El estudio revela profundas desigualdades en las expectativas y oportunidades educativas y laborales de los jóvenes, dependiendo de su nivel socioeconómico. Para los jóvenes de entre 19 y 25 años, el 38% estudia y el 38% trabaja. Sin embargo, un preocupante 26% no ha completado la escuela secundaria.
En su último año de secundaria, el 85% de los estudiantes afirma que planea seguir estudiando, mientras que el 65% tiene la intención de trabajar. Pero estos planes a menudo no se concretan: solo 4 de cada 10 jóvenes entre 19 y 25 años estudian y el mismo porcentaje trabaja.
Desigualdades socioeconómicas.
Las oportunidades para estudiar y trabajar varían drásticamente según el nivel socioeconómico. Entre los jóvenes del decil más alto, el 51% se dedica a estudiar (el 27% solo estudia y el 24% también trabaja), mientras que el 68% trabaja (41% solo trabaja y el 27% combina trabajo y estudio). En contraste, solo el 21% de los jóvenes de los sectores más bajos sigue estudiando después de la secundaria.
Opiniones de expertos.
Mario Oporto, exministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires, resalta la necesidad de reforzar la educación media con información sobre alternativas de educación postsecundaria y de crear un sistema educativo que contemple a quienes trabajan mientras cursan sus estudios. También aboga por una formación profesional de alta calidad como alternativa a la educación universitaria.
Soledad Giardili, profesora e investigadora de la Universidad de Edimburgo, destaca que, aunque en el decil más pobre el 72% de los estudiantes de último año de secundaria aspira a seguir estudios superiores, solo el 21% lo logra. Sugiere reconsiderar la integración de pasantías y prácticas laborales remuneradas en los programas académicos para mitigar las desigualdades y satisfacer las expectativas de los estudiantes.
Análisis del acceso al Trabajo.
La posibilidad de acceder a trabajos de calidad es significativamente mayor para quienes han terminado la secundaria. Entre los jóvenes que completaron la escuela, el 13% tiene un empleo de calidad, mientras que solo el 2% de aquellos con secundaria incompleta lo logra.
Gustavo Gándara, Director Ejecutivo de la Fundación UOCRA, señala la coexistencia de un aumento en la terminalidad educativa con serios problemas de empleo, destacando la alta valoración de los cursos de Formación Profesional.
Guillermina Laguzzi, especialista en Educación y Trabajo de la Organización de Estados Iberoamericanos, subraya la necesidad de evaluar la inclusión y la equidad en el sistema educativo y de proponer políticas específicas para los jóvenes, que conviertan sus expectativas de estudiar y trabajar en una realidad.
El informe utiliza datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y de las evaluaciones Aprender 2022, agrupando a los jóvenes según su nivel socioeconómico y de ingreso per cápita. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad urgente de políticas que aseguren que la condición de origen no sea una condena para los jóvenes en Argentina, y que sus expectativas de educación y empleo se conviertan en una realidad tangible.
Autoras: Flavia Ferrari Inchauspe y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación)
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