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Lucía Bianchi: “Garantizar el acceso a la educación a quiénes no pueden tenerla”

Por: Mauro Rey  |  Lunes 24 de Abril de 2023

Charlamos con la Directora de la Universidad Popular sobre el transitar de la pandemia, la importancia de la educación y los objetivos como institución para el 2023.
 



El comienzo del 2019 llegó con una iniciativa que tuvo como objetivo fortalecer la organización comunitaria y el desarrollo de la Economía Popular
. La Universidad Popular Barrios de Pie es un espacio de construcción del conocimiento surgido desde los barrios para enriquecer, potenciar y fomentar la organización popular.

Su propuesta pedagógica se construye desde la confluencia de tres perspectivas: la Educación Popular y el desarrollo de pedagogías críticas, las teorías decoloniales y la epistemología del Sury el feminismo popular.

La creación de un espacio educativo de este estilo se enmarca en un proceso de continuas luchas por visibilizar y nuclear los reclamos de los trabajadores desocupados tras la crisis social de fines de los 90 y principio de los 2000.

Es una realidad que dentro de los barrios populares, cientos de personas sostienen redes de cuidado para quienes habitan esas comunidades. Así, los apoyos escolares son una de las formas para que muchos niños puedan continuar sus trayectorias educativas.

Para conocer más al respecto dialogamos con Lucía Bianchi, Directora de la Universidad Popular Barrios de Pie, sobre cómo afrontar los problemas educativos actuales. “Poder estudiar brinda la posibilidad de generar una constitución diferente como sujetos de derecho”, explica.

Educrear (EC): ¿Por qué diseñar una Universidad con carácter popular?

Lucía Bianchi (LB): Tras la crisis del 2001, los movimientos sociales vienen a cubrir la falta del Estado en los barrios populares. Este espacio educativo se enmarca dentro de las experiencias que tienen que ver con el desarrollo social para garantizar el acceso a la educación a quiénes no pueden tenerla. Es la posibilidad de acreditar y darle legitimidad a los saberes que se desarrollan en esas comunidades y que se ven vulnerados en su condición de derechos.

EC: Entonces, ustedes deciden crear una Universidad…

LB: Sí, porque a pesar de la importante historia educativa del país, en los últimos años vemos una caída en el acceso a la educación a medida que se sube de nivel. Que 10% de la población acceda a la educación superior -universitaria o terciaria- es problemático porque en esos niveles es dónde se puede pensar el desarrollo de un país. 



EC: ¿Cómo se piensa una solución para posibilitar el acceso a la educación superior?

LB: Es importante trabajar, en primer lugar, los enlaces en los diferentes estamentos de la educación (primaria-secundaria y secundaria-universidad). Además, fortalecer la trama comunitaria y acompañar la educación de las comunidades, porque las escuelas no dan abasto con las respuestas a los problemas sociales.

También tenemos que ser conscientes de la inmensa tarea de los docentes, que va más allá del proceso de enseñar contenidos. Para ello es necesario recuperar a la comunidad educativa como una fuente de valor para acompañarlos. Por último, y más estructural, la necesidad de recuperar el sentido de para qué estudiar. Existe un problema en el horizonte de expectativas que está dado por el trabajo y los motivos por el cual terminar la secundaria. En este sentido, la idea de la meritocracia hace muchísimo daño porque, a quienes quedan afuera de la posibilidad de estudiar les genera una tremenda culpa.


EC: ¿Qué representa la educación en este contexto?

LB: Es un posibilitador de ascenso social, de mejorar la calidad de vida y de ampliar derechos. También, puede pensarse como un pilar fundamental para la distribución de la riqueza en la medida que las personas pueden desarrollarse y construir su vida a partir de la educación y el trabajo. 

EC: Al año de su inauguración tuvieron que transitar una pandemia, ¿qué les permitió ese contexto?

LB: En un punto el impacto de la pandemia todavía no podemos dimensionarlo tanto en la educación como en lo personal, pero sí sabemos que fue un catalizador, porque hizo visible muchas cuestiones como la conectividad, repensarnos en esquemas híbridos u otras maneras de aprender. Es necesario desarrollar un camino crítico sobré cómo enseñar, pero dotarlo de una profunda defensa de la educación pública. 

EC: ¿Y cuáles serían algunas soluciones posibles?

LB: Argentina tiene las capacidades técnicas y económicas para destinar cierto presupuesto a mejorar las tecnologías, la capacitación docente o a resolver los problemas de continuidad pedagógica. Vimos empeorados temas de alfabetismo durante la pandemia y para resolverlo debimos generar un plan concreto e independiente de quién gobierne, con voluntad política que ponga en agenda la educación como un elemento constitutivo del país.



El objetivo de la Universidad Popular es construir un amplio espacio educativo y de capacitación continua, sobre la base de la educación popular, enmarcado en el profundo desarrollo de las pedagogías críticas, que actualice saberes y produzca conocimiento situado, riguroso, anclado en las realidades y demandas de los sectores populares y de las poblaciones que se atraviesan situaciones de vulnerabilidad social.

La perspectiva que desarrolla la Universidad, está enmarcada en una “pedagogía del movimiento”, entendido como la posibilidad de construir relaciones dialógicas y democráticas frente al saber de los trayectos formativos. Así se enriquece la organización popular y la consecución de objetivos políticos. “Desde el barrio para la Universidad es poder construir una mirada situada. Hay que asumir un saber popular que está en los barrios y generar una ecología de saberes”.

EC: Ustedes tienen la idea de ideologías en movimiento y a veces la educación tiene problemas para cambiar…

LB: Es cierto, en Argentina hay un tradicionalismo grande para pensar nuevos escenarios en la educación. Necesitamos pensar lo que necesitamos que cambie para que los jóvenes y las infancias se sientan parte y tengan motivaciones con respecto a lo que sucede dentro del establecimiento educativo.

EC: Desde la Universidad Popular generan diferentes informes (continuidad pedagógica o malnutrición, por ejemplo). ¿De qué forma aplican eso a una pedagogía concreta?

LB: Nosotros tenemos tres ejes: trayectos educativos, investigaciones y estrategias comunitarias que se entrelazan y, a partir de los datos que obtenemos, pensamos estrategias para que quienes están en los barrios populares obtengan un saber para modificar esa situación (por ejemplo, promotoras que aprendan sobre nutrición).

EC: Llevan 4 años de trabajo con una pandemia en el medio, ¿qué balance realizan y qué piensan para el futuro?

LB: Tuvimos un debate enorme sobre qué hacer durante el tiempo de cuarentena y decidimos meter a la Universidad Popular en el centro: llevarla al centro de la escena de los barrios populares. Lo hicimos pensando esquemas de docentes, pedagogos y recurseros para capacitar en ese tiempo. Nuestra planificación educativa consistió en un sistema que acompañó el proceso de las comunidades. Nuestro desafío está puesto en poder seguir institucionalizando la Universidad Popular y poder desarrollar carreras de grado que tengan sentido con lo que pasa en los barrios.
 

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