es claro y sólo apunta a generar una sociedad más justa, la consigna que mueve este proyecto nos motiva a seguir día a día siendo un aporte. Finalmente “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.