El
World’s Best School Prize, organizado por
T4 Education con el apoyo de
Accenture, American Express y la Fundación Lemann, busca reconocer a las mejores instituciones educativas del mundo en cinco categorías: acción ambiental, innovación, superación de la adversidad, promoción de vidas saludables y colaboración con la comunidad. En esta última categoría, el
Colegio María de Guadalupe se ha destacado por su innovador enfoque que integra a la comunidad en la educación de los jóvenes, convirtiéndose en la primera escuela argentina en alcanzar esta instancia.
La nominación no solo resalta la labor del colegio, sino que también pone de manifiesto la necesidad de un modelo educativo que trascienda las paredes del aula y se integre con el entorno social. Compitiendo con la
Escuela Secundaria Salomé Ureña Leadership Academy de Nueva York y la
Escola Estadual Deputado Pedro Costa de San Pablo, el María de Guadalupe se ha ganado su lugar gracias a su labor en un contexto comunitario complejo.
Un Compromiso con la Inclusión.
Fundado en 2012 por la
Fundación María de Guadalupe, el colegio tiene como misión ofrecer educación de calidad a niños y jóvenes de sectores desfavorecidos. Con una matrícula actual de 700 estudiantes que abarca desde el nivel inicial hasta el secundario, el colegio ha implementado un modelo educativo inclusivo que busca no solo el desarrollo académico, sino también el crecimiento personal y profesional de sus estudiantes.
La institución se esfuerza por brindar una educación integral, enfocándose en las necesidades específicas de cada integrante de la comunidad educativa. Esto se logra a través de un régimen de jornada completa y un acompañamiento personalizado que se adapta a las características de cada alumno. Los jóvenes culminan su formación con un título de bachiller que incluye especializaciones en áreas como administración, medio ambiente, programación y producción audiovisual.
Programas Innovadores para el Desarrollo.
Uno de los aspectos más destacados del
Colegio María de Guadalupe son sus programas de
Orientación Vocacional, Mentoría e Inclusión Laboral. Estas iniciativas tienen como objetivo preparar a los estudiantes no solo en habilidades académicas, sino también en competencias socioemocionales y técnicas que mejoren su empleabilidad.
Gracias a estos esfuerzos, la tasa de egresados que no estudian ni trabajan ha disminuido del 21% al 13%, y el acceso al empleo formal se ha duplicado en un periodo de dos años.
Luis Arocha, director ejecutivo del colegio, afirma:
“Estamos convencidos de que cada niño tiene la capacidad de aprender. La comunidad educativa juega un papel crucial en este proceso”.
María Luz Diez, directora de Desarrollo Institucional, destaca la importancia del trabajo colaborativo con familias, organizaciones civiles y empresas.
“La nominación reconoce nuestro trabajo articulado. Nuestro enfoque es integral y busca la continuidad educativa y la inclusión laboral de nuestros jóvenes”, explica.
Impacto en la Comunidad.
El modelo del
Colegio María de Guadalupe se centra en empoderar a los estudiantes y a la comunidad en su conjunto. La escuela trabaja en estrecha colaboración con diversas organizaciones y empresas locales para crear un ecosistema que favorezca la continuidad educativa y la inserción laboral. Este enfoque ha demostrado ser efectivo, buscando el beneficio fundamental del desarrollo personal de los estudiantes.
Además, el colegio ha iniciado la expansión de su modelo educativo con la inauguración de una segunda institución, el
Colegio Rosario Vera Peñaloza en Garín, que ya cuenta con 225 alumnos. Esta expansión demuestra la viabilidad y el impacto positivo de su enfoque inclusivo, que sigue creciendo gracias al apoyo de donantes y a la colaboración de la sociedad civil.
La financiación del Colegio María de Guadalupe proviene de una combinación de recursos, incluidos aportes estatales y cuotas sociales de las familias, que son ajustadas a su capacidad económica. Actualmente, el 58% de los ingresos se genera a partir de la subvención de la provincia de Buenos Aires para cubrir los costos docentes, mientras que el 12% corresponde a las cuotas pagadas por las familias que pueden contribuir. El resto de los fondos proviene de donaciones y de la colaboración de la sociedad civil, lo que resalta el compromiso comunitario en torno a la educación de calidad.
El reconocimiento por parte del World’s Best School Prize no solo es un logro significativo para el Colegio María de Guadalupe, sino que también sirve de inspiración para otras instituciones. En un contexto donde la educación enfrenta numerosos desafíos, este colegio se erige como un faro de esperanza y un modelo de excelencia.
El
Colegio María de Guadalupe ha demostrado que la colaboración con la comunidad puede transformar vidas y crear oportunidades. Su enfoque integral, que combina educación, inclusión y desarrollo personal, marca un precedente en el ámbito educativo. Con el respaldo de la comunidad y el reconocimiento internacional, el colegio sigue adelante, comprometido con la formación de jóvenes capaces de elegir y construir su futuro. Este premio no solo celebra sus logros, sino que también invita a otras instituciones a adoptar un enfoque similar en su labor educativa.
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